Un a?o se fue y otro llega con esperanzas
El incremento de la presi¨®n ser¨¢ proporcional a la negativa empresarial a adoptar una postura razonable
El a?o que cierra no ha sido un a?o que nos haya dejado indiferentes. Como el anterior, ha estado marcado por la pandemia, aunque en su segundo semestre con un sesgo muy diverso. Desde el punto de vista sanitario, Espa?a ha alcanzado un claro ¨¦xito en el nivel de vacunaci¨®n, pero nuestro sistema de salud muestra unas lagunas muy preocupantes por la falta de recursos humanos, la sobrecarga de ¨¦stos y la alegre despreocupaci¨®n con la que algunos gobiernos de comunidades aut¨®nomas desmantelan una estructura que tard¨® d¨¦cadas en crearse.
Desde el punto de visto econ¨®mico y social la recuperaci¨®n no se ha producido a los niveles esperados, si bien, aunque parcial, la remontada ha sido importante; y la situaci¨®n del empleo, todav¨ªa estructuralmente dram¨¢tica, es mejor que la de la anterior crisis debido a las medidas implementadas como resultado del acuerdo de sindicatos, patronal y Gobierno. En este sentido, este a?o ha sido el de la consolidaci¨®n de una nueva l¨ªnea de respuesta a la crisis basada en la protecci¨®n de las personas y del tejido empresarial, el consenso y la recuperaci¨®n de los derechos sociales.
Un recordatorio no exhaustivo de todo lo conseguido en el ¨¢mbito del mercado laboral nos da una idea de lo fruct¨ªfero que ha sido el a?o 2021 en t¨¦rminos de esperanza para la clase trabajadora: la continuidad en el incremento del SMI, la pionera regulaci¨®n del teletrabajo, el despliegue de medidas de protecci¨®n de las personas y puestos de trabajo derivada de la legislaci¨®n pactada frente a la covid-19, la laboralizaci¨®n definitiva de los repartidores de las plataformas, el acuerdo sobre pensiones, y, por ¨²ltimo, el acuerdo de reforma laboral, que supone un paso decisivo hacia una regulaci¨®n del trabajo m¨¢s justa y equilibrada.
El a?o que llega es para nosotros un a?o de importantes expectativas. En ¨¦l, estamos seguros de que se asentar¨¢n pol¨ªticas de gran importancia para aquellos y aquellas que lo requieren: la continuidad en el incremento del SMI, m¨¢s esencial todav¨ªa ante una inflaci¨®n desatada, con el objetivo de alcanzar el 60% del salario medio; la modificaci¨®n de la regulaci¨®n laboral en aspectos b¨¢sicos como el despido colectivo que hoy suponen una continua espada de Damocles contra los trabajadores y trabajadoras de este pa¨ªs, pero tambi¨¦n una amenaza constante para el bienestar general y la pol¨ªtica de pa¨ªs con may¨²sculas si queremos evitar la desaparici¨®n sin control de tejido estrat¨¦gico al albur de los espurios intereses de algunas empresas. El a?o que viene va ser el de la ejecuci¨®n, al menos en parte, de los fondos europeos en los que hemos puesto gran parte de la apuesta por un pa¨ªs distinto, menos fr¨¢gil y m¨¢s sostenible, creador de empleo de calidad. Pero tambi¨¦n debe ser el a?o de los servicios p¨²blicos, esos instrumentos que se han revelado vitales para sostener a las personas en un momento de crisis y que no deben ser solo apuntalados sino reforzados humana y t¨¦cnicamente.
Desde el punto de vista de la negociaci¨®n colectiva, 2022 va ser decisivo. Hemos asistido el pasado a?o a una par¨¢lisis en la negociaci¨®n colectiva motivada en la decisi¨®n empresarial de obstaculizar la actualizaci¨®n de los derechos de las personas trabajadoras. Ya demostramos con los movimientos sociales de C¨¢diz, en los que UGT fue un elemento fundamental, que no estamos dispuestos a permanecer inanes mientras la patronal mira hacia otro lado tanto a nivel sectorial como global. El incremento de la presi¨®n ser¨¢ proporcional a la negativa empresarial a adoptar una postura razonable. 2022 debe ser el a?o de los trabajadores y trabajadoras de este pa¨ªs y haremos todo lo posible para conseguirlo.
Pepe ?lvarez es secretario General de UGT
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