La nueva alianza de Yellen contra los duendes
El acuerdo del G-7 para fijar un m¨ªnimo al impuesto de sociedades es un paso clave hacia un mundo m¨¢s justo
Hace dos fines de semana, en gran medida a instancias de Jenet Yellen, secretaria del Tesoro estadounidense, los ministros de econom¨ªa del G-7 ¡ªlas principales econom¨ªas avanzadas¡ª acordaron establecer un tipo impositivo m¨ªnimo del 15% sobre los beneficios obtenidos por las filiales extranjeras de las multinacionales. A lo mejor se preguntan de qu¨¦ va esto o por qu¨¦ deber¨ªa importarles. Por eso, perm¨ªtanme que les cuente algo sobre Apple y los duendes. La empresa tiene un enorme alcance mundial. Sus productos se venden pr¨¢cticamente en todas partes; posee filiales en muchos pa¨ªses. Y por supuesto, tambi¨¦n es inmensamente rentable.
?Pero d¨®nde se obtienen esos beneficios? Apple fabrica muy pocas cosas y b¨¢sicamente contrata la producci¨®n a otras empresas, principalmente chinas. Sus beneficios provienen en buena medida de derechos de licencia que reflejan los activos intangibles de la empresa: sus patentes, marcas registradas, servicios y secretos comerciales. ?Y d¨®nde se ubican dichos activos? Desde un punto de vista econ¨®mico, esa cuesti¨®n ni siquiera es importante.
Sin embargo, a efectos fiscales, Apple debe declarar sus beneficios en alguna parte. Ahora mismo eso significa que la propia empresa decide declarar d¨®nde gana su dinero, y lo que hace, l¨®gicamente, es afirmar que sus beneficios corresponden a filiales situadas en pa¨ªses con bajos impuestos sobre sociedades, Irlanda en particular.
De hecho, hasta 2014, iba incluso m¨¢s all¨¢: una gran parte de sus beneficios mundiales los asignaba a Apple Sales International, que estaba registrada en Irlanda, pero que a efectos fiscales no estaba situada en ning¨²n lugar. En 2015, sin embargo, la suma de la presi¨®n ejercida por la Comisi¨®n Europea y los cambios en las leyes tributarias irlandesas indujo a Apple a reasignar muchos de sus activos intangibles a su filial regular en Irlanda.
?Qu¨¦ importancia ten¨ªa esta decisi¨®n? Sobre el papel, el PIB de Irlanda aument¨® de repente un 25%, a pesar de que no hab¨ªa cambiado nada real, un fen¨®meno que yo denomin¨¦, en una expresi¨®n que ha calado, ¡°la econom¨ªa de los duendes¡±. La cosa es que Apple dista mucho de ser la ¨²nica que aprovecha su categor¨ªa de multinacional para evadir impuestos, e Irlanda dista mucho de ser el para¨ªso fiscal m¨¢s insigne, ni siquiera en Europa. Seg¨²n cifras del FMI, Luxemburgo ¡ªque tiene aproximadamente la misma poblaci¨®n que Vermont¡ª ha atra¨ªdo m¨¢s de tres billones de d¨®lares en inversi¨®n empresarial extranjera, comparable a la recibida en total por Estados Unidos. ?A qu¨¦ se debe eso? No existe pr¨¢cticamente ninguna inversi¨®n real, sino que el diminuto ducado ha ofrecido a muchas empresas acuerdos que les permiten declarar all¨ª sus beneficios casi sin pagar impuestos.
?Qu¨¦ nos ense?an estas historias? Primero, que el actual sistema tributario internacional ofrece a las grandes empresas un amplio margen para la evasi¨®n fiscal. Segundo, nos enteramos de que cuando los pa¨ªses intentan competir unos con otros reduciendo el impuesto sobre sociedades ¡ªlo que se ha dado en llamar carrera hacia el abismo¡ª no est¨¢n luchando realmente por qui¨¦n se va a quedar con inversiones que ofrezcan creaci¨®n de empleo y aumento de la productividad. Hay muy pocas pruebas de que la reducci¨®n del impuesto de sociedades anima de hecho a las multinacionales a construir f¨¢bricas y expandir el empleo.
No, por lo que luchan realmente es por definir d¨®nde se declarar¨¢n los beneficios, y por consiguiente, d¨®nde se gravar¨¢n. Y la consecuencia de la bajada de los tipos impositivos y el aumento de la evasi¨®n fiscal es que los ingresos fiscales siguen cayendo.
En la d¨¦cada de 1960, los ingresos federales correspondientes al impuesto sobre sociedades equival¨ªan, de media, al 3,5% del PIB, mientras que ahora esa media ronda el 1%. Eso supone una p¨¦rdida de ingresos de m¨¢s de 500.000 millones de d¨®lares al a?o, suficiente para pagar muchas infraestructuras, cuidados infantiles y m¨¢s. Lo cual nos lleva al acuerdo del G-7. ?C¨®mo funcionar¨ªa el tipo m¨ªnimo del 15%? As¨ª es como lo resume Gabriel Zucman, quien probablemente ha hecho m¨¢s por resaltar la importancia de la evasi¨®n de impuestos internacional que ninguna otra persona: ¡°Tomemos una multinacional alemana que declara sus ingresos en Irlanda, gravados con un tipo efectivo del 5%. Alemania cobrar¨¢ ahora otro 10%, para llegar a un tipo del 15%; y lo mismo ocurrir¨ªa con los beneficios declarados por las multinacionales alemanas en Bermudas, Singapur, etc¨¦tera¡±.
Evidentemente, esto recortar¨ªa de inmediato la cantidad de impuestos que las multinacionales podr¨ªan evadir trasladando la declaraci¨®n de beneficios a para¨ªsos fiscales. Y tambi¨¦n reducir¨ªa el incentivo para que los pa¨ªses ejercieran de para¨ªsos fiscales. Ah, y si piensan que las multinacionales pueden evitar todo esto simplemente trasladando su sede social a, pongamos por caso, Bermudas, las grandes econom¨ªas pueden hacer que les resulte dif¨ªcil.
Por poner todo esto en un contexto m¨¢s amplio, lo que vemos aqu¨ª es el comienzo de un intento de corregir un sistema que funciona en detrimento de los trabajadores y a favor del capital. Los trabajadores tienen pocas formas de evadir los impuestos sobre la renta de las personas f¨ªsicas, los impuestos sobre las rentas del trabajo y los impuestos sobre el valor a?adido, si no es traslad¨¢ndose de hecho a otro pa¨ªs. Las empresas multinacionales, que, en definitiva, son en gran parte propiedad de una peque?a minor¨ªa acaudalada, pueden buscar jurisdicciones con bajos impuestos sin hacer nada real, aparte de contratar contables expertos. El plan del G-7 dificultar¨ªa esa pr¨¢ctica.
Es cierto que, de momento, todo lo que tenemos es un acuerdo entre ministros de econom¨ªa, y los detalles importantes est¨¢n a¨²n sin definir. No ser¨¢ f¨¢cil convertirlo en leyes: las multinacionales pueden contratar grupos de presi¨®n adem¨¢s de contables.Pero sigue siendo un gran acuerdo, un paso importante hacia un mundo m¨¢s justo.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa ? The New York Times, 2021. Traducci¨®n de News Clips
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