Visibilidad, legado y di¨¢logo intergeneracional: una agenda del clima para los mayores
La demanda de asambleas ciudadanas clim¨¢ticas recuerda la necesidad de integrar al colectivo de jubilados y pensionistas en la lucha contra el calentamiento global
Que las personas mayores sean las principales v¨ªctimas del Covid-19 y que el cambio clim¨¢tico sea un m¨¢s que posible detonante de la pandemia, hace pertinente no solo identificar la especial vulnerabilidad del colectivo de las personas mayores ante este fen¨®meno, sino en este caso, preguntarse cu¨¢l deber¨ªa ser su papel considerando las respuestas globales frente a la emergencia clim¨¢tica.
En la ¨²ltima d¨¦cada, el n¨²mero de personas de m¨¢s de 65 a?os aument¨® un 2,39% en Espa?a, pasando de 7,8 millones en 2010 a 9,1 millones en 2019, un 19,6% del total de la poblaci¨®n. Este porcentaje seguir¨¢ en aumento seg¨²n las proyecciones del Instituto Nacional de Estad¨ªstica: en el a?o 2035 un 26,5% de los espa?oles ser¨¢ mayor de 65 a?os, llegando al 31,4% en 2050. De seguir esta tendencia, Espa?a se convertir¨¢ en 2050 en el segundo pa¨ªs m¨¢s envejecido de la OCDE, despu¨¦s de Jap¨®n.
Esto es, una poblaci¨®n mayormente envejecida para hacer frente a las cada vez mayores consecuencias del cambio clim¨¢tico. Sin embargo, en el imaginario colectivo se ha llegado a instalar la idea del cambio clim¨¢tico como un problema generacional, como un problema de la juventud. El cambio clim¨¢tico es Greta Thunberg. El cambio clim¨¢tico son iniciativas como Juventud por el Clima o Fridays for Future. El cambio clim¨¢tico son las palabras del pol¨ªtico de turno recordando la necesidad de preservar el planeta para las generaciones m¨¢s j¨®venes.
Este discurso sobre un problema a futuro ya no tiene m¨¢s recorrido. El cambio clim¨¢tico lo estamos viviendo, somos parte del mismo, y para hacer frente a sus consecuencias necesitamos un aut¨¦ntico vuelco social. Un proceso de transformaci¨®n radical, disruptivo, incluso traum¨¢tico, donde adem¨¢s habr¨¢ m¨¢s viejos y menos j¨®venes, lo que implicar¨¢ desaf¨ªos sociales a?adidos.
Responder de forma conjunta a este desaf¨ªo pasa, por un lado, por adaptar y potenciar unas herramientas de solidaridad, cohesi¨®n y redistribuci¨®n de las que ya dispone nuestra sociedad; del mismo modo, debe surgir una m¨¢s que necesaria solidaridad entre generaciones, entendiendo tambi¨¦n esa solidaridad como una forma de comunicaci¨®n y di¨¢logo.
Pero de momento, y de forma condescendiente, pensamos que, tal vez, las personas mayores no tienen por qu¨¦ llegar a entender la magnitud del problema, ni es necesario. Esta percepci¨®n se traslada en los discursos y la acci¨®n clim¨¢tica que invisibilizan de forma general al colectivo de las personas mayores. Por su parte, la pandemia no ha hecho sino incidir en esa invisibilidad y aislamiento, y en la situaci¨®n marginal y dependiente de los mayores.
Recuperar a las personas mayores como fuerza social esencial si queremos implementar positivamente las transformaciones sociales que requiere el cambio clim¨¢tico, implica superar esos estereotipos, prejuicios y discriminaci¨®n hacia los mayores que la pandemia no ha hecho sino reforzar.
Frente al edadismo, un concepto que se propone es el relativo al legado. La creencia de que hay un prop¨®sito en la vida y que es necesario adaptarlo ante la emergencia clim¨¢tica. Estamos hablando de la preocupaci¨®n no solo porque nuestros hijos y nietos disfruten de un bienestar en la ausencia de sus abuelos, sino tambi¨¦n de un planeta habitable, ya que lo uno no podr¨¢ ser sin lo otro.
Un deseo de generosidad, altruismo y preocupaci¨®n por dejar un lugar mejor a los nuestros, que somos en realidad todos, debe ser un concepto que impregne todos nuestros actos, desde los m¨¢s j¨®venes a los m¨¢s mayores.
Pero para alcanzar esa complicidad con las personas mayores, ya fuera en esta u otras cuestiones -las personas mayores destacan por sus h¨¢bitos de consumo m¨¢s ahorradores y concienciados con el reciclaje-, y hacer que sean l¨ªderes y referentes, es necesario utilizar unas herramientas que por el momento apenas existen, y que enfrentan problemas a?adidos como el de la brecha digital.
De hecho, y aunque se ha dedicado cada vez m¨¢s atenci¨®n a la comunicaci¨®n efectiva sobre el cambio clim¨¢tico, apenas existen iniciativas adaptadas, o al menos un debate sobre el fen¨®meno con el foco puesto en las personas mayores, considerando su concienciaci¨®n, responsabilidad y capacidad de respuesta.
El di¨¢logo, la cooperaci¨®n y la solidaridad intergeneracional hacen de los j¨®venes un colectivo y una herramienta fundamental en este proceso. Es posible establecer un discurso solidario y corresponsable, y construir puentes intergeneracionales ante las necesarias respuestas que debe articular nuestra sociedad en su totalidad ante el cambio clim¨¢tico.
La solidaridad nos debe abrazar como una forma de salvaci¨®n social y supervivencia ante unos desaf¨ªos y una historia de la que todos somos parte
Los colectivos de j¨®venes reclaman acci¨®n y entienden que no debe recaer ¨²nicamente sobre ellos la denuncia y la responsabilidad en la respuesta ante la emergencia clim¨¢tica. Es a partir de esa demanda desde donde el colectivo de las personas mayores debe asumir ser una fuerza activa y positiva.
Planteemos el dialogo intergeneracional como un espacio de reflexi¨®n com¨²n en donde j¨®venes y mayores toman conciencia del problema del cambio clim¨¢tico, elaboran respuestas desde la solidaridad y la corresponsabilidad, y aprenden los unos de los otros. La demanda de establecimiento de asambleas ciudadanas clim¨¢ticas, ya fuera a nivel local, regional o nacional, debe servir de ejemplo de ese tipo de comunicaci¨®n intergeneracional tan necesaria.
Por otro lado, elaborar un discurso y una acci¨®n clim¨¢tica para los mayores es responsabilidad de todos, ya sean administraciones, medios de comunicaci¨®n e incluso los colectivos juveniles movilizados ante el cambio clim¨¢tico. Pero tambi¨¦n es responsabilidad de las propias personas mayores.
En los ¨²ltimos tiempos, los colectivos de mayores y pensionistas han sido capaces de movilizarse en defensa del futuro y la sostenibilidad del sistema de pensiones. Esa voluntad debe tambi¨¦n trasladarse a su compromiso y responsabilidad clim¨¢tica e intergeneracional para con las siguientes generaciones.
Pero para alcanzar estos fines es necesario el apoyo de toda la sociedad. No olvidemos que dejar atr¨¢s, excluir y obviar la capacidad de respuesta de determinados colectivos, como el de las personas mayores, no hace sino fomentar la inacci¨®n, el descreimiento, la apat¨ªa o la impotencia ante un reto perdurable como es el cambio clim¨¢tico y que requiere de las capacidades de todos.
Y de los mayores necesitamos su experiencia, su solidaridad, su equilibrio, su capacidad de analizar qu¨¦ es lo importante en la vida, su memoria, su legado, su ayuda para abrir la mente de otras generaciones ante un futuro cada vez m¨¢s incierto. La solidaridad nos debe abrazar a todos como una forma de salvaci¨®n social y supervivencia ante unos desaf¨ªos y una historia de la que todos formamos parte.
* Jes¨²s Marcos Gamero Rus es profesor de la Universidad Carlos III de Madrid en Retos Medioambientales Globales, e investigador de la Fundaci¨®n Alternativas
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