El debate sobre el cambio clim¨¢tico y la desigualdad se abre paso en Davos
Banqueros centrales, Gobiernos, empresarios e instituciones coinciden en la urgencia de incorporar los cambios al an¨¢lisis econ¨®mico
Han hecho falta 50 a?os para que el Foro Econ¨®mico Mundial (WEF, por sus siglas en ingl¨¦s) haya situado el cambio clim¨¢tico en el centro del debate de su reuni¨®n anual en Davos, Suiza. Han sido muchas las sesiones, los debates y las charlas improvisadas que a lo largo de esta semana han girado en torno a la necesidad de tomar medidas de inmediato para atajar el cambio clim¨¢tico y para adaptar las pol¨ªticas, las inversiones y las estad¨ªsticas al nuevo entorno al que nos enfrentamos. Hasta el propio Foro ha adoptado medidas m¨¢s sostenibles: nada de botellas de pl¨¢stico, grifos con agua por todo el recinto, comida en su mayor¨ªa vegetariana para los periodistas, material reciclado para las decoraciones... Los aviones privados no cuentan. La presencia de la joven activista Greta Thunberg solo ha sido un elemento m¨¢s, el m¨¢s cr¨ªtico sin duda, en una conversaci¨®n ya en marcha.
Grandes empresas como BlackRock, Microsoft o Bank of America han anunciado antes de llegar a Davos iniciativas para ser en unos a?os neutros en emisiones o para incorporar cambios relacionados con el clima a sus carteras de inversi¨®n. Porque el cambio clim¨¢tico va a suponer, a su vez, un cambio en el modelo de crecimiento.?
"El Plan Verde anunciado por la Uni¨®n Europea sit¨²a el foco donde debe estar, en convertir los cambios que exige el medio ambiente en un est¨ªmulo para la econom¨ªa. Pero eso significa que habr¨¢ sectores que ahora son rentables que dejar¨¢n de serlo o lo ser¨¢n menos en el futuro. Y que la actividad econ¨®mica y financiera debe incorporar a su an¨¢lisis de riesgos los derivados de eventos clim¨¢ticos extremos, que cada vez son m¨¢s frecuentes", aseguraba en un panel el pasado viernes la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
Junto a ella, su antecesora y actual presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, recordaba que la entidad ha iniciado una revisi¨®n de la estrategia del banco que incluir¨¢ cuestiones relacionadas con el clima y la desigualdad, entre otros. "Las grandes fuerzas que mueven al mundo son el sexo, el miedo y la avaricia. Descartado el primero para lo que nos concierne, el factor miedo ya lo tenemos y hay que aprovechar el factor avaricia para poder dar un impulso a esta estrategia que debe hacerse desde la cooperaci¨®n", se?alaba ante un auditorio lleno de ejecutivos.
Lagarde llamaba la atenci¨®n sobre la necesidad de mejorar las herramientas para afinar el an¨¢lisis econ¨®mico, la capacidad de anticipaci¨®n, el dise?o de pol¨ªticas, los an¨¢lisis y la valoraci¨®n de los riesgos de empresas y entidades financieras y de la necesidad de que las agencias de calificaci¨®n lo incorporen a sus ratings.? "Tenemos que ser capaces de tasar los costes de esta transici¨®n", remataba.
Lo cierto es que ah¨ª se abre una enorme grieta con la Administraci¨®n estadounidense, que dificulta la adopci¨®n de est¨¢ndares globales, como sucede con el Acuerdo de Par¨ªs. "Estamos sobreestimando los costes del clima. No podemos incorporar al modelo econ¨®mico eventos que son por naturaleza impredecibles y que se ver¨¢n en muchos casos condicionados por los cambios tecnol¨®gicos", aseguraba el secretario del Tesoro de EE UU, Steven Mnuchin.
"Este a?o estoy casi un poco aburrido. Durante a?os he ido reclamando atenci¨®n sobre estos temas, pidiendo medidas a los Gobiernos y hoy todo el mundo est¨¢ en lo mismo", aseguraba en una pausa en el Centro de Congresos un directivo espa?ol habitual de Davos. "Yo creo que falta pragmatismo, que la gente lanza compromisos sin explicar c¨®mo los va a alcanzar. Y yo, que estoy en el sector, no consigo ver c¨®mo se van a lograr determinadas metas de reducci¨®n de emisiones. No son realistas", se?alaba otro entre reuni¨®n y reuni¨®n.
Las protestas sociales registradas en los ¨²ltimos meses en lugares tan dispares como Hong Kong, Chile, Ir¨¢n o L¨ªbano se han convertido en una llamada de atenci¨®n para las autoridades. Pese a que cada una de ellas tiene su propia naturaleza, el aumento de las desigualdad y la exigencia de mayor inclusividad son un nexo com¨²n. Tanto que el FMI ha abierto la mano con sus criticadas recetas de austeridad y ajuste y ha bendecido un aumento del gasto social. "Es importante reconocer que el gasto social est¨¢ bien dirigido, que es importante que los m¨¢s vulnerables est¨¦n protegidos", admit¨ªa la economista jefe del FMI, Gita Gopinath.
El Foro de Davos llamaba la atenci¨®n en su informe de riesgos sobre la importancia de abordar ambas cuestiones de inmediato pero como bien tuiteaba la economista Mariana Mazzucato, ese prop¨®sito es un buen ejemplo del esp¨ªritu esta cita anual: "Escuchado en un minibus el mejor resumen de lo que es Davos: donde los milmillonarios le dicen a los millonarios c¨®mo deber¨ªa vivir la clase media".
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