Siete de cada diez hogares siguen en el mercado libre del gas pese a la enorme brecha de precios con la tarifa regulada

La mejor decisi¨®n que puede tomar hoy un hogar con caldera de gas natural es cambiarse a la Tarifa de ?ltimo Recurso (TUR) ¡ªcuyo precio fija trimestralmente el Gobierno¡ª. Est¨¢ hasta cuatro veces por debajo de los valores a los que las energ¨¦ticas est¨¢n renovando a sus clientes en el mercado libre. Sin embargo, una ampl¨ªsima mayor¨ªa ¡ªcasi seis millones o, lo que es lo mismo, m¨¢s de siete de cada diez¡ª sigue sin dar el paso. A finales de septiembre del a?o pasado eran ocho de cada diez.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico, Teresa Ribera, ha calculado este mi¨¦rcoles en 2,3 millones los consumidores dom¨¦sticos acogidos a la TUR. Pese a haber crecido en un 50% desde el verano pasado, esta cifra sigue estando a a?os luz del volumen de clientes acogidos al mercado libre: dado que, seg¨²n los datos de la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), a finales del a?o pasado hab¨ªa casi ocho millones de clientes minoristas de gas, se puede estimar que alrededor de 5,7 millones contin¨²an en el libre. Antes de la escalada de precios eran apenas 800.000 m¨¢s.

Tras las ¨²ltimas revisiones de tarifa aplicadas por las compa?¨ªas gasistas, los clientes del mercado liberalizado est¨¢n teniendo que afrontar facturas hasta tres y cuatro veces mayores cuando les toca renovar su contrato, tal como document¨® la semana pasada EL PA?S en un reportaje. Las facturas mensuales de algunos hogares, en los que el consumo de gas es particularmente alto, rondan los 900 euros mensuales.

El embudo de finales del verano y principios del oto?o pasado, cuando un gran n¨²mero de consumidores dom¨¦sticos pidi¨® el cambio a la TUR, es historia: las cuatro comercializadoras del mercado regulado han reforzado sus servicios de atenci¨®n al cliente y ahora el tr¨¢mite es mucho m¨¢s ¨¢gil que entonces. Aun as¨ª, siguen siendo muchas las familias que no terminan de dar el paso, en su mayor¨ªa por falta de informaci¨®n sobre la enorme brecha de precios entre ambos mercados. Esta situaci¨®n es, en gran medida, achacable a la escasa informaci¨®n y a la complejidad de todo cuanto tiene que ver con facturas energ¨¦ticas.

Ribera: ¡°Si alguien puede beneficiarse y no lo conoce, es un problema mayor¡±

¡°Nuestra preocupaci¨®n, como Gobierno, es que no haya nadie que pueda ser beneficiario y que no sepa que esto existe. Porque si alguien, por voluntad personal o por dificultad para ponerse de acuerdo [en el caso de las comunidades de vecinos] decide no acogerse [a la TUR], est¨¢ en su derecho¡±, ha afirmado Ribera. ¡°Pero si hay alguien que lo necesita y puede beneficiarse y no lo conoce, es un problema mayor¡±.

Aun siendo menor del que deber¨ªa, por el bien de las finanzas dom¨¦sticas de esos 5,7 millones de hogares que a¨²n no han salido del mercado libre, el ritmo de tr¨¢nsito a la TUR est¨¢ siendo rese?able en los hogares que cuentan con caldera individual. La historia es bien distinta en el caso de quienes cuentan con una caldera comunitaria. ¡°Su acceso est¨¢ siendo muy lento¡±, ha reconocido la ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica.

Seg¨²n las cifras del Gobierno, a¨²n no son ni 5.000 el total de comunidades de propietarios que se han cambiado a la TUR. Hace un mes eran 2.000. ¡°S¨ª sabemos, a trav¨¦s de las comercializadoras, que hay un inter¨¦s creciente¡±, ha deslizado Ribera. Los motivos por los que las comunidades de propietarios deciden no acceder, ha a?adido, ¡°pueden ser muy variopintas, desde dificultades para ponerse de acuerdo sobre la necesidad de contar con contador individual o para vincularse a esta tarifa¡±.

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