Davos y la revoluci¨®n corporativa que viene
Estamos por lo tanto ante una ventana de oportunidad que puede dar lugar a un nuevo modelo de capitalismo

El Foro Econ¨®mico Mundial termin¨® la semana pasada en su localizaci¨®n habitual en Davos dando por oficial el comienzo de una nueva era corporativa, el del capitalismo de stakeholders, palabra de dif¨ªcil traducci¨®n que viene a reconocer a todas las partes implicadas en la vida empresarial: no s¨®lo los accionistas, sino tambi¨¦n los trabajadores, clientes, proveedores y la comunidad en la que las empresas se insertan.
De esta manera, las conclusiones del encuentro han validado la orientaci¨®n ya presentada durante el a?o 2019 en la declaraci¨®n de la Businees Roundtable de Estados Unidos, que re¨²ne a las m¨¢s importantes firmas norteamericanas, sobre el prop¨®sito de las corporaciones. De acuerdo con aquella declaraci¨®n, el objetivo de las empresas se ampli¨® desde la generaci¨®n de valor para los accionistas, para abarcar tambi¨¦n la generaci¨®n de valor para los clientes, la inversi¨®n en los trabajadores, las relaciones justas en la cadena de suministros y el apoyo a las comunidades. La declaraci¨®n no pas¨® desapercibida, en la medida en que supon¨ªa una ampliaci¨®n del campo de acci¨®n de las empresas privadas, cuyo objetivo fundamental hab¨ªa estado dirigido a remunerar adecuadamente las inversiones de los accionistas, para situar a las firmas en su contexto econ¨®mico y social y actuar en consecuencia.
La idea de este cambio no es, en absoluto, nueva: la responsabilidad social corporativa lleva d¨¦cadas en la agenda empresarial, con mayor o menor fortuna, pero el cambio fundamental es la incorporaci¨®n de la misi¨®n: ya no se trata de que las firmas tengan un sistema de control de riesgos ambientales, o de que ofrezcan una serie de prestaciones sociales m¨¢s relacionadas con las relaciones p¨²blicas y la comunicaci¨®n que con los aspectos principales de su negocio. Si nos tomamos en serio la declaraci¨®n, la responsabilidad social pasar¨ªa a ser un elemento definitorio del prop¨®sito empresarial. Decisi¨®n discutida y discutible donde las haya. El premio Nobel de econom¨ªa Milton Friedman se?al¨® hace a?os que el objetivo social de las empresas debe ser incrementar sus beneficios. No faltan argumentos para tomar en consideraci¨®n esta discusi¨®n: por mucho que los intangibles forman parte de la valoraci¨®n que los inversores hacen de las firmas, la diversificaci¨®n de su misi¨®n ¨²ltima hace dif¨ªcil establecer m¨¦tricas adecuadas y homologables de desempe?o empresarial y se corre el riesgo de que se distorsione gravemente la alineaci¨®n de intereses entre el gobierno de las empresas y los accionistas: defender objetivos sociales a costa de disminuir el valor financiero de empresas donde invierten fondos de los que dependen las pensiones de miles de trabajadores es una decisi¨®n que merece ser muy meditada.
Pero el paso dado parece irreversible: el fundador del foro de Davos ampli¨® el debate al hacer p¨²blico un nuevo manifiesto del Foro Econ¨®mico Mundial que, sustituyendo al fundacional de 1973, se?ala abiertamente que una empresa no es ¨²nicamente una unidad generadora de riqueza, sino tambi¨¦n un actor clave para responder a retos globales como el cambio clim¨¢tico, la desigualdad o la corrupci¨®n. No se trata de un a?adido sobre los procesos centrales de las firmas, sino que es su propia naturaleza la que debe cambiar. Y si cambia su naturaleza, nuestros m¨¦todos de valorar una empresa, centrados en su capacidad de generar flujos de caja, debe cambiar al un¨ªsono, incorporando en estos m¨¦todos una visi¨®n m¨¢s precisa y sistem¨¢tica del valor social. No faltan ejemplos de inversores institucionales que est¨¢n incorporando a sus decisiones de inversi¨®n criterios ambientales, sociales y de gobernanza (denominados ESG). De hecho, en el propio foro de 2020 se anunciaron pasos en esta direcci¨®n. En la medida en que m¨¢s inversores institucionales se adhieran a esos principios, m¨¢s r¨¢pida ser¨¢ la transici¨®n.
Estamos por lo tanto ante una ventana de oportunidad que puede dar lugar a un nuevo modelo de capitalismo. Podr¨ªa ser una operaci¨®n m¨¢s de lavado de imagen, pero es el propio desarrollo del mercado el que las empuja a ser consecuentes con los valores que dicen defender: cada vez son m¨¢s los clientes, ahorradores y trabajadores que exigen empresas con prop¨®sitos m¨¢s amplios que la mera acumulaci¨®n de beneficios. Es el mercado, y no la buena voluntad, la que est¨¢ al mando de esta revoluci¨®n.
Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn es economista y consultor
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.