Nomen no quiere que se le pase el arroz ecol¨®gico
La segunda marca m¨¢s vendida de Espa?a impulsa un proyecto para multiplicar por 20 la?superficie de arrozal en el delta del Ebro
En Espa?a se cultivan cerca de 110.000 hect¨¢reas de arroz. Es el segundo pa¨ªs por extensi¨®n en la Uni¨®n Europea, tras Italia. Seg¨²n el Ministerio de Agricultura, el valor estimado de la producci¨®n supera los 252 millones de euros y el 90% del total del mercado est¨¢ en manos de siete envasadoras. El arroz es actor protagonista en las mesas de hogares y restaurantes y las estad¨ªsticas sobre su consumo revelan una ingesta de m¨¢s de cinco kilos per c¨¢pita al a?o. Pero, pese a generar cifras sabrosas, el sector arrocero tiene una asignatura pendiente: el cultivo ecol¨®gico. Apenas 1.300 hect¨¢reas de arrozales est¨¢n inscritas en los registros de agricultura verde. En vol¨²menes de producci¨®n, solo lleva el sello ecol¨®gico el 0,8% de las 5.700 toneladas anuales que se recogen en Espa?a, b¨¢sicamente en Andaluc¨ªa, Catalu?a y Extremadura.
Los datos chocan con las exigencias en materia de medio ambiente que fija la UE para 2030: el 25% de la superficie agr¨ªcola tiene que respetar los protocolos de producci¨®n ecol¨®gica, tambi¨¦n llamada biol¨®gica u org¨¢nica. ¡°Los productores nos tenemos que poner las pilas¡±, afirma Ra¨¹l Carles, director corporativo de Nomen Foods. La empresa tiene su base de operaciones en el delta del Ebro y en los mismos arrozales que rodean la f¨¢brica despliega un proyecto para multiplicar por 20 sus cultivos ecol¨®gicos. ¡°Supone un cambio cultural potente¡±, razona el directivo de Nomen.
Para darle forma, la empresa se ha puesto al frente de un proyecto agron¨®mico bautizado como Organic Delta Rice, una apuesta para involucrar a los arroceros de la desembocadura del Ebro en la necesidad de dar un paso al frente con la transformaci¨®n de sus cultivos. ¡°Habr¨ªa que tener 5.000 hect¨¢reas de ecol¨®gico en el Delta en nueve a?os¡±, observa ?lex Navarro, director de Agroserveis, firma especializada en investigaci¨®n sobre fitosanitarios y servicios agr¨ªco?las que se encarga de coordinar el proyecto. M¨¢s all¨¢ de cualquier exigencia medioambiental, Ra¨¹l Carles aporta un dato tangible: ¡°El mercado lo est¨¢ pidiendo¡±, asegura. ¡°No damos abasto con la demanda y tenemos que comprarlo donde sea. Kilo de ecol¨®gico que queda suelto, Nomen lo compra¡±, abunda. Los dos admiten que, por buena que parezca la idea, se topa con el recelo de los agricultores a variar t¨¦cnicas de trabajo que llevan a?os empleando. Albert Molins cultiva arroz en el delta desde hace m¨¢s de 30 a?os y es representante del sindicato Uni¨® de Pagesos. ¡°El ecol¨®gico es un riesgo, no estamos hechos a ¨¦l y es normal que surjan dudas a la hora de hacer experimentos¡±.
Alfred Palma, responsable t¨¦cnico en Agroserveis y doctorando en la Universidad de Barcelona, asume que, por la dificultad a la hora de controlar plagas y malas hierbas, el arroz es un cultivo enrevesado para atreverse con probaturas, pero se muestra convencido de que hay que darle al arrocero ¡°unas gu¨ªas sobre qu¨¦ variedades se adaptan mejor y c¨®mo hacer para combatir los hongos¡±. Palma admite que es ¡°muy complicado¡± pasar a ecol¨®gicas un 25% de las 21.000 hect¨¢reas de arrozal que hay en el delta del Ebro. Se?ala que ¡°fijar un horizonte del 8% o 10% es m¨¢s realista y, cumplirlo, ya ser¨ªa un dato muy bueno¡±. ?lex Navarro opina que ¡°lograr los objetivos depender¨¢ de saber tener una t¨¦cnica agron¨®mica y de asegurarle salida comercial al producto¡±. Lo ideal, defiende, es que el salto al verde entra?e una convicci¨®n m¨¢s que una carga forzosa: ¡°Que no sea una obligaci¨®n, sino una decisi¨®n querida¡±.
Recelo del campo
Tener que emplear maquinaria espec¨ªfica, recurrir a diferentes t¨¦cnicas de cultivo o sembrar con nuevas variedades de semilla pueden suponer un aborrecimiento para arroceros que, bien o mal, llevan a?os gan¨¢ndose el jornal aplicando pr¨¢cticas id¨¦nticas en sus campos y que, en muchos casos, no cuentan con relevo generacional. La cooperativa Arrossaires del Delta, propietaria de la marca Nomen, ten¨ªa m¨¢s de 1.100 socios hace 15 a?os. Hoy quedan 850. ¡°Nuestra ilusi¨®n es hacer que los j¨®venes se repiensen el futuro, que vean que esto tiene sentido y se enganchen a la tierra¡±, manifiesta ?lex Navarro.
Nomen apunta que la rentabilidad del producto se presenta como un acicate para convencer a los agricultores. El arroz ecol¨®gico, si bien es m¨¢s caro y costoso de trabajar, multiplica por dos y medio el precio que recibe el productor. ¡°Estamos hablando de 300 euros la tonelada para el arroz convencional y de 750 euros para el ecol¨®gico¡±, revela Ra¨¹l Carles. Sin embargo, el negocio no es tan redondo como lo pintan, matiza Albert Molins. El rendimiento del arroz ecol¨®gico se sit¨²a entre el 30% y el 40% de lo que reporta la modalidad convencional. ¡°Se pasa de una media de 7.500 kilos por hect¨¢rea a unos 3.000 kilos¡±.
Nomen se compromete a abonar la diferencia por la ca¨ªda de productividad en las dos primeras siembras. ¡°Al final todos tendremos que optar por hacer ecol¨®gico, pero las orejas del lobo a¨²n se ven lejos y lo normal es esperar a que las probaturas las haga el vecino¡±, razona Albert Molins. Las dudas persisten y no son plato de buen gusto.
Acopio de v¨ªveres
Nomen, segunda marca de arroz m¨¢s vendida en Espa?a, por detr¨¢s de Sos, cerr¨® el ¨²ltimo ejercicio con una facturaci¨®n de 29,8 millones de euros, impulsada por el acopio de v¨ªveres que gener¨® el confinamiento dom¨¦stico. Las ventas de la compa?¨ªa a trav¨¦s de la distribuci¨®n crecieron en un 250% entre los meses de marzo y abril del pasado a?o. Sin embargo, el escenario que ha vivido la restauraci¨®n ha impactado de lleno en la demanda del canal Horeca, que representa el 30% de las ventas de la compa?¨ªa. Durante los meses de marzo y abril, la ca¨ªda de las ventas en este segmento fue del 80%.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.