Defender el orden internacional: la asociaci¨®n UE-Jap¨®n
Ante el actual cuestionamiento del orden internacional, los recientes acuerdos firmados por nipones y europeos impulsan la defensa de un sistema af¨ªn a sus valores
En un mundo de constantes cambios en los equilibrios de poder, las nuevas alianzas que surgen entre actores internacionales, as¨ª como las distintas maneras que ¨¦stos tienen de relacionarse, ayudan a dibujar el escenario geopol¨ªtico actual. En este sentido, la firma de los Acuerdos de Asociaci¨®n Econ¨®mica y Estrat¨¦gica en 2018 por la Uni¨®n Europea y Jap¨®n, adem¨¢s de impulsar y reforzar las relaciones existentes entre ambos, refleja la cooperaci¨®n de dos actores afines en la defensa y promoci¨®n del orden internacional multilateral basado en normas, tan contestado a d¨ªa de hoy.
Desde hace un tiempo, ha venido repiti¨¦ndose como un mantra la idea de este orden vi¨¦ndose amenazado por el ascenso de nuevos poderes, como China, y la intensificaci¨®n de actitudes unilateralistas y proteccionistas, como las llevadas a cabo por la Administraci¨®n Trump. El actual Secretario General de Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, ha llegado incluso a afirmar que el mundo padece de un d¨¦ficit de confianza[1] generalizado en las instituciones internacionales multilaterales que se crearon tras el final de la Segunda Guerra Mundial. La consecuencia ¨²ltima de esto es la proliferaci¨®n de pol¨ªticas populistas a nivel nacional y el desarrollo de pol¨ªticas exteriores unilaterales a nivel internacional.
Esta situaci¨®n se torna especialmente preocupante para aquellos actores que, como la Uni¨®n Europea y Jap¨®n, hacen de la defensa del multilateralismo y del orden internacional liberal su raz¨®n de ser. Para dos potencias civiles, tal y como afirmar¨ªa Fran?ois Duch¨ºne, analista pol¨ªtico del proceso de integraci¨®n europeo y quien acu?ara el t¨¦rmino ¡®potencia civil¡¯ para la Uni¨®n Europea, la existencia de un orden internacional en el que predominen el respeto por el derecho internacional, el Estado de Derecho y el libre comercio resulta vital. M¨¢s para una potencia normativa como la Uni¨®n Europea, cuya pol¨ªtica exterior se propone ofrecer un modelo de gobernanza global sostenible y, ante todo, multilateral.
Ante este contexto, la nueva dimensi¨®n que cobran las relaciones Uni¨®n Europea-Jap¨®n con los Acuerdos de Asociaci¨®n Econ¨®mica y Estrat¨¦gica de 2018, y con la Asociaci¨®n sobre conectividad sostenible e infraestructuras de calidad suscrita en 2019, no puede dejar de entenderse desde un punto de vista de necesidad geopol¨ªtica.
Por un lado, Estados Unidos, aliado fundamental tanto de la Uni¨®n Europea como de Jap¨®n, cuestiona con sus acciones el orden multilateral que defienden estos actores. Su abandono del acuerdo nuclear con Ir¨¢n o del TPP, un importante tratado de libre comercio entre varios pa¨ªses de la Cuenca del Pac¨ªfico, son solo dos ejemplos de pr¨¢cticas unilaterales que resultan especialmente dolorosas tanto para europeos como para nipones. Por otro lado, la defensa por parte de China de un orden multilateral distinto al actual, amenaza tambi¨¦n con dinamitar el orden internacional existente. Adem¨¢s, para Jap¨®n en particular, la creciente militarizaci¨®n de China y su violaci¨®n del derecho internacional en el Mar del Sur de China no dejan de ser hondos motivos de preocupaci¨®n, as¨ª como catalizadores de dilemas de seguridad.
Por esta raz¨®n, los acuerdos firmados entre la Uni¨®n Europea y Jap¨®n en 2018 y 2019 han de entenderse como una suerte de alianza entre actores que comparten valores y desaf¨ªos y que quieren erigirse como estandartes de la defensa del orden internacional multilateral. La idea es que esta asociaci¨®n sirva para demostrar a la comunidad internacional que el orden actual puede seguir existiendo y reportando beneficios a todos los Estados que participen de ¨¦l.
Ahora bien, el orden multilateral que logre sobrevivir deber¨¢ estar adaptado a las realidades y necesidades actuales de los Estados. No puede seguir basado en la hegemon¨ªa occidental, ni en concepciones euroc¨¦ntricas de las culturas y los pa¨ªses, sino que ha de ser inclusivo y reflejar as¨ª las nuevas relaciones de poder existentes con la aparici¨®n de las potencias emergentes. El concepto networked multilateralism[2] resulta especialmente esclarecedor a este respecto, pues contempla la cooperaci¨®n entre organizaciones internacionales y regionales como la Uni¨®n Africana o la Organizaci¨®n de Estados Americanos.
En cualquier caso, la asociaci¨®n Uni¨®n Europea-Jap¨®n, si bien presenta oportunidades para la mejora del actual orden internacional, no deja de enfrentar ciertas dificultades. Del lado de las oportunidades nos encontramos con dos potencias econ¨®micas que han ido desarrollando un importante soft power y que pueden valerse de esta cooperaci¨®n y capacidad de influencia para imprimir en la sociedad internacional una serie de valores (paz, democracia, resoluci¨®n pac¨ªfica de controversias, respeto por el derecho internacional) necesarios para la buena conducci¨®n de las relaciones internacionales. Esto les permitir¨¢, a su vez, mejorar su perfil diplom¨¢tico: en el caso de la Uni¨®n Europea, dejar de ser payer para ser player; en el caso de Jap¨®n, dejar de ser follower para ser beacon[3]. Hablamos adem¨¢s de actores que se encuentran a la vanguardia del desarrollo de conceptos tales como el de seguridad humana, sin duda adaptado a las amenazas h¨ªbridas y desconocedoras de fronteras propias del siglo XXI.
El futuro del multilateralismo es incierto: las actitudes proteccionistas de los dos grandes polos de poder, Estados Unidos y China, amenazan con dinamitarlo
Del lado de las dificultades, en cambio, debemos considerar dos aspectos que pueden obstaculizar el ¨¦xito total de la asociaci¨®n Uni¨®n Europea-Jap¨®n, o al menos condicionarlo. Por parte europea, la ausencia de una pol¨ªtica exterior com¨²n unida, coherente y eficaz, distorsiona el impacto que la asociaci¨®n puede tener en el sistema internacional. Es m¨¢s, el propio Jap¨®n mantiene relaciones a dos bandas, es decir, con las instituciones europeas, por un lado, y con los Estados miembros por otro. Esta realidad dual no deja de debilitar la imagen y eficacia de la Uni¨®n Europea como actor internacional. Por parte japonesa, la asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea no es sino una estrategia complementaria a otras, como la del Free and Open Indo-Pacific, anunciada por Abe en 2016 y especialmente apoyada por Estados Unidos e India. Por consiguiente, el ¨¦xito de la asociaci¨®n estar¨¢ sujeto a la prioridad que en cada momento le conceda el gobierno japon¨¦s, con las limitaciones que esto conlleva.
En definitiva, el futuro del orden internacional multilateral es incierto, pues las actitudes unilateralistas y proteccionistas de los dos grandes polos de poder, Estados Unidos y China, amenazan con dinamitarlo. Esto obliga a sus m¨¢s fieles defensores, Uni¨®n Europea y Jap¨®n, a replantearse sus estrategias y alianzas con vistas a lograr una asociaci¨®n lo suficientemente fuerte y atractiva como para alzarse en alternativa real al mundo de super Estados actual. Las semillas para mantener el orden internacional multilateral han sido sembradas. Ahora toca esperar a que den su fruto.
* Ana Raya Collado es analista pol¨ªtica de la Fundaci¨®n Alternativas
[1]https://www.un.org/sg/en/content/sg/speeches/2018-09-25/address-73rd-general-assembly
[2]https://www.un.org/sg/en/content/sg/speeches/2018-11-09/strengthening-multilateralism-and-role-un-remarks-security-council
[3] ¡°Interview: Foreign Minister KONO Taro Japan¡¯s Diplomatic Landscape in 2018¡±, Japan Foreign Policy Forum, Julio-Agosto 2018.
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