La irrupci¨®n de cuatro nuevas plataformas de reparto sacude el sector tras la entrada en vigor de la ¡®ley rider¡¯
Los sindicatos cuestionan la adaptaci¨®n a la normativa de Glovo y Uber Eats, mientras Just Eat cierra el primer convenio colectivo de este mercado
Cuatro meses despu¨¦s de la entrada en vigor de la ley rider, la adaptaci¨®n del modelo negocio de las plataformas de reparto a domicilio a la nueva norma es desigual. La ley establece que los repartidores tienen una relaci¨®n laboral con las compa?¨ªas, y no pueden ser considerados aut¨®nomos. De las plataformas que ya funcionaban en Espa?a, Glovo y Uber Eats siguen siendo cuestionadas por los sindicatos pese a haber hecho cambios en su forma de operar, Just Eat acaba de cerrar el primer convenio colectivo del sector y Deliveroo ha dejado Espa?a. Mientras, cuatro nuevas aplicaciones han entrado para reclamar su parte del pastel: Getir, Gorillas, Rocket y Dija. Tienen en com¨²n que contratan a sus empleados, lo que, seg¨²n los sindicatos, demuestra que el negocio es rentable tambi¨¦n si se cumple con la ley. Pero su operativa ha cosechado cr¨ªticas en algunos casos por el estr¨¦s y el riesgo de accidente que implica entregar la compra en minutos.
Tres de las nuevas empresas que han desembarcado recientemente responden al modelo de los llamados supermercados fantasma o tiendas cerradas, almacenes en el centro de las ciudades desde los que se reparte la compra en minutos. Se trata de Getir (de origen turco), Gorillas (de capital alem¨¢n) y Dija (brit¨¢nico). Por ¨²ltimo, Rocket (de capital ucranio), la ¨²ltima en lanzarse, a comienzos de este mes, se centra en la entrega de pedidos en restaurantes.
La llegada de nuevas empresas es una muestra, seg¨²n los sindicatos, de que el negocio es rentable con unas mejores condiciones laborales. ¡°Es una se?al de que los inversores siguen interesados, pero ahora el coste es real y hay m¨¢s seguridad jur¨ªdica¡±, opina Rub¨¦n Ranz, de UGT. ¡°Las empresas que ya hab¨ªa aseguraban que si les obligaba a contratar a los repartidores, el negocio no era viable¡±, a?ade. Carlos Guti¨¦rrez, de CC OO, destaca que ¡°las nuevas se han implantado reconociendo la laboralidad¡±, es decir, contratando a los repartidores.
Pero la rapidez con la que algunas de las reci¨¦n llegadas prometen repartir los productos ha generado debate. ¡°Se podr¨ªan revisar algunos elementos desde el punto de vista de los riesgos laborales¡±, afirma Ranz. ¡°Entregar la compra en 10 minutos, por ejemplo, puede ser un factor de estr¨¦s¡±, a?ade. Adem¨¢s del riesgo de accidente con la bicicleta o la moto que pueden implicar las prisas. Una de las reci¨¦n llegadas, Getir, que empez¨® en septiembre en Espa?a y tiene a un millar de empleados, explica que ¡°la seguridad es una prioridad¡±. Fuentes de la empresa aseguran que proporcionan a la plantilla equipamiento (chaquetas y pantalones, cascos), y veh¨ªculos el¨¦ctricos. ¡°Disponen de espacios climatizados, taquillas, zona de cocina, y ba?os para que los empleados de la tienda puedan descansar¡±, a?aden.
Gorillas tambi¨¦n emplea directamente a sus repartidores y, seg¨²n fuentes de las empresas, ¡°los riders a tiempo completo reciben beneficios como atenci¨®n m¨¦dica, bicicletas el¨¦ctricas, uniformes y otros equipos¡±. Sobre la promesa de entregar el pedido en solo 10 minutos, responden: ¡°Nunca hemos favorecido la entrega en 10 minutos a riesgo de las condiciones de trabajo y el bienestar de nuestros equipos. Nuestros equipos no son remunerados de ninguna manera por la rapidez de las entregas y despu¨¦s de varios meses de operar en los mercados donde tenemos presencia, hemos decidido ofrecer la entrega en pocos minutos, pero sin el compromiso de tiempo¡±. Es decir, los 10 minutos no son siempre el objetivo y no se penaliza al repartidor por hacer una entrega en m¨¢s de 10 minutos.
La ley ha forzado a las empresas que ya exist¨ªan a llevar a cabo cambios. El caso de Glovo tambi¨¦n viene con controversia: el 80% de los repartidores siguen siendo aut¨®nomos, y son los que se encargan del reparto en restaurantes, el grueso del negocio de la compa?¨ªa. El 20% restante reparte los productos que salen de los supermercados propios de la aplicaci¨®n, unos trabajadores que ya estaban contratados antes de la ley rider, aunque mediante empresas de trabajo temporal, lo que motiv¨® varias jornadas de huelga este verano. La compa?¨ªa asegura que se adapt¨® a la ley tras un periodo de transici¨®n: ¡°Trabajamos a contrarreloj para adaptarnos a la regulaci¨®n, contando para ello con un periodo de transici¨®n muy corto para un cambio de tal magnitud¡±, dice un portavoz.
La empresa destaca las dos v¨ªas por las que ha optado: por un lado, la contrataci¨®n directa para los repartidores de servicios que ¡°por su naturaleza, son viables tecnol¨®gica y operativamente¡±, como el caso de los supermercados. Y por otro, lo que denominan un ¡°nuevo modelo de colaboraci¨®n para profesionales aut¨®nomos in¨¦dito en Espa?a¡±, que, aseguran, cumple con la ley y las sentencias del Tribunal Supremo y del Tribunal de Justicia de la UE.
El nuevo modelo para aut¨®nomos, para el que Glovo se asesor¨® con dos importantes bufetes de abogados, est¨¢ dise?ado para evitar la relaci¨®n de laboralidad, y para ello da m¨¢s flexibilidad al repartidor: se puede conectar en cualquier momento (y no eligiendo las franjas horarias disponibles con anterioridad), su elegibilidad para llevar a cabo el pedido no depende de un algoritmo y de las valoraciones, y puede definir el precio del pedido, dentro de unos l¨ªmites. ¡°Glovo siempre ha jugado a lo mismo, hacen peque?os cambios y apuran para seguir manteniendo su modelo. Pero la cuesti¨®n de fondo es la misma: ?de qui¨¦n sigue siendo la app? ?Qui¨¦n negocia los precios?¡±, se pregunta N¨²ria Soto, portavoz de Riders x Derechos, la asociaci¨®n sindical que comenz¨® a reivindicar el fin de la pr¨¢ctica de los falsos aut¨®nomos.
La Inspecci¨®n de Trabajo en Catalu?a ya est¨¢ haciendo entrevistas con repartidores a ra¨ªz de una denuncia de CC OO. ¡°Sigue habiendo indicios de laboralidad, porque es la empresa la que sigue organizando el trabajo. En el caso del precio, pueden elegir un multiplicador sobre una base, que es m¨¢s baja que antes, pero solo lo pueden elegir una vez al d¨ªa, y los repartidores se han dado cuenta de que si no ponen el m¨¢s bajo, no reciben pedidos. Tambi¨¦n, aunque pueden conectarse cuando quieren, saben que si no lo hacen en el momento de alta demanda no les saldr¨¢ a cuenta¡±, explica Carmen Juares, secretaria de Nuevas Realidades del Trabajo en CC OO. La inspecci¨®n tambi¨¦n investiga una denuncia por cesi¨®n ilegal de trabajadores en los repartidores de supermercados de Glovo.
El nuevo modelo ha comportado otras dificultades para los trabajadores: antes hab¨ªa un l¨ªmite de horas para trabajar, ahora no, con lo que muchos cargan con jornadas muy largas para conseguir ingresos. Adem¨¢s, los costes han subido: antes solo hac¨ªan una factura cada 15 d¨ªas, y ahora es una factura por pedido, lo que aumenta la documentaci¨®n y el precio de gestor¨ªa. ¡°Tenemos gente que se endeuda para pagar la cuota de aut¨®nomos, y han aumentado las lesiones por las largas jornadas¡±, dice Juares.
Uber Eats ha elegido para adaptarse un modelo de subcontrataci¨®n de repartidores. Para ello recurre a las empresas de transporte VTC con las que ya colabora. La compa?¨ªa asegura que cumple la ley. ¡°Para apoyar a los repartidores en la transici¨®n al nuevo modelo, les pusimos en contacto con nuestras flotas colaboradoras y, a d¨ªa de hoy, miles de ellos han sido contratados y trabajan a trav¨¦s de estas empresas, con contratos fijos y sus beneficios asociados¡±, destacan fuentes de la compa?¨ªa, que no proporciona datos del n¨²mero de repartidores en la actualidad porque dice que dependen de las subcontratas.
Los sindicatos calculan que Uber Eats desconect¨® de la plataforma a unos 3.000 riders en agosto, cuando entr¨® en vigor la ley. CC OO y UGT han presentado una denuncia ante la Audiencia Nacional porque consideran que esa desconexi¨®n masiva se debe entender como un despido colectivo que se llev¨® a cabo de forma irregular, sin garantizar los derechos de los empleados, como el de recibir una indemnizaci¨®n o la prestaci¨®n por desempleo. ¡°Antes de la ley calculamos que ten¨ªan unos 5.000 repartidores¡±, explica Rub¨¦n Ranz, de UGT. Los sindicatos opinan, adem¨¢s, que la subcontrataci¨®n que promueve Uber Eats es una cesi¨®n ilegal de trabajadores, mientras fuentes de la empresa se defienden alegando que se trata de un sistema habitual en otras empresas de transporte y que sus socios ¡°respetan los derechos de los repartidores¡±.
¡°La ley ayuda porque da m¨¢s peso a la representaci¨®n sindical, pero por el resto, es lo que ya estableci¨® el Supremo. Lo que s¨ª es necesario es poner m¨¢s recursos en la Inspecci¨®n de Trabajo y obligar a cumplirla, porque no, no se est¨¢ aplicando¡±, afirma Soto, de Riders x Derechos.
Seg¨²n fuentes del Ministerio de Trabajo, la Inspecci¨®n de Trabajo y Seguridad Social est¨¢ ejerciendo su deber de vigilancia sobre las condiciones laborales de estas empresas y que se cumpla la ley. En los ¨²ltimos a?os, el n¨²mero de actuaciones se ha incrementado de forma significativa y ha permitido la regularizaci¨®n de la situaci¨®n laboral de m¨¢s de 20.000 de trabajadores.
El mayor auge de la demanda se alcanz¨® durante la pandemia, pero para entonces el modelo laboral de estas plataformas ya estaba cuestionado en los tribunales, con sentencias a favor y en contra del modelo para casos individuales. En septiembre de 2020, el Tribunal Supremo termin¨® con la pol¨¦mica, y fall¨® que los repartidores ten¨ªan una relaci¨®n laboral con las plataformas y que, por lo tanto, hab¨ªan estado trabajando como falsos aut¨®nomos. El verano siguiente entr¨® en vigor la nueva ley. Esta misma semana la Comisi¨®n Europea ha aprobado una propuesta de directiva para obligar a regularizar a m¨¢s de cuatro millones de trabajadores de estas plataformas en la UE. Adem¨¢s de Just Eat, tambi¨¦n ha contactado con los sindicatos Rocket para negociar un convenio.
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