Aprender de los datos de empleo

Nuevamente muy buenos datos de empleo en diciembre. Una racha de diez meses as¨ª, como nunca. Ahora toca mirar m¨¢s all¨¢. Parece casi un t¨®pico lo de los ¡°datos hist¨®ricos¡± cada vez que sale una estad¨ªstica llamativa. No obstante, no se puede examinar la informaci¨®n laboral como la burs¨¢til. Esto no es un rally, es una serie encadenada de subidas de afiliaci¨®n y bajadas de paro de las que hay que aprender. Por un lado, que la reacci¨®n tras lo peor de la pandemia ha sido positiva. Por otro, que algunos elementos de flexibilidad y protecci¨®n aportados al sistema han funcionado. En todo caso, no podemos olvidar que Espa?a sigue teniendo tasas de desempleo comparativamente muy elevadas, casi embarazosas.

Alguno de los efectos deseados de reformas anteriores parece haber acontecido, en particular los ERTE. Eso s¨ª, no son gratis ni eternos. Tienen tambi¨¦n una ventaja cualitativa: ayudar a entender que el concepto de ¡°flexibilidad¡± en el mercado de trabajo no tiene por qu¨¦ tener siempre connotaciones negativas. En este momento, se debate una reforma que avanza en contrataciones m¨¢s razonables y ataca bien algunos aspectos de la temporalidad. Se queda bastante corta, eso s¨ª, en simplificaci¨®n de contratos, entre otros aspectos. Afortunadamente, est¨¢ lejos de ser una derogaci¨®n efectiva de la reforma laboral anterior, aunque cambien varias cosas. En materia de descentralizaci¨®n en los convenios se da alg¨²n paso atr¨¢s, pero m¨¢s en t¨¦rminos de salarios que de horas trabajadas o ajustes laborales m¨¢s o menos transitorios.

La cuesti¨®n es qu¨¦ cosas debemos aprender de los ¨²ltimos tiempos de nuestro mercado de trabajo. Durante demasiados a?os hemos observado que es muy disfuncional, pero no se han querido tocar aspectos que le dieran m¨¢s flexibilidad. Cuando se ha avanzado algo, se ha criticado y pensado en derogarlo m¨¢s que en perfeccionarlo. Ahora se observa ¡ªcomo en otros ¨¢mbitos sensibles y esenciales, como las pensiones¡ª que muchos aspectos son m¨¢s t¨¦cnicos que otra cosa y que la realidad emp¨ªrica muestra cuestiones que funcionan (simplificar contratos, ajustar horas trabajadas en funci¨®n de la actividad del sector, los propios ERTE). El propio mercado muestra c¨®mo mejorar y qu¨¦ estructuras de incentivos son las adecuadas. Abrir el debate y realizar cambios y ¡°pruebas¡± parece mucho m¨¢s ¨²til que andar criticando en vac¨ªo.

Se observa tambi¨¦n un notable desajuste entre creaci¨®n de empleo y avance del PIB, a¨²n no explicado suficientemente. En parte, se debe interpretar positivamente, en el sentido de que Espa?a necesita menos crecimiento del PIB para crear empleo que hace veinte a?os. Algo similar ya ocurri¨® en 2014-2015, justo tras la aprobaci¨®n de la anterior reforma. Sin embargo, los datos no deben entenderse con complacencia y dar paso a la pasividad porque el mercado laboral espa?ol sigue estando muy afectado por la temporalidad y el desempleo juvenil. Tambi¨¦n por importantes desacoples entre formaci¨®n y necesidades de productividad y transformaci¨®n de la actividad econ¨®mica. Asimismo, errores en otras pol¨ªticas (educativa, cient¨ªfica) imponen barreras al mercado de trabajo que se prolongan por d¨¦cadas. Sea como sea, celebremos los buenos datos de empleo. Que duren.