Elon Musk acepta morderse la lengua en Twitter por contrato

Una cosa son las proclamas y otra los contratos. El empresario estadounidense Elon Musk ha apelado a la supuesta defensa de la libertad de expresi¨®n sin ning¨²n tipo de censura como su gran motivo para comprar Twitter. Sin embargo, el propio Musk ha aceptado morderse la lengua y limitar sus cr¨ªticas a la red social en sus tuits mientras dura la operaci¨®n, seg¨²n figura en el contrato de 73 p¨¢ginas en que rubrica su compra de la empresa.

El contrato, que fue registrado anoche por la compa?¨ªa ante la Comisi¨®n de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en ingl¨¦s), regula las comunicaciones sobre la compra de Twitter, como es habitual en este tipo de transacciones. El principio general es que las dos partes deben consultar y consensuar los comunicados de prensa y otras manifestaciones. Lo que no es habitual es el final de esa cl¨¢usula del contrato: ¡°Se permitir¨¢ al inversor [Elon Musk] publicar tuits sobre la fusi¨®n o las transacciones contempladas en el presente contrato, siempre que dichos tuits no menosprecien a la compa?¨ªa o a cualquiera de sus representantes¡±.

Elon Musk es un usuario compulsivo de la red social y ha estado retransmitiendo casi en directo sus movimientos, desde su compra inicial de un paquete del 9% hasta el acuerdo final, pasando por el precio de la oferta (54,2 d¨®lares por acci¨®n, 44.000 millones de d¨®lares en total, el equivalente a unos 41.000 millones de euros), anunciado tambi¨¦n en un tuit.

En las ¨²ltimas semanas, Musk ha ganado m¨¢s de cinco millones de seguidores en Twitter y ya tiene 85,8 millones. El magnate no hab¨ªa evitado hasta ahora las cr¨ªticas a la red social y a alguno de sus directivos o decisiones.

Este mismo martes, Elon Musk tuiteaba: ¡°Por ¡®libertad de expresi¨®n¡¯ me refiero simplemente a lo que se ajusta a la ley. Estoy en contra de la censura que va mucho m¨¢s all¨¢ de la ley¡±. O del contrato, podr¨ªa a?adir, pues con frecuencia sus compa?¨ªas han exigido acuerdos de confidencialidad o han firmado cl¨¢usulas con empleados despedidos para evitar cr¨ªticas que pudieran desacreditarlas y que le alejan de ser un ¡°absolutista de la libertad de expresi¨®n¡±, como ahora se define.

1.000 millones por romper el acuerdo

El contrato de compra de Twitter, registrado por la propia empresa ante el organismo supervisor con sede en Washington, no aclara qu¨¦ ocurre si el hombre m¨¢s rico del mundo acaba ¡°menospreciando¡± en sus tuits a la compa?¨ªa, as¨ª que no cabe descartar que al final lo haga. Lo que s¨ª especifica es que si la operaci¨®n se rompe, el culpable tendr¨¢ que pagar a la otra parte 1.000 millones de d¨®lares.

Esa penalizaci¨®n funciona, por tanto, en los dos sentidos. Musk deber¨¢ pagar esos 1.000 millones de d¨®lares si no logra cerrar la financiaci¨®n para sacar adelante la operaci¨®n, por ejemplo, o si se echa atr¨¢s. En sentido contrario, ser¨¢ Twitter el que pague esa suma a Musk si rompe el acuerdo y no recomienda a los accionistas votar a favor de la operaci¨®n o si acaba aceptando una (poco probable) oferta competidora. El consejo se compromete a no buscar activamente otro inversor que supere la oferta de Musk.

El contrato detalla el dise?o de la operaci¨®n, que se har¨¢ a trav¨¦s de la fusi¨®n de Twitter con una sociedad reci¨¦n creada con 10 d¨®lares de capital en el estado de Delaware, el m¨¢s laxo regulatoria y fiscalmente de Estados Unidos y donde estaba tambi¨¦n domiciliada legalmente la red social. El acuerdo de fusi¨®n deber¨¢ ser votado por los accionistas, pero con ese dise?o Musk se asegura controlar el 100% del capital, independientemente del respaldo que logre en la junta.

El contrato da hasta el 24 de octubre para cerrar la operaci¨®n, pero ese plazo puede ampliarse otros seis meses. Los bancos de inversi¨®n Goldman Sachs y JP Morgan han expresado ya al consejo de administraci¨®n de Twitter su opini¨®n de que el precio ofrecido por Musk es justo desde un punto de vista financiero. Cuando la operaci¨®n se haga efectiva, los consejeros de Twitter cesar¨¢n en sus cargos de forma autom¨¢tica y ser¨¢n reemplazados por los de la sociedad creada por Musk. Los directivos se mantendr¨¢n inicialmente en sus puestos, hasta que el nuevo accionista decida al respecto. Los planes de incentivos para empleados en acciones y en opciones se liquidar¨¢n en met¨¢lico.

Desplome de Tesla

Tambi¨¦n se recoge que Musk aporta acciones de Tesla en cantidad suficiente como garant¨ªa de parte de la financiaci¨®n para comprar la red social. En principio, Musk cuenta con pr¨¦stamos de 13.000 millones de d¨®lares respaldados por los propios activos de la empresa comprada, 12.500 millones m¨¢s con prenda de parte de sus acciones en Tesla y 21.000 millones aportados por el propio inversor, que no est¨¢ claro c¨®mo conseguir¨¢.

Tesla, controlada y dirigida por Musk, se desplom¨® este martes en Bolsa. Sufri¨® una ca¨ªda del 12%, lo que dio un bocado de 126.000 millones en un solo d¨ªa al valor de la compa?¨ªa y de 32.000 millones de d¨®lares al paquete propiedad de Musk en una mala jornada para las Bolsas. Entre las razones que apuntan los analistas para esa ca¨ªda est¨¢ precisamente el temor a que el magnate venda parte de sus acciones para financiar la compra de Twitter.

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