La hora de la modernizaci¨®n del mercado de trabajo
La recuperaci¨®n no se refleja en una mejora de la calidad del empleo
Los datos arrojados por la EPA del tercer trimestre y el paro registrado de octubre acreditan la senda positiva del mercado de trabajo espa?ol como resultado de la trayectoria de recuperaci¨®n econ¨®mica iniciada con el fin del estado de alarma, la elevada incidencia de la vacunaci¨®n y la puesta en marcha del plan de recuperaci¨®n de la Comisi¨®n Europea, unido a la pol¨ªtica expansiva del BCE a partir del Programa de Compras Contra la Pandemia, que ha inyectado liquidez al sistema del euro.
Esta recuperaci¨®n del mercado de trabajo no es ajena a los seis acuerdos sociales por la defensa del empleo, ASDE, que los agentes sociales (UGT ,CC OO, CEOE y Cepyme) hemos negociado y firmado con el Gobierno. En ellos hemos adaptado los ERTE, figura recogida en nuestra legislaci¨®n laboral desde 1980, a las extraordinarias circunstancias sufridas durante la pandemia para salvar millones de puestos de trabajo y cientos de miles de empresas.
Sin embargo, esa recuperaci¨®n del empleo no se refleja en una mejora de la calidad del mercado de trabajo espa?ol. La tasa de temporalidad sigue elevada e increment¨¢ndose, alcanzando en el tercer trimestre el 26,66% de los asalariados (casi 4,5 millones con contrato temporal). Ese empleo de baja calidad que se est¨¢ generando afecta sobre todo a las mujeres y los j¨®venes, y compromete la calidad sociolaboral de la recuperaci¨®n econ¨®mica y su sostenibilidad.
Todo ello pone de manifiesto los elevados grados de flexibilidad existente en nuestro sistema de relaciones laborales, que es el m¨¢s vol¨¢til y flexible de la Uni¨®n Europea. La precariedad de la recuperaci¨®n del empleo tambi¨¦n se observa en la duraci¨®n de la jornada laboral. Los contratos a tiempo parcial alcanzaron el 13,46% del total en el tercer trimestre (2,6 millones de contratos a tiempo parcial). Esa parcialidad incide sobre todo en las mujeres, dado que el 74,46% est¨¢n firmados por ellas. Por lo tanto, la recuperaci¨®n del mercado laboral se est¨¢ basando en la generaci¨®n de empleos de baja calidad, temporales y parciales. Atajar la excesiva temporalidad y la precariedad debe ser un objetivo fundamental de la nueva regulaci¨®n laboral espa?ola.
Tenemos ante nosotros la oportunidad de superar la reforma laboral de 2012, que posibilit¨® la degradaci¨®n de las condiciones de trabajo y de los salarios a trav¨¦s, fundamentalmente, de tres veh¨ªculos. La prevalencia del convenio de empresa sobre el sectorial, lo que permiti¨® que las empresas menos comprometidas socialmente pudieran competir practicando el dumping social y degradando las condiciones salariales que garantizaba la negociaci¨®n superior. El fin de la ultraactividad tambi¨¦n supuso abrir la puerta a la degradaci¨®n salarial en empresas con baja implantaci¨®n sindical. Adem¨¢s, se permiti¨® disminuir salarios a trav¨¦s de los mal llamados mecanismos de flexibilidad interna
A pesar de este deterioro de los salarios fruto fundamentalmente de la devaluaci¨®n de la negociaci¨®n colectiva, la reforma laboral de 2012 tambi¨¦n fracas¨® en su objetivo de frenar la temporalidad del mercado laboral espa?ol. Los ¨ªndices de contrataci¨®n temporal han aumentado en estos diez a?os y nuestro diferencial con Europa se ha visto incrementado. La tasa de temporalidad espa?ola supera en m¨¢s de 10 puntos la media de la Uni¨®n Europea.
Este deterioro de salarios y condiciones laborales ha supuesto que la revisi¨®n del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) afecte a m¨¢s de dos millones de personas, cuando en el momento de la reforma de 2012 afectaba solo unos pocos cientos de miles. Aquella reforma trajo al mercado laboral una figura desconocida hasta entonces en Espa?a: los trabajadores pobres. As¨ª, no es de extra?ar que, seg¨²n las condiciones de vida publicadas por el INE el pasado 15 de julio, la tasa de poblaci¨®n en riesgo de pobreza y exclusi¨®n social haya llegado hasta el 26,4% del total, que Espa?a sea el tercer pa¨ªs de la UE con mayor riesgo de pobreza infantil, del que el 40% proceden de familias con empleo, o que cuatro de cada diez familias espa?olas no puedan disfrutar ni siquiera de una semana de vacaciones.
La recuperaci¨®n econ¨®mica y del empleo no se consolidar¨¢ mientras no mejore la calidad de las relaciones laborales en nuestro pa¨ªs. Es necesario promover una mayor creaci¨®n del empleo de calidad, modernizando las pol¨ªticas activas del mercado de trabajo y favoreciendo la creaci¨®n de puestos de trabajo estables; mantener la trayectoria de incremento del SMI y derogar la reforma laboral, reequilibrando las partes de la negociaci¨®n colectiva para preservar los derechos de los trabajadores.
La recuperaci¨®n no ser¨¢ sostenida sin un cambio de modelo productivo en Espa?a, y dicho cambio no se har¨¢ sin una mejora significativa de la calidad del empleo y de las relaciones laborales. Una estructura productiva tecnol¨®gicamente avanzada y competitiva internacionalmente no se construye sobre unas relaciones laborales precarias y unos salarios bajos. Ese es realmente el gran riesgo que la econom¨ªa espa?ola debe enfrentar.
Construir una recuperaci¨®n sobre la base de empleos de baja calidad, temporales, de bajos salarios, vol¨¢tiles y sin la participaci¨®n de los sindicatos a trav¨¦s de la efectiva negociaci¨®n colectiva en t¨¦rminos de igualdad de partes, recuperando la prevalencia del convenio del sector y la supervivencia de lo acodado y pactado hasta que sea sustituido por un pacto posterior, solo perpetuar¨¢ el modelo productivo existente, dejando la econom¨ªa espa?ola vulnerable a la volatilidad de los mercados y poco preparada para los desaf¨ªos que las transformaciones tecno-productivas exigen (digitalizaci¨®n, inteligencia artificial, robotizaci¨®n, internet de las cosas, etc¨¦tera).
Espa?a tiene una oportunidad para superar las deficiencias del pasado. Al inter¨¦s general, a la dignificaci¨®n de las condiciones de trabajo, a la creaci¨®n de empleo estable y de calidad nos debemos emplear todos los que participamos en la mesa de modernizaci¨®n del mercado de trabajo. Las mujeres, los j¨®venes y el conjunto de la ciudadan¨ªa llevan demasiado tiempo esperando.
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