?Llegar¨¢ la vacuna a todo el mundo? El tiempo para actuar se acaba
La respuesta a la Covid-19 puede ser otro ejemplo de c¨®mo la exclusividad de comercializaci¨®n y los monopolios se imponen a la garant¨ªa de acceso

En un art¨ªculo anterior se?al¨¢bamos c¨®mo la crisis de la COVID-19 nos obligaba a defender el acceso a la sanidad p¨²blica y a los medicamentos como un derecho de todos, un derecho humano. ¡°La ¨²nica prioridad ahora mismo¡±, continu¨¢bamos, ¡°debe ser responder a la crisis generada por esta pandemia. Y hemos de hacerlo con decisi¨®n y rapidez. Pero (¡) ser¨¢ fundamental abordar el cambio del modelo de financiaci¨®n y desarrollo de medicamentos y vacunas para garantizar su sostenibilidad¡±.
Es bien conocida la significativa an¨¦cdota, que tuvo lugar en una entrevista el 21 de abril de 1953, en la cual el periodista Edward Murrow le pregunt¨® al descubridor de la vacuna frente a la polio, Jonas Salk: ¡°?Qui¨¦n es propietario de la patente de esta vacuna?¡±, a lo que Salk contest¨®: ¡°De la gente, dir¨ªa yo¡ ?Se puede patentar el sol?¡±
La pregunta y la respuesta, hoy, 70 a?os despu¨¦s, siguen plenamente vigentes y son todav¨ªa m¨¢s urgentes en un mundo con casi 29 millones de personas contagiadas y un mill¨®n de fallecidos. En efecto, el desarrollo de las vacunas para el SARS-CoV-2 sucede en un escenario que afecta simult¨¢neamente a la pr¨¢ctica totalidad de la humanidad, con unas dimensiones sanitarias, econ¨®micas y sociales tr¨¢gicas. Lo abrumador de esta realidad pone de manifiesto c¨®mo el actual modelo por el que se financia la investigaci¨®n y se organiza la producci¨®n de medicamentos tiene que ser reformado a fondo.
Dentro de las iniciativas en el ¨¢mbito europeo, el 4 de mayo de 2020 la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, organiz¨® un encuentro para recabar fondos orientados a acelerar el desarrollo, la producci¨®n y el acceso equitativo a las vacunas, pruebas diagn¨®sticas y terapias para la COVID-19. A trav¨¦s de ¨¦sta y otras iniciativas impulsadas por la UE se han recaudado, a 10 de septiembre, 15.900 millones de euros (de la propia Comisi¨®n, el Banco Europeo de Inversiones, los pa¨ªses miembros y otras entidades).
Pero esta importante iniciativa no incluye el requisito obligatorio de que la propiedad intelectual, el conocimiento y las tecnolog¨ªas desarrolladas con esos fondos fueran de dominio p¨²blico, ¡°de la gente¡±. Unos d¨ªas despu¨¦s, el 14 de mayo, 140 personalidades mundiales hicieron p¨²blica una carta dirigida a los ministros de Salud participantes en la 73? Asamblea Mundial de la OMS. Encabezaban la carta los presidentes de Sud¨¢frica, Ghana y Senegal y el primer ministro de Pakist¨¢n. Entre los firmantes figuraban algunos espa?oles: Felipe Gonz¨¢lez, Rodr¨ªguez Zapatero, Ana Palacio y Cristina Narbona.
La carta es rotunda: ¡°El acceso a vacunas y tratamientos [para la COVID] como bienes p¨²blicos globales interesa a toda la humanidad. No podemos permitir que los monopolios, la competencia cruda y los nacionalismos miopes bloqueen el camino¡±, dicen, e instan a ¡°asegurar que se compartan obligatoriamente los conocimientos, datos y tecnolog¨ªas con un pool de licencias COVID-19, disponibles libremente para todos los pa¨ªses¡± y a que, en caso necesario, los pa¨ªses puedan aplicar licencias obligatorias. Sin embargo, aunque presidentes de Gobierno, como el franc¨¦s o la alemana, o la presidenta de la Comisi¨®n Europea hayan afirmado la necesidad de que la vacuna sea un bien p¨²blico, estos deseos, lamentablemente, no se est¨¢n cumpliendo. Los nacionalismos y los monopolios bloquean el camino.
Efectivamente, observamos c¨®mo las empresas farmac¨¦uticas siguen desarrollando su propia estrategia: comprar investigaciones prometedoras de universidades e institutos de investigaci¨®n, financiadas fundamentalmente con dinero p¨²blico; complementar con ensayos adicionales utilizando en su desarrollo un porcentaje notable de fondos p¨²blicos; y, al mismo tiempo, consolidar derechos sobre cada elemento del proceso para ejercer la exclusividad de la comercializaci¨®n.
En sinton¨ªa con la estrategia de las industrias farmac¨¦uticas, EE. UU. inici¨® la ¡°compra anticipada¡± de vacunas en investigaci¨®n o desarrollo. Por este mecanismo, las empresas farmac¨¦uticas venden un producto que todav¨ªa no est¨¢ finalizado y de resultado a¨²n incierto a aquellos pa¨ªses que pueden pagar anticipadamente y que as¨ª se garantizan una reserva de millones de dosis de la posible vacuna. De forma inmediata Francia, Italia, Alemania y Holanda emprendieron el mismo camino con una alianza para la compra anticipada de vacunas, con el prop¨®sito de asegurarse un acceso preferencial.
Se podr¨ªa fijar el precio de la vacuna en el coste de fabricaci¨®n, y negociar con las empresas que, si han tenido costes de investigaci¨®n acreditables, se financien a trav¨¦s de un fondo global para la COVID-19
La Comisi¨®n Europea respondi¨® a esta iniciativa ofreci¨¦ndose a coordinar las compras anticipadas para todos los pa¨ªses de la UE. Y los Gobiernos de los pa¨ªses miembros aceptaron esta l¨®gica, para no quedarse atr¨¢s. Reino Unido, Australia y otros pa¨ªses ricos hicieron otro tanto. De esta forma, la industria farmac¨¦utica consigue la capitulaci¨®n de los pa¨ªses y queda en la cuneta el compromiso expl¨ªcito de la Asamblea Mundial de la Salud de 18 de mayo: ¡°el objetivo compartido de acceso global equitativo a herramientas innovadoras para COVID-19¡±. La exclusividad de comercializaci¨®n y los monopolios se imponen una vez m¨¢s.
Mientras tanto, cada instituto y cada empresa investigan por su lado, duplicando y triplicando esfuerzos, retrasando los avances, y guardando el secreto de los datos obtenidos, generando dudas sobre la seguridad y eficacia. Y es que, en este modelo de carrera competitiva hacia la exclusividad de comercializaci¨®n, opuesta al enfoque de cooperaci¨®n abierta, los ganadores pueden lograr ventajas econ¨®micas y geo-pol¨ªticas importantes y por eso pueden sentirse tentados a presionar para acortar los tr¨¢mites de aprobaci¨®n.
El enfoque actual, adem¨¢s del reproche moral, produce otros efectos secundarios no deseables: las empresas controlar¨¢n a qui¨¦n dan primero las vacunas y cu¨¢ntas; al haber exclusividad y no ceder la licencia voluntaria (u obligatoria) a los fabricantes de cualquier pa¨ªs, la producci¨®n masiva se limitar¨¢ y se retrasar¨¢, demorando el acceso de la vacuna para millones de personas, tambi¨¦n para Espa?a; las empresas decidir¨¢n el precio, que puede no ser el precio de coste, y podr¨ªa suponer una barrera al acceso o un sobregasto injusto; y adem¨¢s presionan a los Gobiernos para firmar acuerdos que les eximen de responsabilidad por los posibles da?os que pueda producir su producto.
Ser¨ªamos ingenuos si pens¨¢ramos que Espa?a sola puede plantear una estrategia distinta. Pero creemos que podr¨ªa hacer algo m¨¢s. La resoluci¨®n del Parlamento Europeo de 10 de julio pasado, sobre la Estrategia de Salud P¨²blica de la UE despu¨¦s de la COVID-19, muestra otro tipo de pol¨ªtica. Por ejemplo, se puede realizar una investigaci¨®n coordinada, colaborativa y abierta, compartiendo conocimientos y propiedad intelectual; incorporar cl¨¢usulas de inter¨¦s p¨²blico en las inversiones p¨²blicas de I+D (transparencia y licencias no exclusivas); usar licencias obligatorias, en caso de que no se compartan las vacunas, terapias o conocimientos pertinentes; exigir transparencias en los costes de I+D; o estudiar alternativas para desvincular la financiaci¨®n de la I+D de los precios de los medicamentos. En la misma l¨ªnea, se podr¨ªa fijar el precio de la vacuna en el coste de fabricaci¨®n, y negociar con las empresas que, si han tenido costes de investigaci¨®n acreditables, se financien a trav¨¦s de un fondo global para la COVID-19.
El Gobierno de Espa?a puede avanzar en esta direcci¨®n y actuar en el Consejo, junto con el Parlamento Europeo y la Comisi¨®n, para promover un cambio de pol¨ªticas que permitan lograr que las vacunas de la COVID, cuando sean eficaces y seguras, sean para todos, sean ¡°de la gente¡±. Quiz¨¢ lleguemos tarde en esta ocasi¨®n, pero estemos seguros de que vendr¨¢n otras pandemias y ser¨¢n m¨¢s severas. Si no impulsamos un cambio de enfoque, volveremos a llegar tarde la pr¨®xima vez y el impacto podr¨ªa ser irrecuperable. Tenemos que actuar ya.
* Fernando Lamata es doctor en Medicina y especialista en Psiquiatr¨ªa, y Ram¨®n G¨¢lvez es especialista en Neurolog¨ªa
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