Covid-19 y el d¨¦ficit en gesti¨®n p¨²blica
Siempre hemos pensado que ten¨ªamos una sanidad p¨²blica excelente, pero nos hab¨ªamos olvidado de que necesitaba unos medios que se le hab¨ªan sustra¨ªdo
No sabemos ahora cu¨¢l va a terminar siendo la incidencia que la cuarentena va a tener en nosotros, en nuestros sentimientos, en nuestra conciencia y en nuestras relaciones ¨ªntimas, con nuestras parejas y con nuestros hijos. La inaceptable desigualdad en las condiciones de vida y vivienda y la inexistencia o abandono de educaci¨®n sentimental se ceban injustamente en las vidas cotidianas de muchas personas de nuestra sociedad. Y esto adquiere ahora una dimensi¨®n especial que no podemos olvidar. Habr¨¢ que buscar la mejor forma de afrontar su superaci¨®n en el ma?ana m¨¢s inmediato.
Por supuesto, es prioritario mejorar constantemente los ¨ªndices de desigualdad econ¨®mica, pero tambi¨¦n, y yo dir¨ªa tanto o m¨¢s prioritario, ser¨¢ mejorar la educaci¨®n. Es la tarea esencial. La educaci¨®n no solo entendida como aprendizaje de conocimientos, sino como la adquisici¨®n de habilidades que, junto a la avidez de aprender, tienen que ver con la esencia de nuestros sentimientos y conciencia.
La COVID-19 ha irrumpido sobre todo con su tr¨¢gica incidencia, que es lo que nos entristece y preocupa. En Espa?a han muerto m¨¢s de 25.000 personas como consecuencia de la pandemia. En t¨¦rminos relativos al tama?o de nuestra poblaci¨®n, el n¨²mero de fallecidos ha sido mayor que en otros pa¨ªses. ?Por qu¨¦? No se sabe bien. Se habla de factores sociol¨®gicos: nuestro mayor grado de envejecimiento, nuestra afectividad y relaciones familiares, m¨¢s intensas que en otros lares¡ Todo ello puede haber contribuido, pero tambi¨¦n parece que se dan otras razones internas, expresi¨®n de nuestras actitudes colectivas y, en definitiva, pol¨ªticas.
Siempre hemos pensado que ten¨ªamos una sanidad p¨²blica excelente. Sin embargo, es muy posible que, de una manera colectiva, nos hubi¨¦ramos olvidado de que necesitaba unos medios que se le hab¨ªan sustra¨ªdo, sin que la privada, ya no para todos, hubiera podido sustituir lo que le hab¨ªamos privado. Pol¨ªticas de recorte que se aprobaron con el respaldo de votos irreflexivos que se dejaron encandilar por los repetidos se?uelos de las rebajas de impuestos.
Pero los recortes se inscriben en un d¨¦ficit m¨¢s general, que tambi¨¦n creo que ha quedado ahora al descubierto. Es una evidencia. Hemos sufrido un verdadero 'gap' en la formaci¨®n para la organizaci¨®n y gesti¨®n p¨²blicas. De forma epis¨®dica, y sin planificaci¨®n ni visi¨®n a largo plazo, se ha hablado a veces en nuestra democracia de la necesidad de la eficacia y la eficiencia en la gesti¨®n p¨²blica; lo exige la Constituci¨®n. Pero, como otras cuestiones y derechos, nunca se ha abordado de verdad y en profundidad, con su lectura tan selectiva, que solo citamos cuando truena y para lo que, en cada caso, pensamos que truena.
La derecha siempre ha menospreciado la actividad p¨²blica. En muchas ocasiones, s¨ª, ha querido tener contentos a los empleados p¨²blicos. Que no molestaran era un objetivo interesado y corto de miras. Nunca ha abordado una reforma de la Administraci¨®n p¨²blica. La izquierda tampoco ha cre¨ªdo de verdad en la gesti¨®n p¨²blica. Tantas veces las instituciones se han visto como plataformas desde las que lanzar proclamas. De forma incomprensible todav¨ªa recuerdo las cr¨ªticas de algunas personas que me acompa?aron en el Gobierno municipal, que no comprend¨ªan el que yo insistiera en la importancia, fundamental, de una gesti¨®n eficaz. Algunos, supuestamente amigos, me llegaron a tildar de 'gestionaria', como si otra, no s¨¦ bien cu¨¢l, fuera la tarea de una alcaldesa.
La sociedad civil ha dado la talla asumiendo las obligaciones que la pandemia nos ha impuesto
No puede ser. Lo que nos pasa hoy, entre otras muchas cosas, adolece de nuestro d¨¦ficit en gesti¨®n p¨²blica. No lo podemos olvidar. Tenemos que sacar conclusiones de esta amenaza tan dura que estamos viviendo. La eficacia de lo p¨²blico es exigible sobre todo en la Sanidad. En esta y otras muchas cuestiones, en relaci¨®n a los cuidados, la eficacia resulta imprescindible, sobre todo para aquellos m¨¢s vulnerables. Para aquellos que por encima de todo necesitan el cumplimiento de esa justicia que no puede ser otra que la justicia social.
La respuesta a la pandemia de la COVID-19 ha confirmado sin embargo el alto nivel de civismo de la sociedad espa?ola, de la sociedad civil. Antes del terrible azote, los medios no cesaban de incidir en el gran enfrentamiento que estaba viviendo la sociedad espa?ola. Entonces ya insist¨ª, y mucho, en que esto no era as¨ª. La sociedad espa?ola no viv¨ªa la confrontaci¨®n. En la normalidad, eran sus representantes pol¨ªticos, apoyados y jaleados por los medios, los que, de manera irresponsable y equivocada, hab¨ªan convertido la confrontaci¨®n en su ¨²nica forma de hacer pol¨ªtica. Forma que, mantenida en y ante la crisis no solo choca a¨²n m¨¢s, sino que contrasta hirientemente con la espl¨¦ndida respuesta c¨ªvica y solidaria de la sociedad civil.
La sociedad civil espa?ola ha dado la talla. Ha respondido asumiendo las obligaciones que la pandemia nos ha impuesto. El estado de alarma, con sus exigencias, y con toda su estructura jur¨ªdica, se ha cumplido de una forma ejemplar. Anecd¨®ticos son los incumplimientos y las sanciones que los mismos han podido generar. Podemos decir que, en este caso, el estado de alarma y las leyes que lo confirman, se han cumplido por convicci¨®n.
Desde siempre insist¨ª en que la aplicaci¨®n m¨¢s perfecta de una ley es aquella que se cumple por convicci¨®n, sin que sea necesaria la coerci¨®n para hacerlo. Mejor no imaginar lo que hubiera significado una actitud de confrontaci¨®n, de rebeld¨ªa y consiguiente indisciplina, ante el estado de alarma. Algo de eso est¨¢ pasando en Estados Unidos, fomentado por la irresponsable actitud de Trump. Veremos cu¨¢l puede ser el resultado, tras el gran impacto que la pandemia est¨¢ teniendo ya en ese gran pa¨ªs.
* Manuela Carmena es patrona de la Fundaci¨®n Alternativas y ex alcaldesa de Madrid
(Este texto fue publicado previamente en los peri¨®dicos del Grupo Vocento, el 6 de mayo de 2020)
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