Buenos Aires y sus acreedores juegan con la deuda un p¨®ker de alto riesgo
El gobernador de la provincia, Axel Kicillof, amenaza con no pagar la deuda de 250 millones de d¨®lares si no le dan un aplazamiento
Argentina juega al p¨®ker con la deuda de Buenos Aires. El gobernador de la provincia, Axel Kicillof, desaf¨ªa a los acreedores: si no aceptan aplazar hasta el 1 de mayo los 250 millones de d¨®lares que vencen este domingo, no cobrar¨¢n. Los acreedores dicen que sin un plan econ¨®mico y sin incentivos, no ven razones para aceptar el aplazamiento. El 5 de febrero es la fecha l¨ªmite para evitar un default provincial que complicar¨ªa much¨ªsimo la renegociaci¨®n de la deuda nacional: a lo largo de este a?o, Argentina afronta vencimientos por un total de 36.400 millones, una suma que no puede pagar.
¡°Caer en el default, con todo lo que eso supone, por una cantidad tan peque?a como 250 millones ser¨ªa casi c¨®mico¡±, dice un analista financiero bonaerense. En el Microcentro, la peque?a City del pa¨ªs, existe unanimidad sobre eso. A ambas partes, la provincia de Buenos Aires (la m¨¢s rica y poblada de Argentina) y los acreedores de los bonos PB21, les conviene llegar a un acuerdo. Pero a ninguna de las partes, sin embargo, le conviene ceder prematuramente.
Todo indica que provincia y acreedores mantendr¨¢n ocultas sus cartas hasta el ¨²ltimo minuto, despu¨¦s de que el gobernador Kicillof prolongara hasta el 5 de febrero un plazo que en realidad expir¨® el 22 de enero. En esa fecha no hab¨ªa logrado el ¡°s¨ª¡± de los poseedores del 75% de los bonos, la cantidad m¨ªnima para oficializar el aplazamiento. Mientras tanto, el riesgo pa¨ªs ha vuelto a dispararse hasta los 2.080 puntos, la Bolsa ha bajado un 5,7% esta semana y los bonos argentinos se negocian por debajo del 50% de su valor nominal.
?Qui¨¦n ceder¨¢? Los acreedores, el principal de ellos el fondo estadounidense Fidelity (16% del total), dan por seguro que cobrar¨¢n si rechazan el aplazamiento. De hecho, el mercado especula con que un grupo de bancos privados argentinos tiene ya preparado un cr¨¦dito-puente de hasta mil millones de d¨®lares para salvar del default a la provincia si se llega sin acuerdo al 5 de febrero. ¡°Un default de Buenos Aires afectar¨ªa a todos los bonos argentinos, que podr¨ªan caer al 30% de su valor y atraer a los fondos buitres, los que est¨¢n dispuestos a litigar en los tribunales de Nueva York para exprimir hasta el ¨²ltimo centavo¡±, explica un analista. ¡°Negociar con los fondos buitres es mucho m¨¢s dif¨ªcil que hacerlo con los acreedores regulares y Argentina no puede permit¨ªrselo¡±.
Pese a esa presi¨®n, el gobernador Kicillof asegura que no ceder¨¢. De viaje en Israel junto al presidente, Alberto Fern¨¢ndez, quien dice estar de acuerdo en la postura de firmeza, Kicillof dijo el viernes que los bonistas se encontraban ¡°ante su ¨²ltima oportunidad¡±. Y, como muestra de buena voluntad, se muestra dispuesto a abonar los intereses (27 millones de d¨®lares) en cuanto se acepte el aplazamiento del principal de la deuda.
Cuesti¨®n de calendario
La tensa partida de p¨®ker sobre los 250 millones de este vencimiento se debe a una cuesti¨®n de calendario. La provincia de Buenos Aires y el Gobierno argentino se han encontrado con el bono PB21 de forma prematura: la deuda nacional a¨²n no ha empezado a renegociarse con el FMI y los acreedores privados (ambas partes se dan de plazo hasta el 31 de marzo), y el ministro de Hacienda, Mart¨ªn Guzm¨¢n, quiere incluir la deuda bonaerense dentro del paquete global. Sin esa situaci¨®n paralela, que obliga a Kicillof a empujar el problema hasta mayo y a esconder sus cartas igual que lo hace el Gobierno, ya se habr¨ªa recurrido a un pr¨¦stamo bancario y pagado los bonos.
El ministro Mart¨ªn Guzm¨¢n no da pistas sobre c¨®mo encarar¨¢ la renegociaci¨®n. En una ley enviada esta semana al Congreso, se limita a decir que su objetivo es lograr al menos dos de tres condiciones: rebaja del capital, rebaja de los intereses y aplazamiento de capital e intereses. Pero su profesor y mentor, el Premio Nobel Joseph Stiglitz, dijo unos d¨ªas atr¨¢s en Davos que los acreedores deb¨ªan prepararse para condonar buena parte de la deuda: ¡°No puedo concebir ning¨²n modelo razonable que no diga que tiene que haber recortes significativos, ser¨ªa una fantas¨ªa pensar lo contrario¡±. Esa frase llen¨® de inquietud a los tenedores de bonos argentinos, que atribuyen a Stiglitz la funci¨®n de portavoz oficioso de Mart¨ªn Guzm¨¢n. Y alent¨® la resistencia de los acreedores de Buenos Aires: piensan que si aceptar un aplazamiento hasta mayo va a suponer luego nuevos sacrificios, m¨¢s vale forzar la mano ahora.
En el p¨®ker de la deuda todas las apuestas son muy altas. Pero quien m¨¢s se arriesga es Argentina. La econom¨ªa del pa¨ªs se contrajo un 4,5% durante el mandato de Mauricio Macri y la deuda en d¨®lares se duplic¨®, hasta rondar los 300.000 millones. Mientras, el peso se hundi¨®: un d¨®lar se cambiaba a 15 pesos cuando Macri lleg¨® a la presidencia, en diciembre de 2015, y ahora se cambia oficialmente a 63. La deuda externa se ha hecho impagable. Y la peor se?al es que los inversores y ahorradores argentinos siguen comprando d¨®lares, sea cual sea su precio: en los mecanismos extraoficiales, fuera del cambio sometido al ¡°cepo¡±, la divisa estadounidense oscila entre los 78 y los 82 pesos. Un ¡°default¡± aislar¨ªa a Argentina de todos los mercados financieros internacionales y la dejar¨ªa abandonada a su suerte.
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