Los pescadores artesanales gallegos se rebelan contra el control de Bruselas

Los pitidos de una decena de embarcaciones atronaron los grandes puertos de Galicia el 26 de marzo y el 14 de mayo. El sector de la pesca artesanal protest¨® esos d¨ªas contra el nuevo reglamento de control planteado por la Comisi¨®n Europea. Dos puntos del documento han causado las fricciones: la obligatoriedad para todas las naves de cuatro a 12 metros de eslora ¡ªla longitud de proa a popa¡ª a portar un dispositivo de geolocalizaci¨®n y a notificar todas sus capturas en tiempo real con un diario electr¨®nico. La nueva norma est¨¢ lejos de entrar en vigor, pero ya ha despertado una f¨¦rrea resistencia ante unas medidas que, a ojos de las cofrad¨ªas, son innecesarias y una clara muestra de que en los despachos de Bruselas no se conoce el d¨ªa a d¨ªa de su actividad.

La eurodiputada Clara Aguilera, coordinadora del grupo socialdem¨®crata en la Comisi¨®n de Pesca, explica que el reglamento, necesario para armonizar todas las formas de control pesquero, lleva ocho a?os de retraso. Aguilera asegura que la pol¨ªtica pesquera obliga a dise?ar uno porque ahora mismo hay una situaci¨®n desigual entre los Estados miembros. ¡°No tiene sentido que quienes trabajan en la pesca sean discriminados por estar en un pa¨ªs u otro¡±, zanja, y advierte: ¡°Hay mucha utilizaci¨®n pol¨ªtica interesada, incluso en el propio Gobierno gallego, para confundir al sector¡±.

Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Sieira, presidente de la Federaci¨®n Galega de de Confrar¨ªas de Pescadores, no se siente desorientado. Tiene claro lo que quiere: que se reconozca la particularidad de la pesca a peque?a escala en Galicia. La geograf¨ªa de la comunidad, con profundas r¨ªas, condiciona la organizaci¨®n del sector, que ya se siente constantemente agraviado por la falta de voluntad pol¨ªtica. P¨¦rez Sieira explica que ser¨¢n alrededor de 4.300 las embarcaciones afectadas por la nueva normativa. ¡°Nosotros ya tenemos regulaci¨®n, no se trata de que no haya control, pero Espa?a no es igual a los otros Estados de la Uni¨®n Europea y Galicia tampoco es igual al resto del pa¨ªs¡±, concluye.

En la r¨ªa de Arousa, la m¨¢s extensa de la comunidad, trabajan alrededor de 1.000 embarcaciones de pesca artesanal, casi todas con uno o dos tripulantes. Juan Jos¨¦ Rial Mill¨¢n es el patr¨®n mayor de la cofrad¨ªa de A Illa de Arousa (5.000 habitantes) y explica que la mayor¨ªa de los botes para marisqueo admiten un m¨¢ximo de tres personas. El hombre de 54 a?os ha salido a la mar desde que tiene poco m¨¢s de 10. Conoce el sector a la perfecci¨®n: un peque?o viaje por el brazo de mar en la lancha de la guardia rural es suficiente para que se?ale los espacios de trabajo de todas las asociaciones de la comarca, visibles tambi¨¦n desde el muelle del Xufre, en el municipio pontevedr¨¦s.

En medio de la r¨ªa, pocos metros debajo del puente que une esta isla con el continente y el resto de la comarca, una caseta de madera flota rodeada de lanchas. Es el puesto de control. Cada ma?ana los mariscadores navegan a este punto y registran el inicio de su jornada pegando una tarjeta magn¨¦tica, que llevan siempre consigo, al m¨®vil que sostiene un oficial de la Guardia Rural. Despu¨¦s, se mueven a la zona de trabajo junto a la orilla y al finalizar la faena vuelven a la caseta para pesar, clasificar y documentar digitalmente el marisco con su credencial. El ¨²ltimo filtro est¨¢ en la lonja, donde se hace un cribado final del producto.

Mill¨¢n reconoce que la propuesta de la Comisi¨®n es similar al sistema que se usa en Galicia hoy, pero con una diferencia esencial: el peso de las tareas ¡°burocr¨¢ticas¡± recae en el caso gallego sobre las cofrad¨ªas y no sobre los trabajadores. Es ah¨ª donde se fija la mayor oposici¨®n, seg¨²n P¨¦rez Sieira, que explica que manipular aparatos electr¨®nicos en medio de la faena es complejo: ¡°Tenemos lluvia, mal tiempo, estamos mojados... ?C¨®mo vamos a hacerlo en esas condiciones? Trabajamos en embarcaciones muy peque?as, sin puente de mando, sin luz el¨¦ctrica o bater¨ªa. La pura pesca artesanal¡±. Adem¨¢s, el presidente a?ade que si registran las capturas en el mar, como lo est¨¢ planteando la UE, estar¨ªan ¡°mintiendo¡±, por el cambio en el peso despu¨¦s de que se retire marisco peque?o en la lonja o en el puesto de control.

Aguilera tiene una visi¨®n opuesta sobre el diario digital. La eurodiputada socialista aboga por una ¡°modernizaci¨®n¡± del sector. Sin embargo, asegura que el Parlamento Europeo se ha mostrado dispuesto a hacer una excepci¨®n sobre el uso de geolocalizadores para la pesca artesanal gallega. La portavoz sostiene que es complejo encajar este tipo de particularidades porque es necesario garantizar que estas cl¨¢usulas funcionen ¡°solo para peque?os casos muy excepcionales y siempre que se pueda demostrar que las embarcaciones no salen de la r¨ªa¡±, pero ¡°hay voluntad¡±.

La l¨ªnea de costa de A Illa de Arousa, donde Mill¨¢n trabaja, tiene un profundo olor a almejas. No extra?a que sea un sitio de tanta importancia para el marisqueo. El patr¨®n mayor explica que gran parte de las embarcaciones, casi todas de 4 o 5 metros, son peque?as empresas familiares. ?l mismo tiene un hijo que se dedica al sector y dos estudiando en la Universidad, ¡°pero si no encuentran trabajo, siempre les quedar¨¢ la mar¡±, afirma. El estrecho v¨ªnculo de los gallegos con sus r¨ªas es, para la secretaria de la federaci¨®n de cofrad¨ªas, Rita Gonzalez Sestelo, el elemento m¨¢s valioso en la forma de organizaci¨®n de la actividad pesquera: ¡°Las cofrad¨ªas son de todos y vale la pena defenderlas. Es su forma de vida. A veces no se dan cuenta de la importancia de lo que hacen¡±.

Queda tiempo para esta haza?a. Seg¨²n explica Carla Aguilera, el tr¨¢mite est¨¢ solo en el segundo paso. El Parlamento Europeo ha hecho una revisi¨®n de la propuesta de la Comisi¨®n, y ha aprobado sus enmiendas en marzo. Ahora el documento est¨¢ en manos del Consejo y, cuando acabe, las tres partes deber¨¢n determinar el acuerdo final: ¡°La entrada en vigor de este reglamento la hemos planteado para cinco a?os entre la aprobaci¨®n y la ejecuci¨®n. Hay tiempo para hacer lo que haga falta y para que el sector est¨¦ listo para estos cambios¡±, afirma.