La marcha en apoyo de la huelga del metal en C¨¢diz acaba en batalla campal entre polic¨ªas y manifestantes
M¨¢s de 4.000 personas participan en la movilizaci¨®n, que se produce tras un nuevo fracaso en las negociaciones entre la patronal y los sindicatos
Una pancarta ajada se arremolina en el asfalto entre trozos de cristales, pelotas de goma y restos de botes de humo. Poco antes rezaba ¡®La juventud con la lucha del metal¡¯, aunque ahora es un gui?apo pisoteado en medio de una batalla campal de objetos que sobrevuelan las cabezas con violencia. La manifestaci¨®n, de 4.000 personas para los convocantes y de 1.300 seg¨²n la polic¨ªa, en apoyo al sector del metal de C¨¢diz acaba opacada entre gas lacrim¨®geno y cargas policiales a una parte de los huelguistas, dispersos a modo de guerrillas por diversos barrios de la capital. Justo lo contrario a lo que los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) aspiraban en el octavo d¨ªa de la huelga indefinida, que ha acabado convertido en la jornada de disturbios m¨¢s graves desde que comenzaron las protestas a cuenta de la renovaci¨®n de un convenio colectivo.
La madrugada del pasado jueves, representantes de los trabajadores y patronal se levantaban de la mesa de negociaciones por tercera vez, sin visos de soluci¨®n a corto plazo, pero con un aparente acercamiento de posturas. Para los primeros, la inclusi¨®n del IPC real en un convenio de no m¨¢s de un a?o es una demanda irrenunciable. Para los segundos, lo era no fijar esa actualizaci¨®n a las tablas salariales. Aunque este martes Jos¨¦ Mu?oz, secretario de la Federaci¨®n de Empresas del Metal, ha parecido ceder al asegurar que ambas partes ya tienen ¡°cuatro o cinco temas econ¨®micos¡± a trabajar por separado. Y ya solo hablan de una aparente l¨ªnea roja, que el convenio est¨¦ vigente en 2023, ya que ¡°es imprescindible para sobrevivir seg¨²n los acuerdos que se est¨¢n perfilando¡±. Este mi¨¦rcoles est¨¢ previsto que retomen las negociaciones.
El problema radica en que la negociaci¨®n del convenio del metal hace d¨ªas que, de facto, ya es una amalgama de descontento socioecon¨®mico, tanto dentro del propio sector como fuera de ¨¦l, en una provincia con tasas de paro superiores al 23%. Antonio Mu?oz, secretario permanente del Naval del sindicato CGT, asegura que la clave est¨¢ tambi¨¦n en recuperar parte de los derechos perdidos en anteriores negociaciones: ¡°Los dos convenios anteriores tuvieron retrocesos¡±. A pie de calle, los manifestantes congregados se quejan de salarios bajos ¡ªde 1.000 a 1.500 euros de media¡ª y de unos recortes implementados a partir de la crisis de 2008. ¡°El detonante es la negociaci¨®n, pero aqu¨ª hay mucho m¨¢s, como la eventualidad¡±, denuncia Jes¨²s Galv¨¢n, de la Coordinadora de los Trabajadores del Metal, un sindicato minoritario, pero de los que m¨¢s est¨¢n agitando las calles en esta huelga. ¡°Llevo 25 a?os de soldador y tengo 50 empresas en mi curr¨ªculum. Llevamos d¨¦cadas sufriendo para llegar a final de mes o tener que coger las maletas¡±, a?ade.
A Galv¨¢n y los suyos se han sumado este martes los sindicatos de estudiantes, que han convocado un paro en apoyo a los trabajadores del metal. Buena parte de los integrantes de estos colectivos fueron los que decidieron desgajarse del itinerario marcado hasta la sede de la Femca para poner rumbo al puente Carranza con la intenci¨®n de cortarlo ¡°de forma pac¨ªfica¡±, como aseguraba Galv¨¢n, meg¨¢fono en mano. Antes de esa arenga, la marcha ya hab¨ªa dejado momentos emocionantes al paso del hospital Puerta del Mar. All¨ª, una decena de sanitarios y pacientes y acompa?antes corearon los gritos del celador Juli¨¢n ¡ª¡±con el nombre est¨¢ bien¡±, dice¡ª: ¡°?No queremos que la Bah¨ªa sea otra Benidorm!¡±.
El tramo oficial de la manifestaci¨®n integrado por UGT y Comisiones Obreras lleg¨® a la sede de Femca sin complicaciones. No pudieron decir lo mismo los integrantes ¡ªalgunos menores¡ª del que puso rumbo al Carranza, un puente hist¨®rico para la lucha del metal, pero blindado en estas movilizaciones por la polic¨ªa por su car¨¢cter de infraestructura cr¨ªtica. Pasadas las 12.30, el encuentro entre estos manifestantes y los antidisturbios desemboc¨® en la batalla m¨¢s cruenta de estos d¨ªas de huelga indefinida. Varios agentes venidos de otros puntos de Espa?a ¡°impidieron con medios antidisturbios¡± ¡ªseg¨²n ha aseverado posteriormente la Subdelegaci¨®n del Gobierno¡ª el avance de los huelguistas.
A pie de calle, eso se ha traducido en lanzamiento de salvas de pelotas de goma, cargas contra manifestantes y uso de botes lacrim¨®genos. Al otro lado, los huelguistas han tirado piedras, botellas de cristal o latas, en medio de unos vecinos que han asistido a la batalla entre arengas de cacerolas desde los balcones y persianas echadas de los comercios cercanos. El enfrentamiento pronto se ha convertido en una desbandada de grupos de manifestantes a la carrera y polic¨ªas de la UPR, dispersos entre las barriadas populares de Loreto o el Cerro del Moro. En la refriega, que se ha alargado hasta las 13.30, ha acabado una persona detenida, seis agentes heridos y un c¨¢mara de un medio de comunicaci¨®n tambi¨¦n ha sido agredido, seg¨²n ha denunciado TVE.
La jornada ha sido la m¨¢s violenta de estos ocho d¨ªas de paro indefinido. El alcalde de C¨¢diz, Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez Kichi, ha solicitado esta misma tarde la dimisi¨®n de Jos¨¦ Pacheco, subdelegado del Gobierno en la provincia, por las ¡°inaceptables¡± y ¡°desproporcionadas¡± cargas. ¡°Lo hago absolutamente responsable de lo que ha pasado, por lo que pedimos su dimisi¨®n¡±, ha asegurado el regidor, v¨ªa comunicado. ¡°Estamos escandalizados por la brutalidad utilizada para reprimir una huelga pac¨ªfica. No necesitamos tanquetas ni necesitamos antidisturbios, sino planes de reindustrializaci¨®n e inspectores de trabajo que hagan cumplir el convenio¡±, ha zanjado Gonz¨¢lez.
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