Vacunas, un bien p¨²blico global
Si no actuamos con premura superando los nacionalismos y el af¨¢n de lucro, crecer¨¢ el drama sanitario y econ¨®mico
Desde el inicio de la pandemia de la covid-19, no me he cansado de decir en los foros internacionales que la ¨²nica forma de salir de la actual crisis es una vacuna de acceso universal. En una carta abierta que he suscrito junto a m¨¢s de 140 l¨ªderes mundiales, instamos a todos los Gobiernos a que se unan para conseguir lo que llamamos The people¡¯s vaccine (la vacuna de todos), una inmunizaci¨®n que se distribuya equitativamente y se ponga a disposici¨®n de todas las personas, en todos los pa¨ªses, de forma gratuita.
Recientemente ha habido una se?al positiva con el anuncio del presidente Joe Biden de que EE UU se unir¨ªa a la plataforma Covax, en la que participan 189 pa¨ªses. Esta iniciativa, respaldada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza Mundial por las Vacunas y la Inmunizaci¨®n (Gavi), busca distribuir vacunas a naciones de ingresos bajos y medios, y se espera que este a?o entregue 2.000 millones de dosis. No obstante, debemos hacer mucho m¨¢s para asegurarnos de que todos reciban inmunizaciones contra el virus lo m¨¢s pronto posible. Como afirmamos en un art¨ªculo que hemos publicado en Newsweek junto a Mariana Mazzucato, tenemos que impulsar una acci¨®n global para que la necesidad y la urgencia tengan prioridad por encima de los intereses comerciales y nacionales.
Seg¨²n la plataforma de informaci¨®n Devex, los Gobiernos han destinado fondos p¨²blicos por la astron¨®mica suma de 37.700 millones de d¨®lares a la investigaci¨®n, el desarrollo, la distribuci¨®n y la aplicaci¨®n de vacunas como las de AstraZeneca / Universidad de Oxford, Johnson & Johnson / Biological E, Pfizer / BioNTech, GlaxoSmith?Kline / Sanofi Pasteur, Novavax / Instituto Serum de la India y Moderna / Lonza, mientras que el sector privado ha invertido un cuarto de esa cifra: 9.500 millones. Aun as¨ª, no se han hecho p¨²blicos los acuerdos de licencias con los pa¨ªses y hay oposici¨®n a la propuesta ante la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), presentada por la India y Sud¨¢frica, de eximir las inmunizaciones contra la covid-19 de los derechos de propiedad intelectual mientras dure la pandemia.
Esta salvaguarda de la OMC ya se ha activado en el caso del sida, gracias a una campa?a internacional para poner a disposici¨®n tratamientos gen¨¦ricos que pudieran ser fabricados por m¨¢s naciones a menor coste. La idea cuenta con el apoyo de unos 100 Estados, pero varios pa¨ªses que albergan a grandes farmac¨¦uticas se resisten.
Mientras esta iniciativa se demora, hemos visto c¨®mo las vacunas m¨¢s promisorias han encontrado importantes cuellos de botella en la producci¨®n, en el abastecimiento de suministros, dificultades en el cumplimiento de contratos y un acceso desigual de los pa¨ªses. Por ejemplo, toda la producci¨®n de Moderna y m¨¢s del 96% de la de Pfizer / BioNTech ha sido comprada por pa¨ªses desarrollados, mientras que el suministro de la vacuna de AstraZeneca / Universidad de Oxford se ha enfocado principalmente a Europa. Seg¨²n estimaciones de Gavi, los pa¨ªses desarrollados han adquirido suficientes dosis de las principales vacunas para inmunizar tres veces a sus ciudadanos, mientras que las naciones m¨¢s pobres pueden considerarse afortunadas si logran administrar una dosis por cada 10 habitantes durante 2021.
Ante este panorama, hay que mencionar dos hechos positivos: la producci¨®n de la vacuna de AstraZeneca / Universidad de Oxford en Am¨¦rica Latina gracias a un acuerdo que ha promovido la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (CELAC) entre M¨¦xico y Argentina con la Fundaci¨®n Slim, y la reciente decisi¨®n del Consejo de Ministros de Espa?a de distribuir a pa¨ªses de menores recursos los excedentes de inmunizaciones que no sean necesarias en suelo espa?ol. Sin embargo, esto no es suficiente. La aparici¨®n de nuevas cepas del coronavirus m¨¢s contagiosas y posiblemente m¨¢s letales podr¨ªa volver ineficaces las actuales vacunas, lo que vuelve a poner de manifiesto que nadie est¨¢ protegido hasta que todos estemos protegidos.
El ¨ªndice de mortalidad por coronavirus no ha dado tregua ni en EE UU, ni en Europa, ni en el mundo en desarrollo. Am¨¦rica Latina, uno de los epicentros de la pandemia, concentra hoy el 30% de los fallecidos del planeta a pesar de representar apenas el 8% de su poblaci¨®n. Si no actuamos con premura, superando los nacionalismos y el af¨¢n de lucro per se, no solo se amplificar¨¢ el problema sanitario que enfrentamos hoy, sino tambi¨¦n su impacto socioecon¨®mico.
La vacuna de acceso universal es apenas el comienzo de un trabajo de recuperaci¨®n que ser¨¢ largo y complejo. Sin ella nos enfrentamos a graves consecuencias y a un gran sufrimiento humano.
Rebeca Grynspan es secretaria general Iberoamericana.
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