¡°Tenemos que dar una se?al a los mercados, a los agentes sociales y a los ciudadanos de que nos tomamos en serio la inflaci¨®n alta¡±
El miembro del Consejo de Gobierno del BCE Olli Rehn defiende una subida de tipos de inter¨¦s en julio, aunque advierte de que esto se puede trasladar a la prima de riesgo
Ha visto las grandes crisis econ¨®micas de los ¨²ltimos 15 a?os en Europa desde sillas privilegiadas... o desde potros de tortura, depende de c¨®mo viva cada uno estos tiempos interesantes. Olli Rehn (Mikkeli, Finlandia, 60 a?os) era el comisario de Asuntos Econ¨®micos cuando m¨¢s arreciaba la crisis del euro y es desde 2018 gobernador del Banco de Finlandia y, por tanto, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE). Su tarea ahora no es sencilla. Le toca, junto con sus colegas de este ¨®rgano (en el que solo hay dos mujeres y una veintena larga de hombres), cuadrar un c¨ªrculo diab¨®lico: frenar la inflaci¨®n sin perder de vista los riesgos de fragmentaci¨®n financiera en la zona euro ni sumir a la econom¨ªa en otra crisis cuando en Europa hay una guerra abierta entre dos Estados por primera vez en casi 80 a?os, lo que, a su vez, presiona sobre los precios.
La respuesta del BCE se decidir¨¢ en los pr¨®ximos meses. O mejor escribir en las pr¨®ximas semanas. Y ah¨ª Rehn tiene claro lo que va a defender: ¡°Estamos viendo signos de efectos de segunda ronda [en la inflaci¨®n]. Y por eso, en mi opini¨®n, es importante que evitemos que las expectativas de inflaci¨®n [alta] se conviertan en la referencia. Es fundamental que enviemos una se?al de que estas expectativas que estamos presenciando actualmente no se afianzar¨¢n. Por eso creo que es razonable que, m¨¢s bien en el tercer trimestre, en mi opini¨®n, en julio, empecemos a subir los tipos¡±.
Habla con la cautela propia del banquero central. Los condicionales, las per¨ªfrasis y los ¡°yo creo¡± pueblan su lenguaje en un encuentro con periodistas de varios medios, entre ellos EL PA?S, en un palacio buc¨®lico a las afueras de Salzburgo que fue uno de los escenarios en que se rod¨® Sonrisas y L¨¢grimas y donde la Comisi¨®n Europea ha organizado el seminario Global Europe sobre un futuro incierto, seg¨²n reza el t¨ªtulo.
Pero detr¨¢s de todas esas precauciones verbales su posici¨®n est¨¢ clara. Ya toca ¡°normalizar¡± la pol¨ªtica monetaria, es decir, hay que acabar con los programas de compra de bonos y empezar a subir los tipos de inter¨¦s, ahora en cero. Insiste en que es el momento de enviar un mensaje: ¡°Necesitamos dar una se?al a nuestros ciudadanos, a los mercados, a los sindicatos, a los agentes sociales de que nos estamos tomando en serio la inflaci¨®n alta¡±. No quiere que los efectos de segunda ronda se consoliden y que con las expectativas elevadas llegue una tercera. ¡°Nuestro primer mandato es la estabilidad de los precios¡±, recuerda, mirando las normas fundacionales del BCE tomadas directamente del Bundesbank.
Rehn sabe que ese movimiento tiene riesgos: ¡°Tenemos un verdadero dilema¡±. Para ¨¦l tiene sentido que, por un lado, la pol¨ªtica monetaria acompa?e a la fiscal para asegurar la recuperaci¨®n. En cambio, por otro, cree firmemente que ha llegado el momento de atajar la inflaci¨®n.
La guerra en Ucrania ha tra¨ªdo a la memoria (econ¨®mica) de los europeos episodios vividos en los a?os setenta: precios altos, ¨ªndices altos de paro, estancamiento, cuando no recesi¨®n. En una palabra: estanflaci¨®n. Rehn descarta ese escenario porque ¡°hay muchas diferencias en la situaci¨®n actual comparada con aquella¡±. Pero s¨ª admite que hay indicios de que el fantasma est¨¢ ah¨ª. ¡°Estamos viendo algunas tendencias estanflacionarias. Y esa es precisamente la raz¨®n por la que en pol¨ªtica monetaria estamos entre la espada y la pared, o nos enfrentamos a un dilema muy complicado¡±, explica el ahora gobernador del Banco de Finlandia.
Este antiguo futbolista profesional, que mantiene la pasi¨®n por ese deporte y pregunta a su interlocutor por su equipo nada m¨¢s averiguar la nacionalidad ¡ª ¡°?Real o Atl¨¦tico?¡±¡ª, sabe que devolver la pol¨ªtica monetaria a los carriles tradicionales puede suponer llevar a la prima de riesgo a los titulares otra vez. ¡°Soy consciente de la fragmentaci¨®n injustificada de las condiciones financieras entre los Estados miembros. Por otro lado, tambi¨¦n hay fundamentos econ¨®micos u otros factores que lo explican. As¨ª que veremos algunas diferencias en las primas de riesgo. Pero lo que nos tiene que preocupar es esa fragmentaci¨®n injustificada. Por eso creamos el programa de compra de emergencia relacionado con la pandemia en marzo de 2020, que ayud¨® a contrarrestar esta fragmentaci¨®n. En mi opini¨®n, muy exitoso. Al mismo tiempo, no podemos condicionar la pol¨ªtica monetaria a la pol¨ªtica fiscal¡±. Consecuencia: ha llegado el momento de que el precio de la deuda empiece a subir para algunos pa¨ªses (Grecia, Italia, Espa?a, Portugal, B¨¦lgica, Francia¡) y sus empresas.
Dependencia energ¨¦tica de Rusia
De lo visto en los tiempos de pandemia, Rehn ha aprendido la utilidad de tener herramientas para atajar la ¡°fragmentaci¨®n injustificada¡± de los mercados financieros en la zona euro. De ah¨ª que, sin perder nunca de vista que ahora toca ¡°normalizar¡± la pol¨ªtica monetaria, ¡°al mismo tiempo, hay que estar vigilantes y ser consciente de la fragmentaci¨®n injustificada¡±. A lo que a?ade: ¡°Para ello, ser¨ªa muy ¨²til indicar que estamos dispuestos a actuar seg¨²n convenga y que tenemos los medios para hacerlo¡±.
La conversaci¨®n tiene lugar el viernes por la tarde, todav¨ªa no se ha cerrado el sexto paquete de sanciones a Rusia, en el que se propone dejar de comprar petr¨®leo a Mosc¨². Despu¨¦s, probablemente, ser¨¢ el turno del gas. Eso complica mucho el escenario econ¨®mico, pero el pasaporte finland¨¦s de Rehn y la historia de su pa¨ªs influyen en su respuesta: ¡°Nos enfrentamos al reto de c¨®mo garantizar que reduciremos nuestra dependencia energ¨¦tica de Rusia. Estoy siguiendo, por ejemplo, el debate alem¨¢n al respecto, y ha habido diferentes estimaciones al respecto. Va a ser muy dif¨ªcil, pero no catastr¨®fico para la econom¨ªa europea. Y, en mi opini¨®n, debemos tener presente que los Estados miembros de la Uni¨®n Europea, en conjunto, estamos financiando cerca de 1.000 millones de euros al d¨ªa a Rusia y eso est¨¢ ayudando a hacer funcionar la maquinaria de guerra de Putin¡±.
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