Los empresarios cubanos que esperaron su oportunidad
Un centenar de proyectos sujetos a limitaciones reciben la luz verde medio siglo despu¨¦s de la confiscaci¨®n de las firmas particulares en la isla
Oliesky tiene un nombre enredado, como enredado ha sido hasta ahora (y sigue siendo) emprender cualquier negocio privado en Cuba. Cuando naci¨®, a mediados de los a?os ochenta, no hab¨ªa en su pa¨ªs m¨¢rgenes fuera de la econom¨ªa estatal socialista para realizar una actividad empresarial. En aquella ¨¦poca estaban de moda en la isla los nombres rusos y sus padres eran revolucionarios, as¨ª que el nombre de Oliesky le ¡°toc¨® por la libreta¡±, bromea este arquitecto de 38 a?os, uno de los cientos de cubanos que ha decidido apostar por crear su propia empresa aprovechando la m¨¢s reciente reforma del Gobierno.
La medida, que permite la constituci¨®n de microempresas (hasta 10 trabajadores), peque?as (de 11 a 35) y medianas empresas privadas (de 36 a 100 empleados), era reclamada desde hace a?os por la sociedad y finalmente entr¨® en vigor el pasado 20 de septiembre. Oliesky Fabre del Castillo fue uno de los primeros en presentar los documentos de su emprendimiento, Enparalelo, que tiene que ver con la producci¨®n de microvegetales en espacios urbanos, tanto interiores como exteriores, con el prop¨®sito de contribuir a ¡°alimentar a la ciudad desde la ciudad de un modo sostenible¡±.
Olo (as¨ª le llaman sus amigos, para no complicar la cosa) abre su ordenador y muestra los planos y la presentaci¨®n del proyecto, en la que se ven modernas ¨¢reas de cultivo bajo techo y torres de agricultura vertical donde prev¨¦ producir no solo microvegetales, sino tambi¨¦n hongos, flores y algas comestibles destinados al consumo de la poblaci¨®n y los restaurantes privados y el turismo, y m¨¢s adelante para exportar. Enparalelo es a la vez un proyecto de desarrollo local y una entidad municipal acaba de cederle un peque?o terreno bald¨ªo en el empobrecido barrio habanero de La Timba, que ¨¦l comienza a acondicionar ahora mientras realiza los tr¨¢mites en el registro mercantil para inscribir su microempresa (de dos socios y ocho trabajadores). Las primeras pruebas realizadas, dice, fueron un ¨¦xito: ¡°Logramos producir alimentos de gran valor nutritivo, en espacios muy reducidos y con altos m¨¢rgenes de productividad y rentabilidad¡±.
El Ministerio de Econom¨ªa y Planificaci¨®n (MEP) aprob¨® su emprendimiento el 29 de septiembre junto a otras 31 mipymes, y el 7 de octubre autoriz¨® 66 m¨¢s y dos cooperativas no agropecuarias. Ser¨¢n las primeras empresas privadas con personalidad jur¨ªdica que funcionar¨¢n en la isla desde 1968, cuando Fidel Castro decret¨® la confiscaci¨®n de los ¨²ltimos 55.000 negocios particulares que hab¨ªan sobrevivido al triunfo revolucionario de 1959. ¡°Se trata de un nuevo momento, es algo hist¨®rico, cambia las reglas del juego: ahora tendremos posibilidad legal de hacer muchas m¨¢s cosas¡±, afirma Oliesky, que pone ¨¦nfasis en las luces de la reforma sin esconder sus sombras, como los l¨ªmites impuestos a las actividades profesionales. Los contables, abogados, ingenieros y arquitectos como ¨¦l (entre otros) no pueden asociarse y constituir empresas para brindar sus servicios. ¡°Como arquitecto siempre so?¨¦ con tener un estudio de arquitectura en Cuba y espero poder hacerlo. Espero que pronto esta actividad profesional se haga l¨ªcita porque la ciudad lo necesita¡±, asegura.
No es esta la ¨²nica limitaci¨®n para las nuevas pymes, que deben constituirse como sociedades de responsabilidad limitada. Estas tendr¨¢n capacidad de recibir cr¨¦ditos y realizar negocios con empresas estatales, mixtas y extranjeras, pero sus actividades de importaci¨®n y exportaci¨®n deben hacerlas por intermediaci¨®n de una compa?¨ªa estatal. Tampoco puede ser socio un inversor extranjero, aunque no se excluye que el due?o cubano de un negocio constituido pueda hacer una empresa mixta con una compa?¨ªa extranjera, si bien para ello debe pasar el engorroso proceso oficial de aprobaci¨®n por el Estado. Est¨¢, adem¨¢s, la prohibici¨®n del ejercicio de m¨¢s de 100 actividades que el Estado se reserva (en ¨¢reas como telecomunicaciones, turismo, salud, prensa, etc¨¦tera), y la imposibilidad de que un cubano pueda ser socio de dos pymes a la vez, o que estas puedan convertirse en grandes empresas si tienen ¨¦xito, ya que en el esp¨ªritu de la ley esta ¡°evitar la concentraci¨®n de la propiedad y de la riqueza¡±.
Economistas cubanos como Ricardo Torres se?alan que la aprobaci¨®n de las pymes en Cuba nace con impedimentos que pueden lastrar su efecto positivo: ¡°Uno tiene la sensaci¨®n de que siempre estamos por detr¨¢s de lo que requieren los nuevos tiempos¡±. Su colega Pedro Monreal calcula que unas 14.000 mipymes privadas pudieran surgir en corto tiempo en la isla, donde hoy funcionan unas 1.800 empresas estatales y 250 sociedades mercantiles mixtas. ¡°?C¨®mo un esquema de planificaci¨®n centralizada que no es efectivo para operar unas 2.000 empresas tendr¨ªa la capacidad para asimilar un tejido empresarial siete u ocho veces mayor que el actual, en un plazo relativamente corto?¡±, se preguntaba recientemente este economista.
Sin embargo, una cosa son las restricciones objetivas y las valoraciones macroecon¨®micas, y otra c¨®mo lo ven los nuevos emprendedores, muchos de los cuales provienen del campo del cuentapropismo ¡ªm¨¢s de 600.000 personas, un 13% de la poblaci¨®n activa, est¨¢n acogidas a esta modalidad de trabajo aut¨®nomo en Cuba¡ª. ¡°Durante mucho tiempo hemos sido mal vistos o considerados los pobrecitos que nos estamos buscando la vida. Ahora, por primera vez, se reconoce lo que somos: empresarios¡±, dice Marta Deus, cofundadora de Mandao, un negocio de mensajer¨ªa que ha crecido exponencialmente desde su creaci¨®n hace dos a?os ¡ªm¨¢s 100.000 entregas desde entonces¡ª.
Hasta ahora Mandao ha funcionado como ha podido, aprovechando los huecos legales existentes, pero el MEP ya aprob¨® su constituci¨®n como mediana empresa. Son seis socios y podr¨¢n tener hasta 100 trabajadores. ¡°Ahora tendremos personalidad jur¨ªdica, podremos firmar contratos, tener clientes estatales y extranjeros, importar, abrir sedes en otras provincias¡ Aunque desde fuera pueda parecer poco, cualquiera que sepa un poco lo que es hacer negocios en Cuba puede entender lo mucho que hemos avanzado¡±, dice esta emprendedora de 33 a?os que lleva adelante, adem¨¢s, otros dos proyectos que han funcionado hasta ahora en los l¨ªmites de esta nebulosa legal: Deus Expertos Contables, especializada en la contabilidad, auditor¨ªa, fiscalidad y asesoramiento financiero y de negocios, y Negolution, una revista bimensual sobre emprendimiento, creada para informar sobre el mundo de los negocios en Cuba.
Tanto Marta como Oliesky son conscientes de que falta mucho camino por andar para que la iniciativa privada en Cuba se consolide. Pero creen que el paso dado es grande, en comparaci¨®n con lo que hab¨ªa. ¡°Ahora hay que enfocarse en aprovechar la oportunidad para crecer y esperar a que las trabas vayan resolvi¨¦ndose¡±, asegura Deus. A su juicio, la mayor garant¨ªa de que no habr¨¢ esta vez ¡°marcha atr¨¢s¡± y que ¡°la cosa va pa¡¯lante¡± es la actual coyuntura del pa¨ªs, que es cr¨ªtica e impone a las autoridades los cambios. Admite que no son pocos los emprendedores que, esperando y esperando esta reforma, han tirado la toalla y se han marchado. Los que siguen aqu¨ª y ahora constituir¨¢n una pyme, como Oliesky o Marta, son optimistas ¡°por obligaci¨®n¡±. ¡°No nos queda m¨¢s remedio si hemos apostado por esto¡±, dice Deus, y en eso por la calle pasa una moto de Mandao llevando comida a domicilio para un cliente de La Habana.
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