Flexibilidad para que cohabiten teletrabajo y presencialismo
Los expertos aseguran que el salto de los ¨²ltimos meses muestra las posibilidades de la f¨®rmula, pero tambi¨¦n las carencias formativas de la fuerza laboral y de herramientas en las empresas
El teletrabajo no necesita nueva regulaci¨®n, sino flexibilidad para que las empresas y los empleados construyan juntos la forma de organizar la actividad laboral de la ¨¦poca post pandemia. Flexibilidad para poder corregir sus carencias observadas, mejorar su complementariedad con el presencialismo, y a la vez, elevar la productividad, reforzar la cultura de empresa e intensificar la digitalizaci¨®n. Esta es la principal conclusi¨®n a la que llegaron los expertos durante el debate sobre La vuelta a la actividad. C¨®mo ser¨¢ el trabajo del futuro, organizado por Foro Futuro, el observatorio de tendencias econ¨®micas de Cinco D¨ªas con la colaboraci¨®n de Banco Santander.
Durante la pandemia el teletrabajo creci¨® de forma exponencial en Espa?a. Seg¨²n datos de Eurofound, antes de la llegada del virus el n¨²mero de teletrabajadores no llegaba al 7% y s¨®lo un 13% de las empresas ofrec¨ªa esta posibilidad a sus plantillas o a una parte de ellas. Pero esta circunstancia de crisis sanitaria ha llevado al teletrabajo a cerca de un 30% de los trabajadores, seg¨²n c¨¢lculos manejados por Funcas. Pero este salto de a?os producido en semanas, a la vez que ha demostrado que no era tan deficiente la disposici¨®n al trabajo telem¨¢tico, ha dejado al descubierto un mont¨®n de deficiencias que hay que solventar.
Mari Luz Rodr¨ªguez, profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad de Castilla La Mancha, que dirige los m¨¢s destacados y recientes trabajos sobre las transformaciones del mercado laboral, destac¨® que el trabajo en remoto ¡°nos ha permitido mantener la actividad en miles de empresas, y hemos asistido a una aceleraci¨®n de las tendencias que ya se estaban manifestando antes de la pandemia¡±. A su juicio, esta f¨®rmula ¡°nos hace soberanos de nuestro trabajo si sabemos desconectar, que no sabemos; acelerar¨¢ la digitalizaci¨®n; y supone un importante ahorro de costes para las empresas¡±. Pero destac¨® tambi¨¦n la existencia de ¡°brecha digital entre personas y entre empresas, con carencia de los niveles formativos adecuados para practicar habilidades digitales, y con empresas preparadas, y otras que no lo est¨¢n¡±. Cit¨® tambi¨¦n la prolongaci¨®n de las jornadas y el riesgo de intensificar la desigualdad de g¨¦nero entre los riesgos del trabajo en remoto.
Fernando Fern¨¢ndez, profesor de Econom¨ªa y Finanzas del IE Business School, apunta que una vez pasado lo peor de la crisis sanitaria y a medida que los trabajadores que estaban operando a distancia se reincorporan de forma f¨ªsica, queda claro que la realidad laboral ha cambiado. ¡°Vamos a salir con un modelo m¨¢s h¨ªbrido que compagine presencialismo y teletrabajo; pero corremos el riesgo de erosionar la cultura de la empresa, y extremar las tendencias al individualismo en el trabajo, con un crecimiento de los formatos aut¨®nomos, y el riesgo aparejado que lleva la falta de recursos para financiar el estado del bienestar, ya que los aut¨®nomos tienen una tendencia de cotizar por las bases m¨ªnimas¡±.
¡°Cuando se est¨¢ en un proceso como este hay que disponer de flexibilidad para desarrollarlo. No necesitamos una nueva ley del teletrabajo. Necesitamos empezar a funcionar y que las empresas y los trabajadores empecemos a ver c¨®mo construimos el modelo h¨ªbrido¡±, asegura. ¡°En medio de esta incertidumbre, demos a las partes la posibilidad de ir renegociando en un proceso de prueba y error¡±.
Mari Luz Rodr¨ªguez coincide en que no es necesaria nueva regulaci¨®n, porque ya existe: ¡°ya est¨¢ regulado en el art¨ªculo 13 del Estatuto de los Trabajadores, si bien no lo llama as¨ª por alguna raz¨®n que no entendemos. Tenemos el acuerdo europeo de teletrabajo a trav¨¦s de la negociaci¨®n colectiva y en nuestro pa¨ªs la ley de Protecci¨®n de Datos regul¨® el derecho a la desconexi¨®n digital. Mimbres normativos tenemos; ahora hay que llevarlo a la pr¨¢ctica facilitando la aplicaci¨®n en empresas y sectores en los convenios¡±.
La nueva forma de relaci¨®n entre empresas y trabajadores trae tambi¨¦n consigo nuevos riesgos. Desde el punto de vista empresarial, la f¨®rmula funciona mejor de lo que muchos pensaban. Francisco Sim¨®n, director de Recursos Humanos del Centro Corporativo del Banco Santander explica que en solo un d¨ªa fueron capaces de sacar 10.000 empleados de la ciudad financiera y ponerlos a teletrabajar desde casa sin ning¨²n problema. ¡°En un 90% de los casos se mantiene la productividad. En un 1% baja, y en el resto, aumenta. Desde casa se trabaja m¨¢s porque las personas no saben desconectar. El teletrabajo est¨¢ muy regulado y sabemos qu¨¦ es, pero de la desconexi¨®n tenemos que aprender much¨ªsimo en Espa?a¡±.
Francisco P¨¦rez, catedr¨¢tico de an¨¢lisis econ¨®mico de la Universitat de Val¨¨ncia y director del IVIE, duda sobre si la experiencia del Santander puede ser algo extrapolable. ¡°Sin un entorno de preparaci¨®n como el que ten¨ªa la gente del banco, es dif¨ªcil que el teletrabajo no pase factura a la productividad¡±. El experto distingue entre los efectos de un teletrabajo adoptado como soluci¨®n de emergencia y el de uno que se asume como una aut¨¦ntica alternativa operacional en el seno de la compa?¨ªa. ¡°Estos meses han sido un ejemplo de lo primero, solo si esta f¨®rmula se convierte en algo operacional ser¨¢ posible que contribuya a la productividad; y para m¨ª ser¨ªa una sorpresa que un teletrabajo de emergencia lo hiciera¡±.
Los expertos advierten de la preocupante invasividad y las jornadas marotanianas que produce la ca¨ªda del muro entre vida profesional y vida personal. Adem¨¢s, la irrupci¨®n tecnol¨®gica con el teletrabajo como punta de lanza ha dejado peligrosos ejemplos de precariedad. Un ejemplo que pone Santiago Carb¨®, catedr¨¢tico de econom¨ªa de CUNEF y director de estudios financieros de Funcas, es el de los ¨²ltimos avances en el ¨¢mbito de servicios a domicilio. ¡°Hemos visto algunas contrataciones que desde luego si queremos ir a mejor como sociedad hay que ser m¨¢s exigentes con la regulaci¨®n¡±. ¡°Las nuevas actividades digitales no pueden ser un camino de debilitar derechos sociales o de utilizar figuras contractuales que no son aceptables. Es la sociedad la que debe exigirlo. Los pobres trabajadores no van a poder. Hay que exigir que estas empresas que generan tanto valor a?adido hagan contratos adecuados a sus trabajadores¡±, a?ade Santiago Carb¨®.
Adem¨¢s de la tecnolog¨ªa, los expertos coinciden al recordar la importancia que deber¨ªa tener el factor humano a la hora de repensar la organizaci¨®n del trabajo. ¡°La tecnolog¨ªa es importante, pero el trabajo humano sigue siendo lo esencial, como esencial es corregir la dualidad contractual que tenemos, y que siempre provoca que el ajuste se haga con los empleados temporales¡±, asevera Mari Luz Rodr¨ªguez.
Fernando Fern¨¢ndez a?adi¨® que el mercado laboral del futuro no debe olvidar que adem¨¢s de integrar tecnolog¨ªa y empleo, debe hacerlo sin olvidar el envejecimiento demogr¨¢fico, la femenizaci¨®n del mercado con el riesgo de avance de la desigualdad, y las migraciones, necesarias en un continante envejecido.?
La distancia acent¨²a la desigualdad en las aulas
Adem¨¢s de imponerla en el mercado de trabajo, el Covid-19 tambi¨¦n ha forzado a implementar la distancia en la ense?anza, algo que seg¨²n los expertos ha pasado factura al sistema educativo ya que potencia las desigualdades de diferentes maneras. ¡°Hay una gran heterogeneidad por niveles formativos y centros. Para algunos casos la ense?anza a distancia ha sido muy provechosa pero en otros ha estado a un nivel muy bajo¡±, lamenta Francisco P¨¦rez.
Santiago Carb¨® tambi¨¦n destaca que no todo el mundo ha tenido el mismo acceso a la educaci¨®n en las ¨²ltimas semanas. ¡°No todos los colegios ten¨ªan la misma capacidad, tambi¨¦n estaba el otro lado, el de que las familias quiz¨¢s no ten¨ªan la conexi¨®n o los ordenadores necesarios para conectarse¡±.
El golpe se ha parado gracias a la tecnolog¨ªa, pero no hay motivos para estar orgullosos a ojos de Fernando Fern¨¢ndez. ¡°El sistema educativo permite igualar las diferencias que hay en los hogares; pero si nos vamos a un modelo no presencial, las circunstancias familiares van a influir mucho m¨¢s¡±.
En este contexto de un sistema educativo m¨¢s d¨¦bil por la no presencialidad, los retos de serie a los que se enfrenta la ense?anza en Espa?a se hacen m¨¢s dif¨ªciles de combatir. Uno de estos retos es el de la falta de los conocidos como perfiles STEM, perfiles t¨¦cnicos como ingenieros o matem¨¢ticos, entre otros. ¡°Una de las carencias que tenemos en nuestro pa¨ªs es que no contamos con una fuerza de trabajo preparada para la transformaci¨®n digital¡±, comienza explicando Mari Luz Rodr¨ªguez. ¡°En las universidades p¨²blicas llevamos 10 a?os sin aumentar el n¨²mero de plazas en los estudios STEM y la no incorporaci¨®n de las mujeres a los perfiles STEM es un gran problema¡±.
Francisco Sim¨®n asegura que hay mucho talento femenino en las disciplinas STEM. ¡°El problema es que no es f¨¢cil encontrar estos perfiles porque hay mucha demanda de este talento y hay pocas mujeres en este campo¡±.
Francisco P¨¦rez pone el foco en que no se trata tanto de un problema de oferta de formaci¨®n acad¨¦mica sino m¨¢s de uno de falta de demanda. ¡°Las universidades observan que esa demanda de las carreras STEM cae cuando el 40% de las ofertas de empleo para los universitarios est¨¢n en este campo; hay escasez de recursos humanos imprescindibles y la transformaci¨®n digital se hace con dificultades¡±.
Francisco P¨¦rez desglosa que a d¨ªa de hoy, el porcentaje de empresas con profesionales STEM es ¡°rid¨ªculo¡±. ¡°Representa un 13% del conjunto del sistema y entre las peque?as empresas no llega al 4%¡±. Mari Luz Rodr¨ªguez pone sobre la mesa otro de los grandes problemas: ¡°Los ingenieros antes ganaban 24.000 euros de entrada y subiendo, ahora, ganan 12.000 euros y bajando¡±, ilustra.?
Los ERTE como ejemplo de flexibilidad
Trabajos
Mari Luz Rodr¨ªguez mencion¨® los expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE) como uno de los ejemplos de la flexibilidad que necesita el mercado laboral. ¡°Los ERTE han funcionado. A trav¨¦s de ese elemento que se introdujo en 2009 y que entonces no fue operativo. Hemos llegado a tener 3,6 millones de trabajadores en suspensi¨®n de empleo o reducci¨®n de jornada. Entre todos hemos salvado en torno a 3 millones de empleos¡±.
Empresas
Otros expertos, aunque reconocen lo bien que ha funcionado este mecanismo, tienen dudas sobre su efecto en las empresas. Es el caso de Fernando Fern¨¢ndez: ¡°no tenemos ni idea si han funcionado a modo de mecanismo de salvaci¨®n de empresas, todav¨ªa no sabemos que va a pasar; necesitamos flexibilidad, humildad y no intentar dirigir procesos sin saber a d¨®nde queremos ir¡±.
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