Los m¨²ltiples tipos de cambio en Argentina: ?c¨®mo funcionan?
Existen al menos siete cotizaciones diferentes de la divisa estadounidense, evidencia de la falta de confianza de los ciudadanos en el peso argentino
Bastar¨¢ preguntar a cualquier ni?o argentino m¨¢s o menos informado para saber a cu¨¢nto cotiza el d¨®lar. El ni?o no tendr¨¢ idea de la cotizaci¨®n oficial, esa que publica el Banco Naci¨®n, sino la del mercado paralelo o blue. Lo sabr¨¢ porque lo habr¨¢ escuchado en su casa; es posible tambi¨¦n que de vez en cuando sea tema de discusi¨®n en la escuela, porque ese juego en l¨ªnea que pidieron se volvi¨® inalcanzable para sus padres, que deber¨¢n pagar su tarjeta de cr¨¦dito con un impuesto del 30% por el cambio de divisa. Si el interrogado no tiene recursos, poco le interesar¨¢ el valor exacto del d¨®lar, pero sabr¨¢ que la divisa est¨¢ detr¨¢s de la inflaci¨®n que se come su salario y de los aumentos en el supermercado. Si se habla con alguien de ingresos altos, contar¨¢ con entusiasmo las maniobras financieras que realiza para convertir a d¨®lares su exceso de pesos.
En cualquier caso, todos tendr¨¢n algo para decir. El d¨®lar es tema de conversaci¨®n en Argentina. Y entender sus m¨²ltiples cotizaciones, un asunto serio. Esta semana, el tipo de cambio que se usa en el mercado informal, conocido como blue o d¨®lar negro, alcanz¨® los 197,5 pesos, a solo 0,5 pesos del r¨¦cord alcanzado el jueves. Hace solo cinco a?os, alcanzaban 15 pesos para comprar un d¨®lar. Pero el blue no es el ¨²nico tipo de cambio en Argentina, donde hay, por lo menos, otros siete. El oficial, el que se tasa como ahorro, el que se usa para comprar y vender bonos en la bolsa, el que utilizan agencias cambiarias, el que se le ofrece a las empresas exportadoras y de servicios, el que usan empresas para pagar sus deudas en d¨®lares y el llamado ¡°contado con liqui¡±, que utilizan las personas que cambian pesos por d¨®lares en el exterior. Todos cotizan precios diferentes.
Para entender el porqu¨¦ de los diferentes tipos de cambios en Argentina, hay que empecer por conocer c¨®mo el Gobierno divide la demanda de d¨®lares entre ¡°buena¡± y ¡°mala¡±, explica Paul McNamara, director de inversiones del fondo GAM, quien se especializa en tipo de cambio y bonos de mercados emergentes. ¡°Las personas que quieren comprar bienes esenciales son consideradas una buena demanda de d¨®lares; mientras que las personas que quieren tener sus ahorros en d¨®lares o en el extranjero es lo que considerar¨ªan como una mala demanda de d¨®lares¡±, explica McNamara al tel¨¦fono desde Londres.
Para evitar el refugio en moneda extranjera de ahorradores, el Gobierno limita a 200 la cantidad de d¨®lares que se pueden comprar por persona por mes. ¡°Lo que intentan hacer es desviar la oferta de d¨®lares que tienen, que proviene principalmente de exportaciones, hacia las personas con lo que ellos considerar¨ªan una demanda leg¨ªtima de d¨®lares, lo cual es solo una peque?a fracci¨®n de toda la demanda de d¨®lares en Argentina¡±. Pero los d¨®lares se compran por diferentes canales, por lo que el Gobierno impone reglas, impuestos y l¨ªmites a cada canal, como el uso de tarjeta de cr¨¦dito o instrumentos financieros, entre otros. Cada imposici¨®n o regla genera un mercado espec¨ªfico con su propia cotizaci¨®n del tipo de cambio.
Una moneda es, en Argentina y en todo el mundo, un certificado de confianza. Una compra-venta funciona porque ambas partes conf¨ªan en que el dinero que se intercambia tiene y preservar¨¢ valor. Esto no ocurre en Argentina. D¨¦cadas de espirales de inflaci¨®n, devaluaciones y malos manejos de las finanzas p¨²blicas han corro¨ªdo la confianza de los ciudadanos en la moneda. El Gobierno, cualquier sea, se ve obligado entonces a limitar el uso de otra moneda, emitida por otro pa¨ªs, en la que s¨ª se conf¨ªa: el d¨®lar (o bien, el euro, la libra esterlina, u otras que emiten econom¨ªas desarrolladas con bancos centrales fuertes).
¡°El Gobierno no tiene suficientes d¨®lares¡±, dicen com¨²nmente argentinos al hablar de su particular situaci¨®n, una que les obliga a tomar complejas y sofisticadas decisiones financieras diariamente. Pero ¡°suficiente¡± es relativo, dice Sergi Lanau, economista jefe adjunto del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). En pa¨ªses en que los habitantes no buscan desesperadamente poner todo su patrimonio en moneda extranjera, este no es un problema. ¡°El no tener suficientes d¨®lares quiere decir que no son suficientes para mantener un tipo de cambio cuando todos quieren ahorrar en d¨®lares¡±. El caso de Argentina no es ¨²nico, apunta Lanau: L¨ªbano y Sri Lanka sufren de las mismas disfunciones.
¡°Los m¨²ltiples tipos de cambio son un vendaje que permite que una econom¨ªa severamente disfuncional contin¨²e m¨¢s o menos funcionando¡±, resume McNamara, ¡°si vas a arrancar el vendaje, necesitas hacer algo que probablemente ser¨¢ bastante doloroso a corto plazo y posiblemente a mediano plazo y especialmente para los pobres¡±. Por ejemplo, una devaluaci¨®n que permita reunificar todos los tipos de cambio. Lo cual, admite el experto, se ha hecho ya muchas veces antes y es cuesti¨®n de tiempo antes de que los mercados negros broten de nuevo. Dada la composici¨®n de la pol¨ªtica argentina en este momento, dice McNamara, es extremadamente improbable que vayan a actuar para reunificar los tipos de cambio.
Lanau coincide. ¡°Ahora mismo, la ¨²nica posible v¨ªa para empezar a arreglar las cosas es una que a los argentinos no les gusta, que es un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) donde poco a poco se imprima menos dinero para financiar al Gobierno, con lo que la inflaci¨®n empiece a bajar. Con esto, la gente querr¨¢ comprar menos d¨®lares para ahorrar. Pero claro, eso es un proceso complicado que el Gobierno no quiso hacerlo hasta ahora¡±.
El presidente Alberto Fern¨¢ndez dijo el mi¨¦rcoles en un evento masivo: ¡°Si todav¨ªa no cerramos un acuerdo con el Fondo Monetario es porque no nos vamos a arrodillar¡±. El Pa¨ªs negocia nuevos plazos para el pago de 44.000 millones de d¨®lares de deuda que se acerca. A dos semanas de una elecci¨®n presidencial, el Mandatario deja en claro que, por lo menos por ahora, esta no es una posibilidad.
Al devaluar la moneda y emparejar los tipos de cambio, las importaciones se hacen m¨¢s caras, por ejemplo. ¡°Evidentemente eso es muy costoso y todo el mundo lo sabe, porque estamos hablando no de que importar mi coche de lujo vaya a ser m¨¢s caro, estamos hablando que toda la comida y toda la medicaci¨®n importada ser¨ªa m¨¢s cara, y muy cerca de una elecci¨®n es simplemente imposible. Pol¨ªticamente es muy f¨¢cil entender por qu¨¦ el Gobierno no quiere devaluar ahora mismo¡±, concluye Lanau.
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