El ¡®caso Cosentino¡¯: ¡°A pesar de la mascarilla, sal¨ªas con la nariz blanca y aliento a disolvente¡±
Un operario del gigante almeriense enfermo de silicosis y un abogado de marmolistas reviven el calvario de las v¨ªctimas. Tras la primera condena al fabricante, la semana pasada, la compa?¨ªa afronta otros 23 procesos
Dos personas vivieron la semana pasada de manera muy intensa, pero al mismo tiempo muy diferente, la noticia de que el due?o del gigante almeriense Cosentino, una empresa que en 2021 factur¨® 1.401 millones, cuenta con 5.425 trabajadores y filiales en 30 pa¨ªses, ha admitido que ocult¨® el origen de la silicosis que afecta a la mayor¨ªa de los 1.856 operarios aquejados de esta enfermedad respiratoria cr¨®nica en el sector de las encimeras de cocina entre 2007 y 2019, seg¨²n c¨¢lculos del Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones. Uno de esos protagonistas es un trabajador enfermo que sigue en las tripas de la compa?¨ªa despu¨¦s de dos d¨¦cadas respirando los min¨²sculos cristales que aguijonean sus pulmones. El otro es un abogado perseverante que desde un peque?o despacho de Barakaldo (Bizkaia) ha logrado que el Goliat de los aglomerados de cuarzo acepte cinco delitos de lesiones graves en un lejano juzgado de Vigo. La compa?¨ªa afronta otros 23 procesos judiciales. Hace tres d¨¦cadas que el aglomerado Silestone, el rey de las encimeras de cocina, sali¨® al mercado, y ambos han perdido por el camino amigos devorados por una enfermedad laboral cuyo origen sombr¨ªo y final esclarecedor les ha dejado un regusto agridulce.
El trabajador prefiere identificarse como Tom¨¢s. Dice que la condena al due?o de su empresa ha generado ¡°un impacto salvaje¡±. Durante 20 a?os ha estado en la zona cero de la silicosis, las naves donde se creaban las tablas de cuarzo para luego mandarlas a las marmoler¨ªas de todo el pa¨ªs. La manufactura generaba una ¡°nieve en suspensi¨®n que hoy sigue existiendo¡±, recuerda: ¡°Bajabas por la escalera al foso y el polvo [formado por los cristales que provocan la enfermedad] te llegaba por la cintura. Llenabas cubos de polvo todos los d¨ªas, nos met¨ªamos en las mezcladoras a limpiar y ten¨ªas que soplar con la manguera de aire. A pesar de la mascarilla, sal¨ªas con la nariz blanca y un aliento a disolvente. Ten¨ªa pesadillas¡±. Ha sentido mucha ¡°rabia e impotencia¡± porque durante a?os pidi¨® sin ¨¦xito a la empresa que lo trasladaran fuera del departamento de prensas. Ahora, todo esfuerzo f¨ªsico le supone un mundo.
A 900 kil¨®metros de la sede principal de Cosentino en Cantoria (Almer¨ªa), el letrado Serapio Mart¨ªn ha dado un vuelco al periplo judicial que inici¨® en 2009 para defender a marmolistas que desconoc¨ªan el riesgo letal que asum¨ªan al manipular el Silestone. Cinco de ellos denunciaron en un juzgado de Vigo al fabricante, condenado por primera vez la semana pasada. ¡°He conocido gente que apreciaba y que ha muerto en el quir¨®fano, otros se han suicidado¡±, lamenta. ¡°Es muy triste ver a estas personas j¨®venes con la edad de mi hija, 38 a?os, muy jodidos y con un pron¨®stico muy incierto. La sentencia de Vigo es una reparaci¨®n moral del da?o a los perjudicados, aunque sea tard¨ªa y, para algunos, p¨®stuma. Las v¨ªctimas ven que se admite la responsabilidad por no informar del peligro de forma adecuada¡±.
Tras su diagn¨®stico de silicosis grado 1, la pregunta que se ha repetido Tom¨¢s durante los ¨²ltimos a?os es clara: ¡°?C¨®mo he aguantado en el puesto a sabiendas del peligro mortal que corr¨ªa? Ten¨ªa miedo a perder el trabajo, mucho miedo. Mis hijas me dec¨ªan ¡®pap¨¢, vete de ah¨ª¡¯ y yo les dec¨ªa que no pod¨ªa irme enfermo a buscar trabajo. ?Qui¨¦n me iba a contratar?¡±, interroga. Considera que ha tenido un sueldo ¡°alto¡± en la deprimida comarca del Almanzora, donde su empresa es el motor econ¨®mico indiscutible y ¡°al que todo el mundo a¨²n rinde pleites¨ªa¡±. Su salario no supera los 2.000 euros.
?Por qu¨¦ nadie dio la voz de alerta sobre los peligros de manipular el Silestone entre 1991 y 2009, cuando ya era demasiado tarde para muchos operarios? ¡°Ha sido un fallo sist¨¦mico, todo lo que pod¨ªa fallar ha fallado¡±, concluye el abogado. ¡°Cosentino, que copaba el mercado, es responsable como los otros fabricantes de encimeras, que ten¨ªan buenas fichas de sus productos, pero no distribuidas. Luego, los servicios de prevenci¨®n no pueden esconder la cabeza al no identificar ni evaluar la composici¨®n del producto, y muchas marmoler¨ªas no adaptaron medidas de seguridad colectivas en el trabajo, en parte por falta de informaci¨®n¡±.
La Inspecci¨®n de Trabajo almeriense sancion¨® a Cosentino por primera vez en 2002 con 40.000 euros, pero no difundi¨® una alerta nacional y advirti¨® de la dimensi¨®n del problema que se avecinaba. ¡°Ni tampoco el Instituto Nacional de Silicosis, ni la Comisi¨®n Nacional de Seguridad Minera, los sindicatos o el Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo lo hicieron¡±, a?ade el abogado. La primera vez que Cosentino inform¨® con claridad de los riesgos del Silestone fue en abril de 2009 y fue, se?ala el letrado, ¡°una reacci¨®n reactiva al caso de la marmoler¨ªa Cid [de Bermeo] donde hab¨ªan enfermado varios operarios, no motu proprio, como aclar¨® la Inspecci¨®n de Trabajo de Bizkaia¡±. Tambi¨¦n subraya Mart¨ªn el env¨ªo masivo de fichas que remiti¨® Cosentino del producto Silestone a unos 3.000 marmolistas en julio de 2010.
Cuando los cristales en suspensi¨®n se aspiran de manera continuada durante varios a?os, aparecen los n¨®dulos pulmonares. Estos son el principio de la enfermedad y aumentan en n¨²mero y tama?o hasta formar grandes masas, y provocar insuficiencia respiratoria y enfermedades reum¨¢ticas autoinmunes, entre otras dolencias. Para Tom¨¢s, un d¨ªa empezaron los s¨ªntomas y ya no se fueron: ¡°Cualquier repecho en la calle o esfuerzo f¨ªsico me costaba. Hac¨ªa deporte y ten¨ªa que pararme mucho porque se me sal¨ªa el coraz¨®n, no recuperaba el ox¨ªgeno. Ahora me da mucha tos ma?anera y por la noche inhalo aire m¨¢s fuerte de lo debido, me dice mi mujer¡±.
El 52% de los pacientes tiene una evoluci¨®n r¨¢pidamente progresiva, seg¨²n los m¨¦dicos especialistas que han estudiado estos pacientes. Mientras los casos de silicosis se multiplicaban por todo el pa¨ªs tras una agresiva evoluci¨®n de apenas cinco a?os de exposici¨®n en bastantes casos, en la inmensa sede de Cosentino la preocupaci¨®n por el polvo letal cund¨ªa en la plantilla. ¡°Cuando empec¨¦ me dieron una mascarilla de papel para un mes. Las medidas de seguridad han mejorado algo, pero siguen expulsando el ca?o de polvo por las turbinas, de noche, para que no se vea¡±, recuerda Tom¨¢s sobre las 14 l¨ªneas productivas de Silestone, que funcionan las 24 horas de los 365 d¨ªas al a?o.
El operario denuncia que las mediciones realizadas por los servicios de prevenci¨®n -en principio ajenos a la empresa y luego propios- evidenciaban los valores ¡°disparados¡± de exposici¨®n al s¨ªlice que respiraban, pero estos informes nunca vieron la luz. En paralelo, relata una connivencia ¡°hist¨®rica¡± entre la empresa y la Inspecci¨®n de Trabajo radicada en Almer¨ªa: ¡°Una vez al a?o los jefes nos advert¨ªan una semana antes de la visita de la Inspecci¨®n de Trabajo para parar las m¨¢quinas, escondernos en un foso y no salir hasta que acababa la visita¡±. Sobre estos avisos previos, fuentes del Ministerio de Trabajo y Econom¨ªa Social precisan que ¡°en funci¨®n del tipo de actuaci¨®n, se avisa a las empresas para que est¨¦n presentes los delegados de prevenci¨®n¡±.
El letrado reconoce el trabajo ¨ªmprobo de la inspectora de Trabajo de Bizkaia Livia Mart¨ªnez, cuya ¡°investigaci¨®n exhaustiva¡± concluy¨® que el fabricante inform¨® ¡°de manera ambigua¡± a los marmolistas. ¡°Se dej¨® las pesta?as y generaliz¨® el problema hasta provocar una alerta nacional a trav¨¦s del ministerio¡±, elogia. ¡°Me llam¨® la atenci¨®n la falta de sensibilidad y arrogancia de los responsables de Cosentino, al menos en los momentos iniciales¡±, destaca.
A pesar del punto de inflexi¨®n que ha supuesto la condena del consejero delegado de la multinacional, Francisco Mart¨ªnez Cosentino, que se sentar¨¢ en el banquillo el pr¨®ximo julio por otro proceso similar, Mart¨ªn reconoce que ha terminado ¡°una batalla muy importante contra un adversario con mucho poder econ¨®mico y grandes medios¡±. Y sobre la erosi¨®n que provoca un asunto laboral de 13 a?os, remata: ¡°A un abogado casos como este le gustan por la vertiente humana y un cierto romanticismo, pero tienen un coste personal de desgaste. Un punto de dureza que te marca porque pasa a ser algo m¨¢s que un trabajo¡±.
Una cascada de 23 casos judiciales
La multinacional Cosentino, líder del sector de las encimeras de cocina y que prepara su salida a Bolsa, afronta un horizonte complejo por una cascada de 23 procedimientos judiciales con marmolistas, servicios de prevención y otros suministradores de material, según fuentes de la multinacional.
La firma echa balones fuera sobre su responsabilidad al ocultar durante años datos de su producto estrella, el Silestone, y carga la culpa en las marmolerías por no instalar medidas de seguridad colectiva que expulsaran las nubes de polvo de sus naves. “El que hizo lo que pudo paga los platos rotos de las marmolerías y se lleva el reproche”, censuran fuentes de la compañía.
La juez de lo Penal 2 de Vigo, Montserrat Delgado, carga en su sentencia contra la firma: “La información facilitada [por Cosentino] en el año 2009 no era ni adecuada ni precisa, no ayudando a despejar las incógnitas respecto del grado de peligrosidad del producto, lo que contribuyó a que se siguieran produciendo casos de silicosis hasta 2010″.
La empresa asegura que hoy en día todos sus productos -como el Q50- tienen un contenido de sílice que no supera el 50%, mientras que los aglomerados de cuarzo tradicionales alcanzaron el 90% y su potencial contaminador era muy superior. “Continuamente mejoramos las condiciones y vigilancia de la salud de los trabajadores con la aspiración, humidificación y encapsulado de la materia prima”, añaden estas fuentes.
Solo entre 2019 y 2021, Cosentino ha registrado 95 casos de silicosis, según datos oficiales, aunque la cifra real es más abultada porque la firma ha cerrado decenas de acuerdos de confidencialidad con sus empleados para evitar la mala publicidad. Preguntada al respecto, la empresa alega que solo le constan 60 trabajadores enfermos desde que tiene registros.
La multinacional rechaza haber ocultado los informes de los servicios de prevención con niveles altos de exposición al sílice, así como la expulsión masiva de polvo de sus naves de madrugada. Al respecto, en 2019 la Inspección de Trabajo reprochó a la firma no haberle facilitado los estudios higiénicos entre 2000 y 2014 y no haber remediado la falta de medidas preventivas adecuadas para su plantilla.
?Tienes m¨¢s informaci¨®n? Escribe al autor a jmartina@elpais.es
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