Fin al dinero barato 4.026 d¨ªas despu¨¦s
El Banco Central Europeo ha subido los tipos de inter¨¦s de 50 puntos b¨¢sicos para combatir una inflaci¨®n que parece desbocada
Todas esas jornadas han pasado desde el 13 de julio de 2011 para que el BCE haya vuelto a subir los tipos de inter¨¦s. Ha acontecido de todo desde entonces, desde la agudizaci¨®n de la crisis de la deuda soberana aquellos a?os, hasta una severa pandemia y una guerra cruenta en Ucrania ¡ªde futuro incierto¡ª, pasando por el whatever it takes del siempre presente (ahora no menos) Mario Draghi. Este jueves...
Todas esas jornadas han pasado desde el 13 de julio de 2011 para que el BCE haya vuelto a subir los tipos de inter¨¦s. Ha acontecido de todo desde entonces, desde la agudizaci¨®n de la crisis de la deuda soberana aquellos a?os, hasta una severa pandemia y una guerra cruenta en Ucrania ¡ªde futuro incierto¡ª, pasando por el whatever it takes del siempre presente (ahora no menos) Mario Draghi. Este jueves el BCE finalmente ha aumentado su tipo de inter¨¦s de referencia, nada menos que un 0,5%, con m¨¢s subidas pr¨®ximamente, como primera acci¨®n contundente para combatir una inflaci¨®n que parece desbocada.
Como un complemento de manga ancha, finalmente se aprob¨® el llamado Instrumento para la Protecci¨®n de la Transmisi¨®n (TPI, por sus siglas en ingl¨¦s). Hace pocos meses parec¨ªa muy improbable ¡ªv¨¦ase la hemeroteca con declaraciones oficiales¡ª, pero ha acontecido tras asentarse una realidad cruda y cabezona: la inflaci¨®n se ha puesto c¨®moda en nuestras vidas. O se combate con toda la fuerza o se nos queda en el sal¨®n de casa por mucho tiempo. Y, por las turbulencias que puedan venir ¡ªdesde Italia las primeras¡ª desde Fr¨¢ncfort se comprar¨¢ lo que sea preciso.
El miedo a la deflaci¨®n ¡ªy, de reojo, a una posible crisis de deuda soberana¡ª explica por qu¨¦ los tipos de inter¨¦s no subieron en este largo periodo. Solamente bajaron o se mantuvieron. Se acomet¨ªan tambi¨¦n masivas compras de bonos. El tiempo juzgar¨¢ el acierto de estas decisiones. Los posibles errores tendr¨ªan atenuantes, por decidir en territorios inexplorados, como es la realidad econ¨®mica y geoestrat¨¦gica cambiante y virulenta. Tambi¨¦n el complejo entramado institucional de la UE, con claras carencias en el camino hacia la completitud de una mayor uni¨®n pol¨ªtica.
Tras meses en los que el mercado parec¨ªa penalizar todo lo que ol¨ªa a euro y a Viejo Continente, los ¨²ltimos d¨ªas han dado respiro. Hay menos pesimismo. Los mensajes del BCE, ratificados este jueves con fuerza, parecen haber ganado credibilidad. La gran espada de Damocles ¡ªun eventual corte del gas ruso y sus terribles consecuencias econ¨®micas¡ª sigue pendiendo, pero si se compara con las debilidades de la crisis financiera de 2008, est¨¢ ganando terreno una visi¨®n menos apocal¨ªptica de la econom¨ªa, el empleo y los precios. Lo sabremos en los pr¨®ximos meses, pero la recesi¨®n parece que ser¨¢ menos generalizada de lo que se pensaba hace semanas. Donde acontezca, apunta a menos prologada.
El BCE ha compartido una visi¨®n similar. No puede evitarse una notable desaceleraci¨®n, pero los preparativos de reservas de gas ¡ªcon mayor resiliencia y capacidad de cooperaci¨®n en la UE para compartir recursos¡ª y la reciente evoluci¨®n de los precios de la energ¨ªa parecen apuntar a un escenario menos catastrofista. Los deberes pendientes con la inflaci¨®n contin¨²an siendo de gran magnitud. El BCE ha comenzado el tratamiento para la dolencia inflacionaria: subir tipos de inter¨¦s y prometer nuevas dosis. Y, adem¨¢s, para evitar efectos secundarios de esa medicaci¨®n sobre los mercados de deuda soberana, aprob¨® el TPI que aplicar¨¢ seguramente con la contundencia que transpiraba en el discurso de Lagarde. Aun as¨ª, la inestabilidad pol¨ªtica ha hecho subir la prima de riesgo italiana. La presidenta de la instituci¨®n monetaria lo ha dejado claro: ¡°Las compras no van a estar restringidas ex-ante¡±. De alguna manera, ya tiene su whatever it takes. Esperemos que los mensajes y decisiones conduzcan al ¨¦xito.