Las ayudas p¨²blicas amortiguan la ca¨ªda en las rentas de las familias
El Estado eleva las prestaciones a hogares en 30.000 millones, la mayor parte para los ERTE
La pandemia detuvo en seco la econom¨ªa durante unos meses y ha impuesto restricciones sobre la actividad. En tales circunstancias, el PIB sufri¨® en 2020 una ca¨ªda del 10,8%, la mayor desde la Guerra Civil. A pesar del brutal recorte de la producci¨®n, la renta disponible de las familias solo retrocedi¨® el a?o pasado un 3,27%, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Aunque se trata de una cifra importante, una p¨¦rdida de 25.000 millones, esta moderaci¨®n se explica porque las Administraciones se endeudaron como nunca, en 156.750 millones, para compensar el golpe. Dispararon el gasto en 53.000 millones, aumentando prestaciones como los ERTE, costeando gastos m¨¦dicos, contratando m¨¢s y subiendo pensiones y sueldos. Es la primera vez que un Estado de bienestar confronta una pandemia.
Aunque las empresas redujeron un 8% lo que dedican a salarios, su excedente se desplom¨® mucho m¨¢s: un 18%. Y eso ha contribuido tambi¨¦n algo a suavizar la disminuci¨®n de rentas de los hogares. Las compa?¨ªas, que cuando las cosas van bien ganan mucho, caen bastante m¨¢s en las recesiones.
Pocas veces se hab¨ªa visto un impacto semejante en la econom¨ªa. Como explica el historiador Francisco Com¨ªn, en una guerra se intentaba redoblar la actividad por el esfuerzo b¨¦lico. En una pandemia, antiguamente se cerraban ciudades y la producci¨®n ca¨ªa por las muertes. Pero esta vez se trata de la primera crisis sanitaria completamente global y en la que se ha restringido la actividad como nunca se hab¨ªa hecho en la historia. Tampoco antes hab¨ªa habido un Estado de bienestar armado para combatir una pandemia sosteniendo rentas a costa de aumentar el endeudamiento.
Este fen¨®meno ha dado un vuelco a las cuentas de familias, empresas y Administraciones. La cantidad que destinan las compa?¨ªas a sueldos se recort¨® en 32.083 millones, el 8%. Pero al mismo tiempo el Estado elev¨® sus prestaciones a las familias en 29.847 millones, un 12%. De este incremento, unos 3.600 millones se corresponden con lo que subi¨® el gasto en pensiones y 500 millones con la renta m¨ªnima. El resto, unos 26.000 millones, fueron a ERTE y desempleo.
Esto implica que el Estado neutraliz¨® buena parte de la ca¨ªda de rentas producida por el ajuste del coste laboral en las empresas. El conjunto de las familias apenas perdi¨® por esto unos pocos miles de millones. Adem¨¢s, la partida de sueldos p¨²blicos aument¨® un 4,5%, en unos 6.000 millones, porque contrataron m¨¢s personal, sobre todo en los sectores sanitario y educativo por la covid, y revalorizaron los salarios un 2%.
La p¨¦rdida de ingresos de las familias tambi¨¦n se aprecia en las rentas de la propiedad, que comprenden intereses recibidos, dividendos u otros, fundamentalmente alquileres. Estas se hunden un 21%, unos 8.000 millones. Y tambi¨¦n se observa un fuerte deterioro de unos 20.000 millones en sus excedentes, de los que buena parte pertenecen a los aut¨®nomos.
Parad¨®jicamente, los impuestos a las familias han descendido relativamente poco, un 0,7%. En consecuencia, el sistema tributario no ha ejercido tanto su papel de estabilizador de las rentas familiares, en gran medida porque la Administraci¨®n ha tomado deuda para pagarse en parte a s¨ª mismo en el IRPF. Y lo mismo ha sucedido con las cotizaciones.
A pesar del retroceso de las rentas y el mantenimiento de los impuestos, los hogares han ahorrado un r¨¦cord de 108.000 millones frente a los 48.000 de 2019, destaca Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, analista de Funcas. Cuando la tasa habitual era del 8%, los espa?oles se han guardado un 14,8% de sus ingresos. Esto se explica porque con una ca¨ªda de solo el 3,27% de su renta, el consumo de las familias experiment¨® un batacazo del 12%. Las razones: por un lado, el ahorro forzoso por no poder moverse y el miedo al contagio, que han lastrado los servicios de proximidad. Por otro, en un escenario de recesi¨®n e incertidumbre, los hogares se han pertrechado con un colch¨®n frente a posibles adversidades. ?Servir¨¢ este para imprimir fuerza a la recuperaci¨®n? De repetirse el patr¨®n de otras crisis, este ahorro catalizar¨ªa el rebote. No obstante, el Banco de Espa?a se muestra cauto: apunta que ha podido concentrarse en rentas altas, que consumen menos su riqueza acumulada. Y se?ala que, tras dos crisis, el ahorro por precauci¨®n podr¨ªa seguir.
Mientras que el impacto en las familias fue moderado, las sociedades no financieras sufrieron un varapalo, con un hundimiento de su excedente por valor de 50.900 millones, el 18%. El dividendo repartido cay¨® en 34.604 millones, un 41%. Y la inversi¨®n merm¨® en 28.000 millones, un 15%. Pese a estos n¨²meros, la reducci¨®n de la partida salarial fue del 8%; es decir, las empresas no ajustaron el empleo en la misma medida que cay¨® su excedente y aguantaron parte de su plantilla pensando que se trataba de un choque temporal. Aunque en menor medida, tambi¨¦n contribuyeron algo a encajar la severa p¨¦rdida de ingresos que supuso restringir la actividad.
El apoyo de la UE
En definitiva, el efecto de la covid no se ha visualizado en las rentas familiares gracias a la ayuda p¨²blica. Y se ha podido hacer as¨ª por dos motivos: mientras que en 2008 hab¨ªa que ajustar la burbuja de la construcci¨®n, esta vez se presum¨ªa que era un golpe temporal y, por tanto, asumible. Otra diferencia hist¨®rica es que se ha financiado la expansi¨®n del gasto p¨²blico a fuerza de llevar la deuda a unos m¨¢ximos en relaci¨®n con el PIB que no se conoc¨ªan desde la guerra de Cuba.
Este abultado incremento del endeudamiento, aunque m¨¢s sostenible con unos tipos muy bajos, se ha financiado gracias a que el BCE compr¨® el a?o pasado todo el aumento de la deuda espa?ola. ¡°Si no estuvi¨¦ramos en la UE, esto habr¨ªa sido imposible¡±, recuerda Com¨ªn. Con la peseta, Espa?a no ten¨ªa cr¨¦dito fuera, y a duras penas lo consigui¨® incluso dentro del euro entre 2008 y 2013.
Una deuda que corregir a medio plazo
La situaci¨®n de las rentas familiares en 2020 contrasta con la de la anterior crisis. En 2009 los ingresos de los hogares solo disminuyeron un 0,7%. En 2010 y 2011 incluso repuntaron muy levemente. Y en 2012 se desplomaron un 5,2%, m¨¢s que el PIB. Pesaron las subidas de impuestos, los despidos y el agotamiento de prestaciones.
Entonces se acumularon a?os de grandes desfases en las cuentas p¨²blicas. En esta ocasi¨®n tambi¨¦n va a ocurrir, partiendo de una base ya alta de deuda y d¨¦ficit. ¡°Hay que seguir apoyando la recuperaci¨®n, pero sin perder de vista las finanzas a medio plazo¡±, dice Francisco Vidal, economista jefe de Intermoney. De lo contrario, podr¨ªamos acabar con una crisis de deuda latente que explotar¨ªa cuando el BCE no lo compre todo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.