Los impuestos sobre los beneficios ca¨ªdos del cielo de las energ¨¦ticas se extienden en Europa
Italia y el Reino Unido, dos pa¨ªses gobernados por liberales y conservadores, respectivamente, endurecen la fiscalidad sobre las el¨¦ctricas y las petroleras. Grecia y Hungr¨ªa tambi¨¦n han lanzado medidas en esa direcci¨®n
El poder recaudatorio probablemente acabe siendo menor de lo deseado, pero el mensaje pol¨ªtico y econ¨®mico es contundente. Con los mercados energ¨¦ticos en llamas y los consumidores afrontando facturas disparatadas, dos de los mayores pa¨ªses de Europa ¡ªel Reino Unido e Italia¡ª han lanzado y aumentado, respectivamente, en las ¨²ltimas semanas grav¨¢menes espec¨ªficos sobre los beneficios ca¨ªdos del cielo de las empresas energ¨¦ticas, los derivados de la brutal escalada de precios del gas, el petr¨®leo y la electricidad. No est¨¢n solos: Grecia y Hungr¨ªa tambi¨¦n han seguido esa senda. En el segundo caso, metiendo tambi¨¦n en el saco a compa?¨ªas de otros sectores, como bancos y aseguradoras.
La simbolog¨ªa es especialmente significativa por el color pol¨ªtico de los gobiernos que han dado el paso. Dos de los cuatro pa¨ªses que lo han hecho (el Reino Unido y Grecia) est¨¢n gobernados por partidos conservadores; otro (Hungr¨ªa), por una formaci¨®n ultraconservadora; mientras que el Gobierno italiano est¨¢ comandado por el liberal Mario Draghi. Nada sospechosos, por tanto, de una intervenci¨®n excesiva del sector p¨²blico o de ir en contra de los postulados del libre mercado.
¡°Es una medida necesaria: hay un problema distributivo entre consumidores y empresas, y, si queremos corregirlo, no queda otra¡±, opina Natalia Fabra, catedr¨¢tica de Econom¨ªa de la Universidad Carlos III de Madrid. ¡°Preferir¨ªa otras iniciativas encaminadas a evitar que se produzcan esos beneficios extraordinarios de las el¨¦ctricas, pero, como hemos visto en Espa?a, esos intentos se enfrentan a barreras para su implementaci¨®n. Adem¨¢s, la fiscal parece la ¨²nica v¨ªa posible para incluir tambi¨¦n a las petroleras y las gasistas¡±, sentencia por tel¨¦fono.
Ganancias disparadas
De entre los grandes nombres del Viejo Continente, Italia ha sido uno de los m¨¢s ¨¢giles en aplicar un gravamen espec¨ªfico sobre los beneficios extraordinarios de las energ¨¦ticas. El Ejecutivo de Draghi lanz¨® en marzo un impuesto del 10%, que elev¨® un mes despu¨¦s hasta el 25%. El objetivo: ayudar a financiar el paquete de ayudas a consumidores y empresas por valor de 14.000 millones de euros aprobado para contener la escalada de la luz y los carburantes.
La medida italiana es retroactiva: afecta al per¨ªodo que va desde octubre de 2021 ¡ªcuando el estallido de precios ya era un hecho¡ª a abril de este a?o. Los analistas, sin embargo, calculan que tendr¨¢ un impacto limitado en las cuentas de las compa?¨ªas energ¨¦ticas. Las empresas afectadas cuentan con un desembolso de entre 10 y 30 millones de euros cada una por este concepto, cifra que el banco privado de inversi¨®n Equita eleva hasta una horquilla de entre 25 y 75 millones. En ambos casos, son cuant¨ªas muy bajas respecto a las ganancias millonarias del sector: la mayor el¨¦ctrica del pa¨ªs, Enel, gan¨® 1.430 millones de euros solo en el primer trimestre de 2022, un 22% m¨¢s que en el mismo periodo del a?o anterior. El gigante petrolero Eni se anot¨®, por su parte, un beneficio de casi 3.600 millones, cuatro veces m¨¢s que un a?o antes.
Aunque quitando hierro al impacto de la medida sobre su cuenta de resultados, el sector se ha levantado en armas contra el Gobierno, que defiende la tasa como ¡°una contribuci¨®n de solidaridad¡±. Para las empresas de la energ¨ªa ¡ªque podr¨¢n abonar las tasas en dos c¨®modos plazos: en junio, el 40%, y en noviembre, el 60% restante¡ª se trata de ¡°una medida injusta y punitiva que, adem¨¢s, crea una se?al fuertemente negativa con respecto a la transici¨®n energ¨¦tica y las tecnolog¨ªas renovables¡±, como han protestado en un comunicado conjunto las principales asociaciones energ¨¦ticas del pa¨ªs, que engloba a empresas, p¨²blicas y productores y operadores de todo ¨¢mbito, desde el petr¨®leo hasta las energ¨ªas renovables.
Volantazo ¡®tory¡¯ en Londres
La semana pasada, el ministro brit¨¢nico de Econom¨ªa tuvo que echar mano de un eufemismo para intentar disimular lo que claramente era un volantazo del Gobierno de Boris Johnson. Rishi Sunak anunci¨® una ¡°tasa finalista y temporal sobre los beneficios energ¨¦ticos¡± del 25%. Se resist¨ªa a llamar por su nombre lo que la oposici¨®n laborista llevaba seis meses pidiendo: una windfall tax, o impuesto sobre los ¡°beneficios ca¨ªdos del cielo¡±, seg¨²n la jerga de los economistas, para gravar las ganancias extraordinarias obtenidas por las empresas petroleras y gas¨ªsticas.
Downing Street expres¨® hasta el ¨²ltimo minuto su oposici¨®n a una medida que, seg¨²n argumentaba el equipo econ¨®mico de Johnson, penalizar¨ªa la necesaria inversi¨®n para ganar en independencia energ¨¦tica. ¡°No queremos hacerlo, no nos gusta¡±, hab¨ªa proclamado Johnson una semana antes en la C¨¢mara de los Comunes en respuesta a los reproches de la oposici¨®n. ¡°Las petroleras tienen intenci¨®n de invertir m¨¢s de 80.000 millones de euros en nuestro pa¨ªs en los pr¨®ximos a?os, y ya pagan un tipo impositivo del 40%¡±.
La crisis del coste de la vida, con la que el l¨ªder laborista Keir Starmer martillea inmisericordemente a Johnson cada semana; la inflaci¨®n galopante; y la arriesgada cuerda floja en la que camina el primer ministro a costa del esc¨¢ndalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia, han llevado al pol¨ªtico conservador a protagonizar su en¨¦simo giro pol¨ªtico. ¡°Los sectores del petr¨®leo y del gas est¨¢n obteniendo beneficios extraordinarios, no como resultado de asumir m¨¢s riesgos, o incrementar su innovaci¨®n o eficacia, sino a causa del incremento global del precio de las materias primas, debido en parte a la guerra lanzada por Rusia¡±, explicaba Sunak. El ministro prometi¨®, asimismo, analizar ¡°con urgencia¡± el exceso de beneficios obtenidos tambi¨¦n por las empresas generadoras de electricidad, a las que tambi¨¦n se?al¨® como beneficiarias de la actual coyuntura. En su caso, sin embargo, no quiso aclarar qu¨¦ tipo impositivo contempla.
Desde la ¨¦poca de la ex primera ministra conservadora, Theresa May, el consumo dom¨¦stico de energ¨ªa en el Reino Unido tiene un l¨ªmite promedio por hogar. Se denomina energy price cap (precio m¨¢ximo de la energ¨ªa) y se revisa dos veces al a?o, en abril y en octubre. El regulador energ¨¦tico brit¨¢nico, Ofgem, ya ha anticipado una subida de casi 900 euros en octubre, que situar¨¢ el gasto medio por hogar en m¨¢s de 3.200 euros anuales. Por eso, junto al impuesto de los beneficios extraordinarios, Sunak anunci¨® ayudas de entre 500 y 700 euros para los hogares m¨¢s vulnerables. Los ingresos para las arcas p¨²blicas se estiman en m¨¢s de 5.800 millones de euros, pero los principales cr¨ªticos de la medida se?alan que en los c¨¢lculos precipitados del ministerio no se estimaron todas las deducciones que podr¨ªan lograr las grandes compa?¨ªas energ¨¦ticas.
Para suavizar las cr¨ªticas del sector (y de la patronal, que ha arremetido contra el Gobierno), el ministro ha prometido a su vez deducciones fiscales de hasta el 80% para todas las inversiones que se realicen en nuevas extracciones de gas y petr¨®leo en el Reino Unido. Las grandes empresas como BP o Shell, que en su d¨ªa apostaron fuerte por los yacimientos del mar del Norte, apenas tienen ahora un 10% de su actividad en unas explotaciones que dan por amortizadas. Son empresas medianas, como Harbour Energy, Serica Energy o EnQuest, las que ya han calculado que la nueva tasa les supondr¨¢ pagar cerca de 3.500 millones de euros. La consultora Wood Mackenzie constat¨® la semana pasada en un informe como las petroleras y gasistas que operan en el mar del Norte est¨¢n logrando ¡°m¨¢s beneficios que nunca antes, en una era en la que la industria est¨¢ en fase de declive progresivo¡±.
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