Francia asume la iniciativa para la reforma de las reglas fiscales
Par¨ªs tratar¨¢ de impulsar la reforma del Pacto de Estabilidad durante la primera mitad del a?o
El 31 de diciembre la Comisi¨®n Europea cerr¨® el buz¨®n para recibir propuestas y sugerencias para revisar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y sus normas ¡°est¨²pidas¡±, como las calific¨® hace casi dos d¨¦cadas su entonces presidente, Romano Prodi. Al d¨ªa siguiente, coincidiendo con el nuevo a?o, Francia asum¨ªa la presidencia del Consejo de la UE con la intenci¨®n de empujar este proceso. ¡°Debemos volver a reglas presupuestarias comunes, pero no podemos hacer como si no hubiera pasado nada¡±, proclam¨® el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, cuando present¨® sus prioridades para el semestre en que le toca la presidencia. Para ello se ha buscado un aliado poderoso: el primer ministro italiano, Mario Draghi, con el prestigio que arrastra al ser considerado por muchos el salvador del euro en la crisis financiera.
Ambos firmaron una carta en el diario brit¨¢nico Financial Times con una referencia a una de las m¨²ltiples propuestas acad¨¦micas que se han presentado en los ¨²ltimos tiempos, rubricada entre otros por Francesco Giavazzi, reconocido economista y asesor del primer ministro italiano. En ella se defiende fijar un objetivo de deuda sobre PIB en un plazo medio (ahora en el 60%), pero no uno igual para todos, sino uno adaptado a la situaci¨®n de cada pa¨ªs. El objetivo ser¨ªa ir hacia una reducci¨®n de la deuda de forma cre¨ªble. La otra pata de esta propuesta busca facilitar las inversiones p¨²blicas y propone que estas puedan hacerse si mejoran la econom¨ªa en el futuro, pero con mecanismos de control e hitos de cumplimiento, siguiendo el ejemplo del fondo de recuperaci¨®n.
Ni Draghi ni Macron fueron tan concretos en su art¨ªculo. Ni tampoco lo son los altos funcionarios del Gobierno franc¨¦s cuando presentan sus objetivos para estos meses fuera de micr¨®fono. S¨ª que se muestran partidarios de que las nuevas normas no sean iguales para todos, a cambio de restablecer los balances de deuda de los estados miembros, que en algunos casos (Francia, Grecia, Italia, Espa?a, Portugal¡) est¨¢n muy deteriorados, con pasivos por encima del 115% de deuda sobre su PIB. Tambi¨¦n reclaman abrir la mano a la inversi¨®n p¨²blica.
No obstante, el Gobierno de Macron sabe que no todos los pa¨ªses se acercan a este debate compartiendo su opini¨®n. As¨ª que fuentes del Ejecutivo galo a?aden que su metodolog¨ªa pasar¨¢ por ¡°di¨¢logo y respeto¡±. Y algo m¨¢s, como ¨¢rbitro del debate desde la presidencia se comprometen a no imponer l¨ªneas rojas. Falta por ver si las elecciones presidenciales de abril no truncan todos estos prop¨®sitos.
Tambi¨¦n parecen alejarse de las posiciones de m¨¢ximos los pa¨ªses que, en principio, podr¨ªan estar en el otro extremo del tablero. Holanda, l¨ªder de los frugales, acaba de estrenar un Gobierno que cuenta con un programa que deja a un lado la austeridad en las cuentas p¨²blicas y compromete cuantiosas inversiones para impulsar la transici¨®n verde y digital.
Pero todav¨ªa se espera que ense?e sus cartas un actor clave: Alemania. El ministro de Finanzas de la coalici¨®n sem¨¢foro, el liberal Christian Lindner, era hasta su entrada en el Gobierno uno de los halcones fiscales de la pol¨ªtica germana, pero el acuerdo suscrito con el SPD y Los Verdes contempla tambi¨¦n grandes inversiones. Y ¨¦l mismo ha mostrado flexibilidad al se?alar como interesante otra propuesta t¨¦cnica publicada para reformar el pacto de estabilidad, la que firman varios economistas del Mecanismo Europeo de Estabilidad (organismos presidido por Klaus Regling, cercano a los liberales), que propone elevar el l¨ªmite de deuda al 100% del PIB.
En todo caso, el pr¨®ximo movimiento formal le corresponde ahora a la Comisi¨®n Europea, que despu¨¦s de recoger las propuestas al debate que reabri¨® en octubre, debe ahora poner la letra a su posici¨®n. Hace dos meses el comisario de Econom¨ªa, Paolo Gentiloni, y el vicepresidente Valdis Dpmbrovskis, parec¨ªan tararear la misma melod¨ªa: ¡°Habr¨¢ un alto coste social y econ¨®mico si se precipitan los ajustes¡±, advert¨ªan.
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