Dos salidas de crisis y dos reformas laborales
La creaci¨®n de empleo no llega esta vez a costa de un aumento de la temporalidad
El mercado laboral trae hoy estupendas noticias. Lo ha hecho en bastantes ocasiones en la salida de esta ¨²ltima crisis. Conforme la pandemia va quedando atr¨¢s, el empleo crece con fuerza y ya se mueve en los niveles m¨¢ximos que toc¨® hace 15 a?os a lomos de una enorme burbuja financiera e inmobiliaria. Esta vez es distinto. Despu¨¦s de aquella borrachera de ladrillo, Espa?a sufri¨® una resaca espantosa de la que cost¨® mucho salir, tanto que cuando lleg¨® el coronavirus no se hab¨ªa superado todav¨ªa el nivel de los 20 millones de ocupados que se perdi¨® entonces. Ese simb¨®lico list¨®n se rebas¨® hace un a?o ¡ªpoco m¨¢s o menos¡ª y ya no se ha perdido. En esta ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) hay contabilizados 20,5 millones de puestos de trabajo. Superar el m¨¢ximo que se marc¨® en 2007 est¨¢ en manos de la guerra en Ucrania y el regreso de la temida inflaci¨®n: es probable que el oto?o y sobre todo el invierno econ¨®micos, en funci¨®n del gatillo de Putin con el gas, se dejen notar para mal en el empleo. Pero mientras, la econom¨ªa espa?ola tiene una historia que contar algo distinta a la de otras salidas de crisis.
A salir de la Gran Recesi¨®n y sus secuelas ayudaron mucho los vientos de cola de la pasada d¨¦cada (energ¨ªa barata, compras masivas de deuda del BCE, tipos de inter¨¦s en el 0%, dinero barato y dem¨¢s pol¨ªticas monetarias extraordinarias). Pero tambi¨¦n la profunda y pol¨¦mica (¡±extremadamente agresiva¡±, dijo Guindos) reforma laboral de 2012, que abarat¨® mucho el empleo¡ o lo que es lo mismo, lo precariz¨®. Sus defensores podr¨¢n decir que era necesaria porque Espa?a estaba al borde del abismo ¡ªde hecho, hubo un rescate financiero que todav¨ªa se est¨¢ pagando¡ª y el euro estuvo a punto de romperse. Cierto: tambi¨¦n lo es que lleg¨® de la mano de una devaluaci¨®n salarial importante, que se desequilibraron las relaciones laborales en detrimento de los trabajadores y que, al contrario de lo que promet¨ªan sus impulsores, la alt¨ªsima temporalidad sigui¨® enquistada.
Esta vez, la salida de la crisis est¨¢ siendo muy distinta. Tambi¨¦n lo ha sido la respuesta de Bruselas, con desembolsos de decenas de miles de millones de euros en subvenciones y en cr¨¦ditos, que esta vez s¨ª se han sumado al respaldo monetario del BCE, aunque los vientos de Fr¨¢ncfort est¨¦n cambiando por la elevada inflaci¨®n.
Las cifras cuentan historias. Una: el paro ha ca¨ªdo al nivel de 2008, esta vez sin burbuja. Dos: el empleo perdido durante la pandemia hace ya tiempo que se recuper¨®, en buena medida porque nunca se destruy¨®; muchos puestos de trabajo hibernaron gracias a la ayuda de los ERTE, una aut¨¦ntica revoluci¨®n que flexibiliza la econom¨ªa espa?ola para dar respuesta a las crisis. Con ese instrumento, el v¨ªnculo entre empleados y empresas se ha mantenido y eso ha facilitado mucho la vuelta de los primeros a las mismas tareas. Siempre se podr¨¢ aducir que el gasto ingente de dinero p¨²blico de todas las medidas que se pusieron en marcha para amortiguar el golpe de la pandemia ha sido clave, aunque el Ministerio de Econom¨ªa ya ha respondido a esto explic¨¢ndole a la Comisi¨®n Europea que a la larga habr¨¢ ahorro porque dejan de pagarse prestaciones por desempleo antes y se recaudan m¨¢s impuestos. Y tres: adem¨¢s, como muestra esta ¨²ltima EPA, son las empresas las que est¨¢n aumentando plantillas en el ¨²ltimo a?o; 54 trabajadores contratados por cada funcionario nuevo en la Administraci¨®n.
Ahora, como ya sucedi¨® tambi¨¦n hace 10 a?os, hay nueva reforma laboral a la salida de una crisis (am¨¦n de una subida del salario m¨ªnimo que no ha confirmado el sesgo apocal¨ªptico de algunos expertos). Esta ¨²ltima conserva buena parte del andamiaje de la de 2012, aunque tambi¨¦n reequilibra algo las posiciones de empresarios y sindicatos en la negociaci¨®n colectiva y, sobre todo, ha apostado por atajar la temporalidad. Los datos que este jueves muestra el INE dan claros indicios de que lo est¨¢ consiguiendo. Hasta 2022, lo habitual era que en primavera empezaran las estaciones buenas del mercado laboral a costa de un tir¨®n importante de los contratos eventuales. Este a?o se mantiene lo positivo y la temporalidad cae de forma notable. Un 22,3% de contratos temporales, eso s¨ª, todav¨ªa es una tasa elevada, pero la reforma apenas lleva unos meses operando.
El texto que pactaron sindicatos, patronales y Gobierno todav¨ªa tiene que pasar muchas pruebas del algod¨®n. Una de ellas es c¨®mo se adapta a las vacas flacas, es decir, si funciona la flexibilidad interna en las empresas. El decreto, que cont¨® con el visto bueno de Bruselas, trat¨® de aprovechar el ¨¦xito de los ERTE durante la pandemia para crear un mecanismo estructural parecido. Es muy probable que los tambores de guerra que suenan en el este de Europa le den pronto a esta ¨²ltima reforma laboral la oportunidad de demostrar su eficacia en los malos tiempos.
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