Elon Musk lanza por sorpresa una oferta de 43.000 millones de d¨®lares para comprar Twitter
El hombre m¨¢s rico del mundo avisa por carta de que no subir¨¢ m¨¢s el precio: ¡°Es mi mejor y ¨²ltima oferta¡±
El multimillonario medio compra yates, coches y edificios. Pero Elon Musk no es un multimillonario medio. El hombre m¨¢s rico del mundo, propietario de una inmensa fortuna que ronda los 260.000 millones de d¨®lares seg¨²n Bloomberg ¡ªel siguiente, a mucha distancia, es Jeff Bezos, fundador de Amazon, con 180.000 millones¡ª, quiere ser el due?o de su propia red social, y ha ofrecido 43.400 millones de d¨®lares (unos 40.000 millones de euros) para comprar Twitter a raz¨®n de 51,4 d¨®lares por acci¨®n.
Eso supone una prima del 38% frente al precio al que cotizaba la compa?¨ªa el 1 de abril, cuando todav¨ªa se desconoc¨ªa el inter¨¦s de Musk. Sus t¨ªtulos recibieron la noticia con fuertes subidas iniciales, pero se desinflaron durante la jornada hasta colocarse en rojo casi un 2%, en 45,08 d¨®lares, un precio muy inferior al ofrecido por el magnate. El retroceso es una se?al de que los inversores no est¨¢n del todo convencidos de que la operaci¨®n vaya a salir adelante.
Twitter cuenta con 217 millones de usuarios diarios, seg¨²n datos del ¨²ltimo trimestre de 2021. Eso significa que Musk est¨¢ dispuesto a pagar unos 185 euros por cada uno de ellos. El due?o de la aeroespacial SpaceX y consejero delegado del fabricante de veh¨ªculos el¨¦ctricos Tesla sorprendi¨® hace solo unos d¨ªas al entrar en el capital de la empresa californiana. Se hizo con el 9,2%, un paquete suficiente para ser el m¨¢ximo accionista. Hasta entonces, la plataforma era solo uno de sus entretenimientos favoritos, y un espacio ideal para dar rienda suelta a sus extravagancias en un entorno donde su popularidad es indudable, como atestiguan sus casi 82 millones de seguidores ¡ªla octava cuenta m¨¢s seguida, en una lista encabezada por el expresidente estadounidense Barack Obama con 131 millones¡ª.
Ahora Musk va un paso m¨¢s all¨¢, y apuesta por tomar el control total mediante una opa hostil frente a la que se desconoce si habr¨¢ resistencia. ¡°Es mi mejor y ¨²ltima oferta y, si no se acepta, tendr¨ªa que reconsiderar mi posici¨®n como accionista¡±, ha advertido Musk en una carta al presidente de Twitter, Bret Taylor.
I made an offer https://t.co/VvreuPMeLu
— Elon Musk (@elonmusk) April 14, 2022
La frase puede leerse en clave de amenaza. Los accionistas de Twitter han visto sus t¨ªtulos revalorizarse con fuerza desde la irrupci¨®n de Musk, pero si este no logra su objetivo de lograr el control de la empresa y decide desprenderse de ellos, la ca¨ªda ser¨ªa tan vertical como lo ha sido la subida en los ¨²ltimos d¨ªas. Los cambios de opini¨®n de Musk no son cosa extra?a: el a?o pasado anunci¨® que Tesla aceptar¨ªa el bitcoin como medio de pago para adquirir sus coches, y rectific¨® solo tres meses despu¨¦s alegando motivos medioambientales ligados al impacto para el planeta del minado de la criptomoneda.
La actual direcci¨®n de Twitter dio acuse de recibo de la oferta. Y convoc¨® una reuni¨®n de emergencia para tratar el asunto. En un comunicado, explic¨® que ¡°revisar¨¢ cuidadosamente la propuesta¡± antes de decidir qu¨¦ es lo mejor para la compa?¨ªa y sus accionistas. Una fuente an¨®nima dijo a The Wall Street Journal que algunas voces dentro del consejo hicieron un llamamiento a resistir al embate del multimillonario y desvel¨® que estudiaban posibles recursos para impedir que Musk tomara el control.
Algunos inversores ya le han dicho no. El poderoso pr¨ªncipe saud¨ª Alwaleed Bin Talal dijo en Twitter que rechaza el ofrecimiento de Musk. El monarca es el propietario de Kingdom Holding Company, un conglomerado que posee desde 2015 entre sus inversiones el 5% de la tecnol¨®gica de San Francisco. ¡°No creo que la oferta se acerque al valor intr¨ªnseco de Twitter dadas sus proyecciones de crecimiento¡±, escribi¨® Alwaleed. En respuesta a la negativa, el due?o de Tesla quiso saber qu¨¦ opina de la libertad de expresi¨®n de los periodistas.
El magnate ha acudido a la red social con la que intenta hacerse para lanzar dos mensajes. El primero es que buscar¨ªa mantener a muchos de los inversores a bordo despu¨¦s de sacar a la empresa de Bolsa. Y el segundo, en un comentario al portavoz de un think tank conservador, en el que dijo que ser¨ªa ¡°indefendible¡± que la c¨²pula de Twitter no sometiera su oferta a un voto abierto a todos los accionistas. ¡°Ellos son la compa?¨ªa, no los directores del consejo¡±, escribi¨®.
La inversi¨®n encaja como un guante en una personalidad como la de Musk, que cultiva el espect¨¢culo, muy lejos de las formas discretas de otros acaudalados insignes. El modo de comunicar el paso a sus seguidores no sorprendi¨®: madrug¨® para publicar en Twitter su intenci¨®n de comprar... Twitter. ¡°Hice una oferta¡±, escribi¨® en un escueto mensaje acompa?ado de un enlace a la web del regulador estadounidense donde aparecen los detalles de la propuesta. Antes de eso, las especulaciones sobre hasta qu¨¦ punto se implicar¨ªa en la gesti¨®n de Twitter con su 9% marcaban el debate. El domingo por fin hubo novedades: Musk declin¨® entrar en el consejo de administraci¨®n. Pero la bomba estall¨® este jueves con su prop¨®sito de sumar Twitter a su lista de empresas.
En la misiva de este jueves, Musk da a entender que no pretende asumir el tim¨®n para mantener el rumbo del barco. Explica que una de las razones que le empujaron a hacerse con una participaci¨®n fue convertirla en la plataforma de la libertad de expresi¨®n. ¡°Desde que hice mi inversi¨®n, me di cuenta de que la compa?¨ªa no prosperar¨¢ ni cumplir¨¢ con este imperativo social en su forma actual. Twitter debe transformarse como empresa privada¡±, afirma.
Eso supondr¨ªa sacarla de Bolsa. Y no parece que vaya a ser el ¨²nico cambio en caso de tener ¨¦xito. Hace diez d¨ªas, Musk lanz¨® una encuesta en Twitter sobre si la red social deber¨ªa incorporar un bot¨®n para editar los mensajes. Ahora mismo esa opci¨®n no existe, por lo que si alguien publica contenido del que luego se arrepiente solo puede borrarlo y confiar en que no haya capturas de pantalla circulando. El 73% vot¨® a favor de incluirlo.
El movimiento devuelve a las redes sociales a un primer plano a?os despu¨¦s de otras c¨¦lebres adquisiciones. Y el incremento de los precios desembolsados muestra su creciente influencia y el bum de usuarios que viven. En 2006, Google compr¨® YouTube por 1.650 millones de d¨®lares. En 2012 Facebook se hizo con Instagram tras el desembolso de 1.000 millones de d¨®lares. En 2014, de nuevo la compa?¨ªa de Mark Zuckerberg protagoniz¨® una operaci¨®n multimillonaria al absorber WhatsApp por 19.000 millones de d¨®lares. Y a¨²n m¨¢s pag¨® Microsoft por LinkedIn en 2016, cuando abon¨® 26.200 millones de d¨®lares.
En caso de confirmarse, la compra abrir¨ªa una cadena de interrogantes. Twitter es uno de los mayores altavoces del planeta. ?Tratar¨¢ Musk de aprovechar esa influencia de alg¨²n modo para promover sus propios intereses o los de sus empresas? Otro dilema es saber si bajo su batuta podr¨¢ alcanzar la rentabilidad que ahora no tiene: en 2021 Twitter perdi¨® 221 millones de d¨®lares pese a ingresar 5.077 millones. La tendencia es positiva: en 2020 las p¨¦rdidas fueron mucho mayores, de 1.135 millones, pero la compa?¨ªa no tiene beneficios desde 2019.
Una fortuna ligada a Tesla
La posici¨®n dominante de Elon Musk (Pretoria, 1971), en todas las clasificaciones de los m¨¢s ricos del planeta es indiscutible, pero eso no significa que ese dinero est¨¦ en su cuenta corriente. La fortuna de Musk fluct¨²a cada d¨ªa al ritmo de la cotizaci¨®n de sus empresas. Y el fabricante de coches el¨¦ctricos Tesla es su joya de la corona. Actualmente posee en torno al 17% de la empresa, cuyo valor en Bolsa ronda el bill¨®n de d¨®lares ¡ªla sexta mayor cotizada del planeta tras Apple, Microsoft, Aramco, Alphabet y Amazon¡ª, por lo que solo esa participaci¨®n equivale a unos 170.000 millones. Pese a lo cuantioso de la cifra, Musk se desprendi¨® el a?o pasado de un paquete valorado en 16.000 millones de d¨®lares, y don¨® a organizaciones caritativas acciones por valor de otros 6.000 millones, lo que le convirti¨® en el segundo mayor donante de 2021, solo por detr¨¢s de la fundaci¨®n de Bill y Melinda Gates.
Su compromiso social ¡ªtambi¨¦n un modo de reducir su factura fiscal¡ª contrasta con su posici¨®n sobre la tributaci¨®n de los m¨¢s ricos. El pasado diciembre, Elon Musk se quej¨® p¨²blicamente de la cantidad de impuestos que abona. "Para aquellos que se lo pregunten, pagar¨¦ m¨¢s de 11.000 millones en impuestos este a?o", dijo en Twitter. El mensaje lleg¨® solo unos d¨ªas despu¨¦s de enfrascarse, tambi¨¦n en Twitter, en una pol¨¦mica con la senadora dem¨®crata por Massachusets Elizabeth Warren, que hab¨ªa pedido endurecer la fiscalidad para que Musk pagara impuestos "y dejara de aprovecharse del resto". El multimillonario le respondi¨® con dureza. "Si abriera los ojos durante dos segundos se dar¨ªa cuenta de que este a?o pagar¨¦ m¨¢s impuestos que cualquier otro estadounidense en la historia".
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