Las entra?as de la inflaci¨®n: as¨ª afectan (y benefician) las subidas de precios
El aumento del IPC no se nota por igual: las firmas energ¨¦ticas salen beneficiadas frente a las electrointensivas, y los pa¨ªses endeudados pueden reducir su tasa de deuda
Tras una subida de precios hay familias vigilando al minuto la hora a la que se pone la lavadora, consumidores comparando con celo las ofertas de los supermercados, conductores a la caza y captura de la gasolinera m¨¢s barata y pasajeros desorientados en el transporte p¨²blico que han dejado el coche aparcado en el garaje por primera vez en mucho tiempo. Hay tambi¨¦n asalariados de n¨®minas congeladas que sufren por la p¨¦rdida de poder adquisitivo. Aut¨®nomos a los que no les sale rentable trabajar. Y empresas que ven dispararse las facturas de sus suministros. Pero aunque unas tasas cercanas a los dos d¨ªgitos son indiscutiblemente negativas para la econom¨ªa, los efectos de la inflaci¨®n son desiguales: las pensiones han capeado mejor el golpe hasta ahora al revalorizarse sus ingresos conforme al IPC medio anual, las compa?¨ªas energ¨¦ticas ven crecer sus cuentas de resultados, y los pa¨ªses m¨¢s endeudados ¡ªentre ellos Espa?a¡ª pueden reducir su pasivo y recaudar m¨¢s impuestos.
Los hogares, expuestos a la p¨¦rdida de poder adquisitivo
La consecuencia m¨¢s evidente del encarecimiento generalizado de la energ¨ªa y la cesta de la compra es su impacto en el bolsillo de los ciudadanos. Ah¨ª la casu¨ªstica es variada. Desempleados y estudiantes no tienen margen para adaptarse a la subida. Y en los asalariados depende de si su convenio laboral contempla aumentos de sueldo. Hay ejemplos como el de Mercadona, que subi¨® un 6,5% la n¨®mina de sus m¨¢s de 93.000 empleados en diciembre, lo mismo que el IPC de ese mes. Pero esa no suele ser la norma: los salarios pactados en convenio subieron de media un 2,26% hasta febrero. Y otras firmas los mantienen congelados. ¡°O hay revisiones o habr¨¢ protestas¡±, augura Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, profesor de Econom¨ªa del IESE. Para aliviar esas tensiones, el Ejecutivo est¨¢ promoviendo un pacto de rentas en el que trabajadores y empresas se repartan el coste de la inflaci¨®n.
Para las familias muy endeudadas que se benefician de incrementos salariales asociados a la inflaci¨®n, la subida de precios es menos nociva, porque mientras que el pr¨¦stamo o la hipoteca que deben devolver se mantienen intactos, sus ingresos se incrementan, con lo que cuentan con m¨¢s recursos para reembolsarlos. Distinto es el caso de las hipotecas variables, a las que pueden afectar futuras subidas de tipos de inter¨¦s por parte del Banco Central Europeo que se contagiar¨ªan al eur¨ªbor. En cambio, los ahorradores que hayan dejado su dinero en una cuenta corriente, ven como cada mes pueden comprar menos con ese capital, dado que en un entorno de tipos bajos no reciben ninguna remuneraci¨®n.
Hay otras categor¨ªas. Los hogares de bajos ingresos tienen menos margen para gastos no imprescindibles como cenar en el restaurante o ir al cine, algo que no sucede a aquellos que pueden tirar de sus ahorros sin necesidad de privarse de nada. Y en el mundo rural, el uso del coche es a veces una obligaci¨®n y no una elecci¨®n, lo que implica un mayor gasto en combustible que en las ciudades, donde existe la alternativa del transporte p¨²blico. Olga Cant¨®, catedr¨¢tica de Econom¨ªa en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, lo resume as¨ª: ¡°La inflaci¨®n impacta en todos los hogares en los que sus salarios no suben, y m¨¢s en los que tienen ahorros l¨ªquidos, pero los m¨¢s pobres pueden tener m¨¢s problemas para cubrir sus necesidades b¨¢sicas¡±.
En la relaci¨®n inquilino-propietario, el Gobierno ha intervenido para cortar incrementos que, con cotas de inflaci¨®n como la registrada en marzo, del 9,8%, pondr¨ªan en riesgo la continuidad de muchas familias en sus actuales viviendas. El Ejecutivo ha limitado las subidas hasta el 2% durante tres meses.
Los pensionistas, protegidos por ahora
Los salarios p¨²blicos subieron este a?o un 2%. Todo lo que supere ese umbral significar¨¢ una p¨¦rdida de poder adquisitivo para los funcionarios. Eso abre la puerta a presiones sindicales para elevar los sueldos, que ya en 2021 se revalorizaron solo un 0,9%, frente al incremento del 3,1% en los precios. En cambio, los pensionistas tienen vinculados sus ingresos al IPC y aunque hasta que se actualizan sus prestaciones tienen que abonar de su bolsillo los aumentos, resisten mucho mejor la crisis de precios. Aunque hay voces que advierten de que esa factura es inasumible para las arcas p¨²blicas en un contexto de alta inflaci¨®n, el Ejecutivo no ha cambiado de idea por ahora.
¡°Espa?a es un pa¨ªs que protege mucho las rentas de sus pensionistas, entre otras razones porque los mayores de 50 a?os somos m¨¢s¡±, sostiene D¨ªaz-Gim¨¦nez. En el fondo, explica, el malestar latente en protestas como el paro del transporte y las exigencias de agricultores, ganaderos y pescadores, parten de la misma ra¨ªz. ¡°Todo el mundo est¨¢ buscando defender su renta contra la inflaci¨®n¡±, concluye.
Luces y sombras para empresas y aut¨®nomos
En empresas y aut¨®nomos la diferencia la marca un solo factor: si pueden repercutir o no la subida de precios al producto que ofrecen. Hay casos como el de las marcas blancas, que son m¨¢s sensibles a los aumentos porque se les presupone menos valor a?adido. ¡°Si no puedes repercutirlo tienes una bajada de beneficios y te afecta a ti y a las Administraciones publicas, porque pagas menos en impuesto de sociedades¡±, se?ala Javier Fern¨¢ndez-Pacheco, profesor de EAE Business School y asesor financiero.
Esa realidad es la principal denuncia de agricultores que pagan m¨¢s por abonos y semillas, y de ganaderos que sufren el brutal incremento de los piensos para sus animales, pero que luego no pueden trasladarlos a los precios de la cosecha y del ganado debido a un sistema que consideran discriminatorio para sus intereses. Tambi¨¦n de camioneros aut¨®nomos que han visto crecer por encima de sus ingresos la factura de combustible y las comisiones de intermediarios. Y de la industria electrointensiva, amenazada hasta el punto de efectuar paros puntuales por la subida de la luz. ¡°Es pronto para cuantificar los impactos en ingresos y m¨¢rgenes de las empresas, pero es previsible que en pr¨®ximos meses veamos revisiones a la baja de los beneficios por acci¨®n¡±, predice Natalia Aguirre, directora de An¨¢lisis y Estrategia de Renta 4.
En el otro extremo, las firmas energ¨¦ticas, como por ejemplo las due?as de yacimientos de petr¨®leo y de gas natural, han visto como el producto que venden se encarece mientras sus costes no cambian. Y los bancos ven acercarse las subidas de tipos de inter¨¦s por parte del BCE, lo que les permite recuperar sus m¨¢rgenes de intereses. Est¨¢n entre las ganadoras de la inflaci¨®n. No son las ¨²nicas. Como en el caso de los ciudadanos, se pueden ver beneficiadas las que tengan deuda, muchas de ellas cargadas de cr¨¦ditos ICO de la pandemia. ¡°Si pueden trasladar los costes a sus precios est¨¢n en mejores condiciones para devolverlos¡±, defiende Fern¨¢ndez-Pacheco.
Entre las empresas exportadoras, la clave es lo que sucede en su entorno. ¡°Si est¨¢s vendiendo zapatos en Mil¨¢n y la inflaci¨®n en Espa?a es del 10% y en Italia del 7%, tus precios van a ser el 3% m¨¢s caros que los de tu competidor, por lo que pierdes competitividad en los mercados internacionales¡±, afirma D¨ªaz Gim¨¦nez, del IESE. Espa?a est¨¢ entre los pa¨ªses de la zona euro con una inflaci¨®n m¨¢s alta, por lo que es vulnerable a una p¨¦rdida de competitividad, aunque en ciertos casos se debe a cuestiones puntuales: hay m¨¢s usuarios acogidos a la tarifa el¨¦ctrica regulada, que traslada los precios a diario, mientras que en otros Estados la mayor¨ªa tiene contratos a largo plazo que no sufrir¨¢n los aumentos hasta que se renueven.
La deuda p¨²blica se diluye
Cuando hay subidas generalizadas de precios, el Estado recauda m¨¢s en impuestos como el IVA, ligado al consumo, o en concepto de IRPF, lo que ayuda a reducir el d¨¦ficit. Adem¨¢s, la deuda p¨²blica se diluye con la inflaci¨®n. ¡°Ha pasado despu¨¦s de la Primera y la Segunda Guerra Mundial y va a ocurrir en los pr¨®ximos 10 a?os¡±, vaticina Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano.
Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s endeudados de la UE, con unos compromisos pendientes del 118,4% del PIB a cierre de 2021, por lo que un periodo de alta inflaci¨®n puede servirle para rebajarla. El Estado tambi¨¦n puede aumentar la recaudaci¨®n si las empresas aumentan los salarios empujadas por la inflaci¨®n, porque habr¨¢ empleados que pasen a tramos de tributaci¨®n mayores. O si las empresas mantienen los m¨¢rgenes pese a elevar precios, porque sus beneficios mejoran y pagan m¨¢s en impuesto de sociedades.
Sin embargo, esa tesis est¨¢ repleta de incertidumbres: la inflaci¨®n tambi¨¦n puede reducir el consumo, al redirigir el dinero destinado a compras hacia el pago de facturas energ¨¦ticas, y alienta las subidas de tipos de inter¨¦s por parte del BCE, que de producirse elevar¨ªan la factura en intereses de la deuda. A diferencia de EE UU o Inglaterra, Fr¨¢ncfort se resiste por ahora a dar ese paso, lo que beneficia a Espa?a, pero su capacidad de oponerse no es infinita, y los analistas no descartan que d¨¦ el paso a finales de este a?o.
Para D¨ªaz Gim¨¦nez, el balance de pros y contras se salda con claros ganadores y perdedores: ¡°La inflaci¨®n es un impuesto. Y como todos los impuestos, enriquecen al Estado y empobrecen a los contribuyentes¡±.
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