Arist¨®bulo de Juan: m¨¢s de 50 a?os desde las trincheras financieras
El que fuera alto funcionario del Banco de Espa?a durante 43 a?os aporta en sus memorias un testimonio privilegiado de la banca en Espa?a y del extinto Banco Popular
Acaba de ver la luz De bancos, banqueros y supervisores (Deusto), un libro de memorias en el que el autor, Arist¨®bulo de Juan, escribe todo lo que ha vivido ¡°directamente desde la trinchera¡±. El ya nonagenario autor (Madrid, 1931) lleva cerca de 60 a?os trabajando en banca, como directivo durante 15 a?os del extinto Banco Popular y otra 43 como funcionario del Banco de Espa?a (BE), del Banco Mundial (BM) y, desde 1989, como consultor, siempre dedicado a salvar la ¡°banca enferma¡±, primero en Espa?a y despu¨¦s en gran parte del planeta (ha trabajado para 32 pa¨ªses de cuatro continentes, le falta Ocean¨ªa, pero todo se andar¨¢).
Cuenta Arist¨®bulo de Juan que lleg¨® a la banca por azar, que en su juventud quer¨ªa ser m¨¦dico, luego antrop¨®logo y, al final, juez. Sin embargo, aunque estudi¨® Derecho y se especializ¨® en econom¨ªa en la Escuela de Funcionarios Internacionales del Banco Mundial, un poco de todo lo fue sin querer en el sistema financiero. Y, probablemente tambi¨¦n sin querer, se convirti¨® en uno de los espa?oles m¨¢s universales y desconocidos fuera del ¨¢mbito financiero, donde es conocido de sobra.
Es posible que estas memorias lleguen tarde para muchos. Pero es que De Juan sigue al pie del ca?¨®n. En todo caso, demuestra que dispone ¡°de una documentaci¨®n muy rica y de una memoria notable¡± que tiene ¡°la obligaci¨®n moral de difundir¡±. La obra, de 230 p¨¢ginas, ofrece un repaso excepcional de la historia financiera de Espa?a pr¨¢cticamente desde el Plan de Estabilizaci¨®n de 1959 por alguien que se entusiasma con su trabajo. Su lectura se hace amena, di¨¢fana e, incluso, divertida. Y, sobre todo, supone un gran aprendizaje que permite entender muchas de las cosas que pasaron en el entorno del BE y tambi¨¦n del Popular.
El fichaje por el Popular le llev¨® pronto a colocarse en medio de dos personajes que tambi¨¦n han sido historia en la banca espa?ola: Luis Valls y Rafael Termes, miembros destacados del Opus Dei, ¡°dos colosos con visiones diferentes¡± que tuvieron relaciones a veces tormentosas y enfrentadas ante las que ¨¦l, que subraya que no pertenece a la Obra, tuvo que hacer de bisagra. Por un lado, para engrasar la relaci¨®n y, por otro, para dar la alerta temprana ante posibles errores, al tiempo que le supuso ¡°ser objeto de marcaje organizativo¡± por Termes. ¡°En su cuadr¨ªcula no encajaba una figura de jefe de gabinete o de alter ego, de configuraci¨®n flexible y cuyo contenido ¨¦l no controlaba e incluso pod¨ªa incomodarle¡±. De Juan le valora como un ¡°gran experto en contabilidad, buen ling¨¹ista y gran comunicador; como empresario, muy discutido¡±. Suficiente.
El caso es que detalla una relaci¨®n compleja: ¡°Para algunos, Termes pasaba a ser el primer ejecutivo y Valls, el vicepresidente, pero en una relaci¨®n ambigua. Si realmente fue as¨ª, eso explicar¨ªa las tensiones que hab¨ªan de seguir muchos a?os, ya que Valls discrep¨® profundamente de muchas de las pol¨ªticas de Termes y de su estilo de gesti¨®n. Valls acab¨® imponiendo su ley y personalidad¡±. Hay m¨¢s episodios en los que refleja ¡°las serias discrepancias de fondo¡± entre ambos. La forma de gestionar de Termes, que seg¨²n De Juan quer¨ªa abarcarlo todo, empez¨® a preocupar a Valls, ¡°que ve¨ªa con alarma que los controles normales de la gesti¨®n del banco, m¨¢s all¨¢ de lo num¨¦rico y los papeles, se iban aflojando; la estrategia empezaba a ir en direcci¨®n contraria a la que ¨¦l, que s¨ª era un verdadero l¨ªder, consideraba acertada¡±.
Al final, Valls, que hab¨ªa sido elevado a presidente en 1972, encontr¨® la oportunidad de deshacerse de Termes en el oto?o de 1977 cuando se cre¨® la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca (AEB) y le propuso como presidente llen¨¢ndole de elogios entre sus colegas, probablemente en aquellas comidas que celebraban los siete grandes y que funcionaban como un cartel. Termes dej¨® sus funciones, pero la pugna desgast¨® mucho a los directivos involucrados, entre ellos a ¨¦l, que pod¨ªa haber sido su sustituto, cargo que cay¨® en Jos¨¦ Mar¨ªa Lage.
De Juan tambi¨¦n desmonta en parte el retrato con que el florentino Valls se reflejaba en los medios. Le tacha de ambiguo en su forma de actuar y de aficionado a hacer ¡°arabescos laterales¡±. Acab¨® mal hasta el punto de que se fue del banco en cuanto tuvo una oferta del BE, donde ya su fama de buen analista se hab¨ªa consolidado. De Juan cuenta que Valls le espet¨® que Termes le hab¨ªa dicho que se iba por su culpa y que ¨¦l se lo confirm¨® a?adiendo: ¡°En la entidad, que tiene la c¨²pula dividida, el clima es irrespirable; pero si esto se resuelve y un d¨ªa necesitas un consejero delegado, podr¨ªa considerarlo¡±. ¡°No te digo ni que s¨ª ni que no¡±, le respondi¨® el sibilino Valls.
Contexto bancario
En el Popular conoci¨® el contexto bancario, que le parec¨ªa ¡°vetusto y anquilosado, tanto en su marco regulatorio como en el tono y el estilo de muchos procedimientos y los personajes que la habitan¡±. Con esas ense?anzas lleg¨® al BE, donde se convirti¨® en el principal protagonista de la soluci¨®n de la crisis bancaria de finales de setenta que se llev¨® por delante m¨¢s de 50 bancos y varias cajas de ahorros. Entre ellos el Cant¨¢brico, el Valladolid, el Granada y la Banca L¨®pez Quesada, en los que no le tembl¨® el pulso para doblegar a dirigentes muy bien relacionados con el r¨¦gimen franquista. Fue considerado la bestia negra, que luego continuar¨ªa, ya como jefe de Inspecci¨®n, con las intervenciones de Banca Catalana, el banco de Jordi Pujol, y Rumasa, en la que desvel¨® las chapuzas de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos que el BE luego pas¨® al Gobierno para su intervenci¨®n y ¨¦l se convirti¨® en santo de la devoci¨®n del empresario jerezano.
En el BE plante¨® la base de los problemas a los que se iban a tener que enfrentar las instituciones financieras con una secuencia l¨®gica: poner soluci¨®n a los problemas m¨¢s urgentes y graves y desarrollar una inspecci¨®n permanente, incluidos los siete grandes, algunos de los cuales estaban en situaci¨®n delicada, como Banesto, Central e Hispano, cuyas c¨²pulas fueron modificadas. De hecho, tuvo que actuar en la fusi¨®n de Bankuni¨®n-Urquijo, controlado por el Hispano, y descubri¨® el agujero de la Garriga Nogu¨¦s, de Banesto, defenestrando a Javier de la Rosa, luego representante de KIO en Espa?a para los que De Juan estuvo a punto de trabajar si hubiera salido la fusi¨®n Banesto-Central, en la que participaba el grupo kuwait¨ª a trav¨¦s de Cartera Central y para la que ¨¦l estaba nominado como consejero delegado.
De la ¨¦poca de consultor, que comenz¨® en 1989 cuando se coc¨ªan las fusiones bancarias, De Juan relata sus pasos por el Banco Mundial y por su despacho de consultor. Fue acumulando experiencias y ¡°cuando empez¨® en Espa?a la crisis de 2007-2008, me vi sorprendido por una serie de pol¨ªticas oficiales que me parec¨ªan desacertadas, ineficaces o caras. O las tres cosas a la vez. Decid¨ª entonces echarme al monte y empezar a escribir regularmente, analizando, criticando y proponiendo f¨®rmulas alternativas, todas ellas basadas en mi experiencia de muchos a?os¡±, sostiene Arist¨®bulo para a?adir que se cre¨® enemigos y una corriente de seguidores, entre inspectores, analistas e incluso banqueros, algunos de los que, seg¨²n apunta, coleccionan sus escritos.
Quiz¨¢ el mejor elogio a su carrera fue el que le ech¨® un inspector veterano del BE en una copa de Navidad: ¡°Hay que ver, Arist¨®bulo, no haces m¨¢s que criticarnos..., pero lo malo es que tienes raz¨®n¡±. O el que le dijo Emilio Bot¨ªn, hijo, cuando todav¨ªa era director general del Banco Santander: ¡°No s¨¦ qu¨¦ pasa en esta casa, que cualquier tema delicado siempre acaba en tu mesa¡±. ¡°Como debe ser¡±, contest¨®.
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