¡°Recogemos las cebollas de noche para no asarnos¡±: as¨ª es trabajar en el campo cuando el calor ¡°quema¡±
Empleados agr¨ªcolas de Sevilla, Almer¨ªa o Cuenca explican cu¨¢nto sufren en verano. ¡°Hay gente que se aprovecha y paga 30 euros al d¨ªa sin dar de alta a los trabajadores, sobre todo a inmigrantes¡±, denuncia un agricultor
Macarena Capit¨¢n (47 a?os) ha pasado las ¨²ltimas semanas con la espalda doblada. ¡°Recoger cebollas hace que te duelan los ri?ones. Pasarte horas y horas agachado es cansad¨ªsimo, no te lo imaginas hasta que lo haces. Los que no est¨¢n acostumbrados acaban muertos¡±, cuenta esta agricultora sevillana. ¡°Pero lo peor¡±, contin¨²a, ¡°es el calor. Es tela de duro¡±. Para evitar los m¨¢s de 40 grados que llega a alcanzar Lebrija, la zona en la que trabaja, su cuadrilla ¡°dobla el espinazo¡± entre las cinco de la tarde y la una de la madrugada. ¡°En las primeras horas te abrasas, pero poco a poco va bajando la temperatura. Para no asarnos seguimos recogiendo las cebollas por la noche¡±, a?ade Capit¨¢n. Trabaja con una linterna en la frente, como los mineros.
¡°Es que si no lo hacemos as¨ª nos morimos de calor¡±, explica Juanma Sevillano (24 a?os), que tambi¨¦n trabaja en Lebrija. ¡°El cuerpo no te responde, hay veces que hasta te mareas. El calor agota much¨ªsimo¡±. Hay otro turno, que arranca entre las 6 y las 7 de la ma?ana y acaba entre las 11 y la una de la tarde. ¡°A las nueve ya empiezas a sudar, a beber agua sin parar. Y a las 12 te pega en las lumbares, en la espalda... Algunos trabajan de rodillas, con rodilleras. Se te desploma el cuerpo. He visto lipotimias en gente acostumbrada al calor¡±, a?ade Diego Bellido, agricultor de 42 a?os y responsable de una explotaci¨®n. ¡°El otro d¨ªa habl¨¦ con un compa?ero que est¨¢ recogiendo sand¨ªas. La cuadrilla no aguanta: imag¨ªnate con este calor levantar del suelo sand¨ªas de ocho kilos¡±, apostilla.
El trabajo del campo es m¨¢s sacrificado en verano en toda Espa?a, incluso en las zonas con temperaturas m¨¢s suaves que en Sevilla. ¡°En la primera semana de verano te cuesta, y te acabas acostumbrando, pero igualmente es dur¨ªsimo. Los esfuerzos que hacemos son enormes¡±, dice Elwali Bocharga (29 a?os), que trabaja en las plataneras de La Palma (Santa Cruz de Tenerife). ¡°Ahora nos pasamos el d¨ªa arreglando invernaderos que destroz¨® la ceniza del volc¨¢n. Sacar toda esa arena es complicado¡±, explica este trabajador marroqu¨ª. ?ngel Tezara (38) tambi¨¦n trabaja en La Palma. Se gana la vida con una de las tareas m¨¢s duras del campo: carga las pi?as de pl¨¢tanos, que pesan hasta 80 kilos, en los camiones. ¡°A veces hay demasiada fruta que recoger y te toca trabajar por la tarde, entre las dos y las cinco. Te agota¡±, indica este trabajador venezolano.
Como explica Tezara, los trabajadores del campo no siempre paran en las horas centrales del d¨ªa. Alfredo Romero (30 a?os) ha dedicado las ¨²ltimas semanas a segar cereal en el entorno de Villares del Saz (Cuenca). ¡°Cuando llega la ¨¦poca de segar, todos los que tienen cereal quieren que vayas a sus tierras a la vez. Haga calor o no, te pasas 20 d¨ªas trabajando sin parar, muchos d¨ªas de siete de la ma?ana a 11 de la noche. Quieren que vayas tan r¨¢pido porque tienen mucho miedo a los incendios, sobre todo con estas temperaturas. En la segadora tengo aire acondicionado, pero cuando sales te abrasa el calor¡±. Desde UGT explican que algunos convenios provinciales, como el de Almer¨ªa, limitan la actividad en las horas m¨¢s calurosas, ¡°pero no todos tienen esta protecci¨®n¡±, explica Sebasti¨¢n Serena, responsable del sector agroalimentario de UGT-FICA.
Bocharga y Tezara cifran la remuneraci¨®n que reciben en unos 1.100 euros mensuales. ¡°Estar¨ªa bien que nos pagasen mejor¡±, critica Bocharga. Capit¨¢n, desde Sevilla, es m¨¢s contundente: ¡°Todo sube pero los sueldos del campo siguen igual. Hay sitios en los que cobras el jornal a 45 euros, otros a 50 y otros a 40. Trabajando todos los d¨ªas llegas a 1.000 euros, pero si por lo que sea echas 20 d¨ªas te puedes quedar en 800¡å.
Roque Garc¨ªa (49 a?os), que dirige una explotaci¨®n en Almer¨ªa y es secretario de organizaci¨®n de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores en la provincia (colectivo vinculado al sindicato UGT), critica que algunos empresarios del campo ofrecen jornales incluso inferiores. ¡°Como en todos los sectores, en este hay sinverg¨¹enzas. No todo el mundo es as¨ª, pero hay gente que se aprovecha y paga 30 euros al d¨ªa sin dar de alta a los trabajadores, sobre todo a inmigrantes. Eso est¨¢ por debajo de cualquier convenio. Hay barbaridades que no pueden ser. Sabemos que hay personas que descuentan del sueldo el desplazamiento a la explotaci¨®n¡±, denuncia Garc¨ªa. Se ha visto en la disyuntiva de ¡°llamar la atenci¨®n¡± a empresarios que intentaban ¡°racanear¡± con las condiciones de los trabajadores.
La Inspecci¨®n de Trabajo y Seguridad Social del Ministerio de Trabajo realiz¨® en 2021 8.793 inspecciones contra la econom¨ªa irregular en el campo. 3.677 (el 42%) detectaron infracciones como emplear a trabajadores que no hab¨ªan sido dados de alta o a extranjeros sin permiso de residencia. Las sanciones impuestas ascendieron a 22,6 millones de euros el a?o pasado. Fuentes del ministerio se?alan que la actuaci¨®n inspectora ha permitido dar de alta a 5.313 trabajadores. Desde el departamento destacan que en 2021 se inici¨® ¡°una campa?a especial para alertar de los riesgos derivados de las altas temperaturas¡± en el campo.
Garc¨ªa cree que el atropello al empleado del campo es ¡°contraproducente¡± para el propio empresario. ¡°En esas condiciones nadie puede cumplir en el trabajo. Les hacen polvo. Adem¨¢s, mucho de los que aceptan no conocen el oficio, destrozan las matas. Nunca compensa¡±. Seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en Espa?a hab¨ªa en el primer trimestre de 2022 (¨²ltimo dato disponible) 827.700 trabajadores dedicados a la agricultura. Es una cifra parecida al ¨²ltimo ejercicio anterior a la pandemia, en 2019, cuando eran 839.700. ¡°Se nota que hay menos exceso de trabajadores, pero no dir¨ªa que tenemos problemas para encontrar mano de obra¡±, dice Garc¨ªa.
Juan Porcel (55 a?os) cree que las condiciones laborales mejorar¨ªan si el productor recibiese un precio ¡°justo¡±. ¡°Es culpa de los intermediarios. No es normal que a m¨ª me paguen 30 c¨¦ntimos por un kilo de mis melocotones y luego los vea en el pueblo de al lado, aqu¨ª mismo, a tres o cuatro euros para el consumidor¡±, denuncia este agricultor granadino. En la misma zona, en el entorno de Guadix, trabaja Juli¨¢n Galiano (62): ¡°Apenas se da de alta a la gente. Yo llevo trabajando desde los 14 a?os y cotizados tengo como mucho 30¡å. Cree que el trabajo en el campo suele ser ¡°m¨¢s amable¡± en las peque?as plantaciones que en las grandes: ¡°Al menos en los minifundios te ven como una persona. Saben lo que es este trabajo, se ponen en tu lugar¡±.
La conversaci¨®n con Galiano vuelve a discurrir sobre el calor en el sal¨®n de su casa en Purullena (Granada), a las cuatro de la tarde. La estancia est¨¢ en penumbra para evitar el calor, con la persiana bajada casi del todo. ¡°Recuerdo cuando era joven lo horrible que era trabajar en el campo en invierno. Te helabas, no te pod¨ªas ni mover. Me he dedicado mucho a podar melocotones, y con el fr¨ªo cuesta una barbaridad cortarlos, se congelan. Pero eso ha cambiado mucho. Ya no hace el fr¨ªo de entonces en invierno y en verano hace mucho m¨¢s calor que antes. Sin duda, el calor extremo es peor que el fr¨ªo extremo para este oficio¡±. Los melocotones a los que Galiano ha dedicado tantas horas tienen un ¡°pelillo¡± que ¡°pica much¨ªsimo¡±. ¡°Eso mezclado con el calor de estos d¨ªas, que te quema... No se lo recomienzo a nadie. Es asfixiante¡±, finaliza.
Este es el cuarto cap¨ªtulo de la serie ¡®Verano precario¡¯, que ofrece testimonios de trabajadores en los sectores tensionados o especialmente duros durante julio y agosto. Si quieres compartir tu testimonio puedes hacerlo en el correo esanchezh@grupoprisa.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.