Mensaje a Olaf Scholz
El mantra era que las incompatibilidades entre culturas de pol¨ªtica econ¨®mica del Norte y el Sur hac¨ªan dif¨ªcilmente subsanables los defectos del euro. Espa?a y Pa¨ªses Bajos demuestran que no es as¨ª
Tres crisis mayores en d¨¦cada y media, incluida una guerra a las puertas de Europa: a pesar de Alemania, ning¨²n tratado puede anticipar la creatividad de la historia. Cada una de esas crisis (la Gran Recesi¨®n pos Lehman, el Gran Confinamiento de la covid y la invasi¨®n de Ucrania) ha provocado que en la UE se hayan esfumado certidumbres y violado tab¨²s, se hayan cruzado l¨ªneas rojas y reescrito las reglas. Espa?a busc¨® hace unas semanas a Portugal y se ali¨® con Italia y Francia ¡ªtodo el frente Sur¡ª para agitar el tablero de la energ¨ªa. Pero la UE no es ya esa guerra de baja intensidad entre Norte y Sur, entre acreedores y deudores, que patrocin¨® la Alemania de Merkel hace 15 a?os: el Gobierno de izquierdas de Espa?a se al¨ªa ahora con la muy liberal Holanda, uno de los m¨¢s firmes defensores de la austeridad que protagoniz¨® la crisis del euro, para dinamitar las reglas fiscales.
El Pacto de Estabilidad se cre¨® a principios de los a?os noventa del siglo pasado, en un entorno econ¨®mico que ha desaparecido. Funcion¨® bien unos a?os, pero la crisis del euro puso de manifiesto su marcado car¨¢cter proc¨ªclico, que es la manera fina de decir idiota: induc¨ªa a los Gobiernos a gastar en tiempos de bonanza y a recortar con las crisis, lo contrario de lo que conviene. La estupidez fue de tal calibre que la crisis del euro se prolong¨® durante a?os y dej¨® varias econom¨ªas seriamente averiadas. Algo aprendimos: Bruselas suspendi¨® las reglas con la covid, y decidi¨® seguir suspendi¨¦ndolas cuando los tanques de Putin asomaron en Ucrania y se enquistaron inflaciones y riesgos de estancamiento que empiezan a recordar a los a?os setenta.
Ya nadie discute que esas reglas se van a reformar: la gran virtud del documento que firman Espa?a y los Pa¨ªses Bajos ¡ªsure?os y norte?os al alim¨®n, izquierdas y liberales juntos contra los dogmas de fe¡ª es que solo queda por saber el cu¨¢ndo y, sobre todo, el grado de ambici¨®n de esa reforma.
El documento que publica este lunes este diario contiene un grado de ambici¨®n notable: el Eurogrupo est¨¢ obligado a recoger el guante, Francia est¨¢ por la labor y Alemania ya no puede mirar hacia otro lado. Madrid pretende acabar con el objetivo de deuda del 60% del PIB, algo que no aparece expl¨ªcitamente en el papel, pero s¨ª impl¨ªcitamente, con ¡°planes fiscales espec¨ªficos para cada pa¨ªs¡± que permitan compaginar estrategias de consolidaci¨®n fiscal a medio plazo con el crecimiento y la creaci¨®n de empleo en las econom¨ªas m¨¢s endeudadas. Hay adem¨¢s una idea revolucionaria: cambiar el Pacto de Estabilidad por una regla de gasto sencilla para acabar con la tonter¨ªa de las pol¨ªticas fiscales proc¨ªclicas. Espa?a y Pa¨ªses Bajos introducen para ello una apostilla fundamental: ¡°Cl¨¢usulas de escape bien definidas para acontecimientos extraordinarios¡±. Traducci¨®n bastarda: basta de reglas alemanas escritas en bronce que han cristalizado en una eurozona asim¨¦trica en la que las econom¨ªas divergen y se aplican pol¨ªticas fiscales torpes por un empacho de ideolog¨ªa.
Va tomando forma una regla de oro impl¨ªcita para poder gastar en la transici¨®n verde y digital, si es posible con eurobonos y haciendo permanentes los fondos Next Generation, que se convertir¨ªan en una capacidad fiscal central y acercar¨ªan al euro a la ansiada uni¨®n fiscal. El Sur se compromete a introducir disciplina v¨ªa revisiones obligatorias del gasto, y el Ejecutivo espa?ol y el holand¨¦s envuelven todo eso en el manto de la uni¨®n bancaria y de capitales para tratar de que tambi¨¦n el sector privado participe. El euro sigue teniendo defectos de f¨¢brica. El mantra era hasta hoy que las incompatibilidades entre culturas de pol¨ªtica econ¨®mica del Norte y el Sur hac¨ªan que esos fallos fueran dif¨ªcilmente subsanables. Espa?a y Pa¨ªses Bajos demuestran que no es as¨ª: la Alemania de Olaf Scholz deber¨ªa tomar buena nota. A ser posible, pronto.
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