Pisos para 25 temporeros, jornadas laborales de 11 horas, control de tarjetas y n¨®minas irrisorias
Desarticulada una red que capt¨® a 61 personas del este de Europa para explotarlas laboralmente en campa?as citr¨ªcolas en las provincias de Castell¨®n, Valencia y Lleida
La Guardia Civil ha liberado a 61 personas sometidas a explotaci¨®n laboral que trabajaban como temporeros en distintas campa?as de recolecci¨®n de c¨ªtricos en las provincias de Castell¨®n, Valencia y Lleida. La operaci¨®n ¡®Bravos¡¯, como la ha llamado la polic¨ªa, ha acabado con la detenci¨®n de cinco personas y la desarticulaci¨®n de una organizaci¨®n delictiva especializada en la trata y explotaci¨®n laboral de ciudadanos del este de Europa, principalmente de Ruman¨ªa y Bulgaria.
La red llevaba nueve a?os captando trabajadores y traslad¨¢ndolos a Espa?a. La Guardia Civil calcula que habr¨ªa trasladado a Espa?a m¨¢s de mil personas para explotarlas en unas condiciones inhumanas y pr¨®ximas a la esclavitud. Una vez en el destino se les obligaba a pagar una cuota a la organizaci¨®n por la gesti¨®n de los documentos, el transporte al puesto de trabajo y el alquiler de la vivienda: pisos de tres habitaciones y totalmente insalubres en los que llegaron a estar hacinados hasta 25 temporeros.
Adem¨¢s, los trabajadores ten¨ªan prohibido salir de casa, salvo para ir a trabajar y en compa?¨ªa de alg¨²n miembro de la organizaci¨®n, y se les impon¨ªan jornadas de casi 12 horas diarias, con apenas 15 minutos para comer y sin ning¨²n d¨ªa semanal de descanso. La red controlaba adem¨¢s las tarjetas de cr¨¦dito de las v¨ªctimas, retirando ¡°a su antojo¡± el dinero de sus cuentas bancarias, ha informado la Guardia Civil.
A los cinco detenidos se les acusa de los delitos de pertenencia a organizaci¨®n criminal y trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n laboral, entre ellos sus cabecillas, un matrimonio rumano de 49 y 45 a?os residente en Castell¨®n y con antecedentes por los mismos hechos. Cuatro de las personas arrestadas ya est¨¢n en prisi¨®n. Tambi¨¦n han sido liberadas 21 v¨ªctimas, que elevan a 61 el total de temporeros explotados por la red y que en la mayor¨ªa de casos ha podido regresar ya a sus pa¨ªses de origen.
Todas las v¨ªctimas compart¨ªan lugar de procedencia (Ruman¨ªa y Bulgaria) y estaban en situaci¨®n de vulnerabilidad econ¨®mica y personal. El gancho pasaba por ofertarles un contrato de trabajo en Espa?a con remuneraci¨®n en met¨¢lico por los trabajos realizados, as¨ª como una vivienda digna y gratuita durante la vigencia del contrato laboral.
¡°Ante situaciones personales dram¨¢ticas, en la mayor¨ªa de casos provocadas por una escasez de ingresos con los que poder pagar productos b¨¢sicos de primera necesidad como medicamentos o comida, no dudaban en aceptar la oferta, lleg¨¢ndose a pagar ellos mismos el traslado a nuestro pa¨ªs en autob¨²s o incluso por v¨ªa a¨¦rea, a pesar de su precaria situaci¨®n¡±, se?alan desde la Guardia Civil.
Una vez en Espa?a, eran distribuidos en casas de la red y los cabecillas informaban a los temporeros de la necesidad de disponer de determinados documentos para poder trabajar legalmente en el pa¨ªs, como el NIE. Gestiones por las que les cobraban 20 euros sin llegar a entregarles jam¨¢s los papeles tramitados. Adem¨¢s, les prohib¨ªan ¡°salir bajo ning¨²n concepto de las casas donde se alojaban, salvo para ir a trabajar¡±. Tambi¨¦n se les anunciaban los pagos que deb¨ªa hacer de forma peri¨®dica a la red: 3 euros diarios en concepto de traslado al lugar de trabajo o el de otros 75 euros mensuales por la vivienda.
El enga?o a los trabajadores respecto a las condiciones ofertadas en un principio se extrapolaba tambi¨¦n a su jornada laboral: desde las 7.30 horas hasta las 18.30 horas, de lunes a domingo, con un descanso de 15 minutos para comer y contempl¨¢ndose como ¨²nico descanso laboral el de los d¨ªas con inclemencias meteorol¨®gicas. Por convenio, en la recolecci¨®n citr¨ªcola el capazo de fruta se paga a 1,20 euros pero incluye solo el traslado desde el ¨¢rbol al cami¨®n. Sin embargo, las v¨ªctimas de esta red deb¨ªan tambi¨¦n subir y apilar las cajas en el veh¨ªculo, una labor que compete a cuadrillas diferentes.
Tambi¨¦n se les ofreci¨® el cobro del salario en met¨¢lico, pero finalmente eran obligados a abrir una cuenta corriente a la que supuestamente transferir¨ªan la n¨®mina. El matrimonio que lideraba la red actuaba como mediador entre los temporeros y la entidad bancaria, y aprovechando el desconocimiento del idioma de los trabajadores, facilitaban a la sucursal su propia direcci¨®n para recibir notificaciones y las tarjetas de cr¨¦dito y d¨¦bito contratadas por las v¨ªctimas. ¡°Todo ello permit¨ªa al matrimonio retirar a su antojo el dinero ingresado por las empresas de trabajo temporal en las cuentas corrientes de los trabajadores en concepto de n¨®minas, que son las que posteriormente contratar¨ªan legalmente a las v¨ªctimas¡±, apuntan desde el cuerpo de seguridad.
Una vez que ten¨ªan el control de ese dinero, remit¨ªan la mayor parte del mismo a su pa¨ªs de origen para blanquearlo. Mientras, a las v¨ªctimas les pagaban en met¨¢lico ¡°cantidades irrisorias¡±, descont¨¢ndoles tambi¨¦n sumas ¡°totalmente desproporcionadas¡± en conceptos de deudas contra¨ªdas por los temporeros, que los mismos nunca llegaban a entender.
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