Espa?a pide a la UE blindar la inversi¨®n de los recortes de deuda
El Gobierno aboga por fijar una meta fiscal a medio plazo que no ¡°mate¡± el crecimiento
El golpe asestado por la pandemia a la econom¨ªa hace inservibles los dogmas del pasado. Tras el derrumbe de 2020, Europa ha entrado en un nuevo ciclo econ¨®mico, con unas fuertes tasas de crecimiento de la actividad y del mercado de trabajo, pero al mismo tiempo vulnerable a cada nueva oleada de contagios. Gobiernos de todo signo han decidido que la austeridad ya no es una receta v¨¢lida para el bloque, que ahora lidia con la emergencia sanitaria que impone ¨®micron. Incluso los Pa¨ªses Bajos, firmes defensores de la disciplina, han dejado a un lado la ortodoxia para lanzar un plan masivo de inversiones. A la espera de la propuesta que formule Bruselas, los socios de la UE empiezan a mover ficha para reformar unas reglas fiscales que la pandemia ha dejado desfasadas. Y Espa?a se prepara tambi¨¦n para librar la batalla para impedir que un ajuste ¡°abrupto¡± y ¡°prematuro¡± acabe por ¡°matar el crecimiento¡± y ¡°ponga en peligro la sostenibilidad fiscal¡±, seg¨²n un documento del Gobierno al que ha tenido acceso EL PA?S.
Bruselas prepara una propuesta para reformar las sacrosantas reglas fiscales, que exigen que el d¨¦ficit p¨²blico de los pa¨ªses miembros no sobrepase el 3% del producto interior bruto (PIB) y la deuda no vaya m¨¢s all¨¢ del 60%. Europa saldr¨¢ de la pandemia, sin embargo, con unos n¨²meros rojos abultados, con un endeudamiento que roza el 100% en el conjunto de la zona euro y va mucho m¨¢s all¨¢ en el sur: hasta el 156,3% en Italia y el 207,2% en Grecia. La tensi¨®n sanitaria y social que implica cada nueva variante complican la reducci¨®n de la deuda en los t¨¦rminos que fijan las actuales reglas, a raz¨®n de una veinteava parte de esa brecha entre la deuda actual y el objetivo del 60%.
Esas normas est¨¢n suspendidas de facto para que los pa¨ªses puedan tender redes de seguridad s¨®lidas a ciudadanos y empresas. Par¨ªs y Roma, por ahora, ya han empezado a vertebrar un eje para que el regreso a la disciplina sea con otras reglas que, en cualquier caso, no supongan una vuelta a la austeridad.
Espa?a coincide con los postulados de Emmanuel Macron y Mario Draghi, pero aguarda los pasos que pueda dar el nuevo Gobierno alem¨¢n liderado por Olaf Scholz. El Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez, de hecho, prepar¨® un non paper (documento de un Gobierno sin membrete oficial) para fijar su posici¨®n en el debate, pero finalmente no lo hizo p¨²blico ante la inminente llegada de un socialdem¨®crata a la canciller¨ªa alemana. El documento, no obstante, marca con claridad cu¨¢les son las prioridades espa?olas. El Gobierno pone ¨¦nfasis en proteger la inversi¨®n p¨²blica, que fue la gran damnificada de las pol¨ªticas de austeridad de la d¨¦cada pasada. Seg¨²n datos de la Comisi¨®n Europea, en la d¨¦cada de entre 2001 y 2010, la inversi¨®n fue, por regla general, superior al 3% del PIB en el conjunto de la UE. Despu¨¦s de la crisis de la deuda soberana ya nunca se recuper¨® ese nivel. En 2017, con la recuperaci¨®n consolidada, todav¨ªa equival¨ªa al 2,7% del PIB.
El documento, cuya existencia admiten fuentes del Gobierno, aboga por un ¡°acuerdo sobre un marco renovado¡± a escala nacional y europea que fomente un ¡°crecimiento sostenible, justo y transformador¡± y que apoye la ¡°inversi¨®n p¨²blica¡± necesaria para impulsar las ¡°transiciones verde y digital¡±. ¡°Recordamos que en crisis anteriores, la inversi¨®n p¨²blica y otros gastos impulsores del crecimiento fueron las primeras v¨ªctimas de las pol¨ªticas de consolidaci¨®n fiscal. Estas estrategias demostraron ser ineficaces, lo que provoc¨® una infrainversi¨®n prolongada, debilit¨® el crecimiento potencial y el bienestar social y puso en peligro los esfuerzos de consolidaci¨®n fiscal. Celebramos que haya surgido un nuevo consenso global durante la crisis de la covid-19 en torno a la estrategia de reconstruir mejor mediante el impulso de inversiones en ¨¢reas clave¡±, se?ala el documento.
Espa?a cree ¡°importante¡± que exista una orientaci¨®n sobre la senda por la que debe discurrir la deuda p¨²blica a medio plazo como ancla para las finanzas p¨²blicas, pero pide un acuerdo para fijar una nueva f¨®rmula que permita a las capitales definir v¨ªas de reducci¨®n ¡°realistas, graduales y sostenidas¡±. ¡°Las estrategias de consolidaci¨®n abruptas, prematuras e impredecibles matar¨ªan al crecimiento y pondr¨ªan en peligro la sostenibilidad fiscal¡±, se?ala el documento. El redactado no dista mucho del acuerdo de gobierno de Alemania, con la que Espa?a busca aliarse en este espinoso debate. Berl¨ªn no quiere desmontar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pero s¨ª simplificarlo y darle transparencia. Y sus prioridades no se alejan mucho de las enumeradas por Espa?a: asegurar el crecimiento, hacer que la deuda sea sostenible y garantizar la inversi¨®n verde.
Fondo de recuperaci¨®n
La Comisi¨®n Europea, que en oto?o lanz¨® la consulta para poner en marcha el debate, quiere una reforma que recoja las lecciones aprendidas de esta crisis. En esos mismos t¨¦rminos se expresa en el documento Espa?a, que cree que la ¡°respuesta coordinada, r¨¢pida y audaz de la Uni¨®n Europea¡± ha sido ¡°clave¡± para proteger una ¡°base s¨®lida para la recuperaci¨®n econ¨®mica¡±. No solo por las medidas adoptadas por los gobiernos nacionales, que han empleado toda la munici¨®n a su alcance para salvar a sus econom¨ªas, sino tambi¨¦n por los instrumentos desplegados a escala comunitaria: desde el primer fondo com¨²n de recuperaci¨®n, dotado con 800.000 millones de euros, hasta el programa SURE para financiar los ERTE. ¡°Debemos fortalecer el papel estabilizador de la pol¨ªtica fiscal¡±, dice el documento, en una clara referencia a la creaci¨®n de un presupuesto anticrisis permanente.
Espa?a guard¨® el documento a la espera de cuanto aconteciera en Berl¨ªn. Sin embargo, el momento para recuperarlo se antoja muy cercano. Con las reglas fiscales suspendidas, la presidencia francesa quiere dar un empuje a ese documento para no tener que regresar a las normas que estaban vigentes antes del estallido de la pandemia. La variante ¨®micron, adem¨¢s, ha vuelto a poner en jaque a Europa, que todav¨ªa no puede sentirse a salvo de la pandemia. Y a ello se a?aden los nuevos gobiernos en Berl¨ªn o La Haya, que de momento traen nuevos planes de inversi¨®n a la UE. Todo est¨¢ dispuesto para que las capitales decidan qu¨¦ dimensi¨®n quieren dar a una reforma clave para que la recuperaci¨®n econ¨®mica no descarrile.
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