La pobreza energ¨¦tica se recrudece
El alza del precio de la electricidad en plena ola de fr¨ªo y la pandemia ponen en jaque a los hogares m¨¢s vulnerables
El precio de la luz ha llegado a subir hasta los 90 euros por megavatio hora en plena ola de fr¨ªo. Aunque esta semana las tarifas se han desplomado gracias al viento, que impulsa la m¨¢s barata energ¨ªa e¨®lica, la combinaci¨®n de temperaturas bajo cero, el alza en las primeras dos semanas del mes y pandemia agravan la pobreza energ¨¦tica en Espa?a. Encender la calefacci¨®n es un lujo que muchos hogares con rentas muy bajas o en situaci¨®n de desempleo no pueden permitirse.
El Informe de actualizaci¨®n de indicadores 2020 de pobreza energ¨¦tica, aunque con datos de 2019, publicado por el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica, recoge que el 7,6% de la poblaci¨®n no puede mantener una temperatura apropiada en su hogar, el 6,6% sufre retrasos en el pago de las facturas de los suministros, el 16,7% de la poblaci¨®n tuvo un gasto energ¨¦tico desproporcionado respecto a su nivel de ingresos y el 10,6% de los domicilios estaban afectados por la pobreza energ¨¦tica escondida, esto es, que no gastan energ¨ªa. En total, 10 de cada 100 hogares en Espa?a sufr¨ªan pobreza energ¨¦tica en 2019. Son datos, no obstante, que mejoraban las cifras de 2018, y que alejaban a Espa?a, con un 7,5% de hogares que no pueden calentarse, de otros pa¨ªses, como Portugal (18,9%), Grecia (17,9%) e Italia (11,1%), seg¨²n la encuesta de la Oficina de Estad¨ªstica Euro?stat de 2019.
Pero todo cambi¨® a partir de marzo con la pandemia y, aunque los expertos coinciden en que la pobreza energ¨¦tica ha escalado por efecto de la covid-19, es pronto para conocer en qu¨¦ grado. Aun as¨ª, encontramos algunos indicadores indirectos: desde el mes de abril las solicitudes del bono social el¨¦ctrico han crecido a un ritmo de m¨¢s de 200 peticiones diarias. Esto ha provocado que en agosto del a?o pasado se superaran los 1,3 millones de beneficiarios, seg¨²n la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
¡°El confinamiento primero, y las situaciones de desempleo o ERTE, el teletrabajo o los ceses de actividad que han venido asociados a la crisis despu¨¦s, han obligado a miles de personas a permanecer muchas m¨¢s horas en sus hogares y, como consecuencia, a consumir m¨¢s energ¨ªa¡±, argumenta Jos¨¦ Luis L¨®pez, director de la Asociaci¨®n de Ciencias Ambientales (ACA), entidad pionera en el estudio de esta problem¨¢tica.
Tambi¨¦n un informe elaborado por el Consejo General de la Arquitectura T¨¦cnica de Espa?a y Mutua de Propietarios durante el confinamiento recoge que un 8% de los hogares espa?oles pasar¨¢ fr¨ªo este invierno en sus hogares y un 35% no alcanzar¨¢ una temperatura de confort.
Retrasos e impagos
Marc Escarrabill pertenece a ese 6,6% de la poblaci¨®n que no solo se retrasa, sino que tampoco puede pagar sus facturas; este joven desempleado de 32 a?os, que vive de alquiler en Vic (Barcelona), sufre pobreza energ¨¦tica desde hace casi tres a?os y acumula una deuda de 3.900 euros de luz y agua a la compa?¨ªa energ¨¦tica. En estos momentos se encuentra tramitando el bono social el¨¦ctrico: ¡°No ha sido un camino de rosas por el desconocimiento y la escasa informaci¨®n que existe. Si soy soltero, ?c¨®mo voy a tener el libro de familia que exige la compa?¨ªa para acceder al bono?¡±, se pregunta. Ahora, basta tambi¨¦n con aportar un certificado de fe de vida y estado en caso de solicitarlo de manera individual.
Para Mar¨ªa Campuzano, portavoz de la Alianza contra la Pobreza Energ¨¦tica, entidad que ha asesorado a Marc, ¡°el bono social el¨¦ctrico no es una medida ni eficiente ni eficaz; los l¨ªmites de renta y los descuentos establecidos ¡ªdel 25% o el 40%¡ª en la factura de la luz dejan a muchas personas fuera¡±. Pide la creaci¨®n de otra figura estatal que establezca una tarifa social progresiva en funci¨®n de los ingresos de ese hogar y proh¨ªba los cortes de suministro.
Desde enero de 2021, con el precio de la luz por las nubes, la situaci¨®n se complica. La experiencia en atenci¨®n directa a familias por parte de Provivienda, asociaci¨®n que trabaja para garantizar el derecho a los suministros b¨¢sicos de una vivienda, muestra ya un aumento en el n¨²mero de prestaciones de ayuda. En 2020 asistieron a 360 personas, 150 m¨¢s que el a?o anterior. ¡°Solo las medidas establecidas por el Gobierno para hacer frente a la pandemia, y entre las que se encuentra la moratoria en el pago de los suministros energ¨¦ticos, evitando la interrupci¨®n del suministro en los hogares m¨¢s vulnerables, puede limitar algo el efecto de la covid-19, aunque queda a¨²n por definir claramente c¨®mo y cu¨¢ndo los consumidores van a regularizar las facturas con sus compa?¨ªas comercializadoras, una vez concluya esta moratoria¡±, puntualiza Fernando Rodr¨ªguez, director territorial de Provivienda en Canarias.
Ana Le¨®n, de Santa Cruz de Tenerife, es una de las beneficiarias de Provivienda: todav¨ªa no ha sufrido retrasos en el pago de sus facturas, pero su situaci¨®n econ¨®mica (gana apenas 300 euros al mes) y familiar (su marido es pensionista) la convierten en vulnerable energ¨¦tica. ¡°He podido cambiar la nevera por una de clase energ¨¦tica A para aliviar la factura¡±, dice agradecida.
Desde hace tres a?os, esta asociaci¨®n desarrolla un proyecto que tiene como finalidad mejorar el acceso a la energ¨ªa y contempla una intervenci¨®n integral ante la pobreza energ¨¦tica, tanto preventiva como paliativa. Adem¨¢s de formar a las familias en h¨¢bitos de consumo eficiente y facturaci¨®n energ¨¦tica, m¨¦todos de ahorro de energ¨ªa y mejora del confort, realiza un diagn¨®stico de las necesidades energ¨¦ticas de las viviendas.
La irrupci¨®n de la crisis provocada por la covid-19 ha catapultado la figura del gestor energ¨¦tico social, responsable de la optimizaci¨®n de todos los procesos que impliquen consumos energ¨¦ticos en una vivienda o edificio. Eduardo Linares es t¨¦cnico en el Punto de Informaci¨®n al Consumidor Energ¨¦tico del Ayuntamiento de El Valle, un peque?o pueblo de 900 habitantes en Granada. Antes, hab¨ªa sufrido en sus propias carnes la pobreza energ¨¦tica. ¡°De cada 10 facturas de luz que veo, 7 est¨¢n en el mercado libre. Estudio los contratos uno a uno para cambiarlos al mercado regulado, mucho m¨¢s barato, los firmo con la autorizaci¨®n de sus titulares y me desplazo a las comercializadoras para gestionar el cambio tarifario¡±, explica Linares.
De esta manera, y en tan solo tres meses, ya ha realizado 380 intervenciones en la factura de la luz (desde cambios a tarifas de mercado regulado, optimizaci¨®n de potencias contratadas, contrataci¨®n de discriminaci¨®n horaria hasta la baja de servicios adicionales, como seguros). Todav¨ªa 16 millones de contratos se encuentran en el mercado libre, frente a los 11 millones del mercado regulado, seg¨²n la CNMC.
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