Reformar sin recortar
La reforma de pensiones supondr¨¢ una importante redistribuci¨®n de ingresos desde las rentas del capital hacia las rentas del trabajo
El Gobierno de coalici¨®n ha decidido superar durante esta legislatura algunos dogmas de la pol¨ªtica econ¨®mica, cambiando el paradigma dominante. Afront¨® la crisis de la pandemia con una pol¨ªtica fiscal fuertemente expansiva, en lugar de la austeridad impuesta durante la d¨¦cada anterior. La generalizaci¨®n de los ERTE y las ayudas a empresas tuvieron un resultado claramente positivo: en solo a?o y medio se recuper¨® el nivel de empleo previo a la pandemia, cuando en la crisis financiera anterior nos llev¨® toda una d¨¦cada alcanzar la ocupaci¨®n que ten¨ªamos en 2008.
Habr¨¢ quien piense que esta voluntad de reorientar la pol¨ªtica presupuestaria ha sido posible gracias exclusivamente a la enmienda que la Comisi¨®n Europea se ha hecho a s¨ª misma, desterrando la v¨ªa de los recortes en inversi¨®n y gasto p¨²blico. Sin embargo, la apuesta renovadora del Gobierno de coalici¨®n no solo ayud¨® al cambio de rumbo de la Comisi¨®n, sino que adem¨¢s ha permitido ir m¨¢s all¨¢, afectando a otros ¨¢mbitos de la pol¨ªtica econ¨®mica en nuestro pa¨ªs.
La mejor muestra de ello seguramente sea una pol¨ªtica laboral centrada en revertir la p¨¦rdida de derechos en la negociaci¨®n colectiva, en reducir la temporalidad (en lugar de profundizar en la desregulaci¨®n) y en subir el salario m¨ªnimo interprofesional (un 47% en los ¨²ltimos a?os).
Y algo similar podemos decir que sucede hoy en el ¨¢mbito de las pensiones. El Partido Popular opt¨®, en su reforma de 2013, por desconectar el crecimiento de las pensiones de la inflaci¨®n, deterior¨¢ndolas para hacer frente as¨ª al reto de la jubilaci¨®n de la generaci¨®n del baby boom. Se sacrificaba con ello la suficiencia de las prestaciones en el altar de la austeridad, algo dif¨ªcil de asumir en un sistema en el que el 56% de las pensiones no alcanzan los 1.000 euros al mes.
En contraposici¨®n con aquella reforma, el Gobierno de coalici¨®n ha tomado una decisi¨®n diametralmente opuesta: para fortalecer los derechos de los pensionistas, asegurar las prestaciones futuras y reconciliar suficiencia social y sostenibilidad financiera, se reforzar¨¢n los ingresos de la Seguridad Social durante las pr¨®ximas d¨¦cadas.
La mayor parte de estos nuevos ingresos vendr¨¢ de las cotizaciones empresariales, haciendo que esta reforma tenga un fuerte car¨¢cter redistributivo. En concreto, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional ¡ªuna cotizaci¨®n finalista para crear un ¡°colch¨®n¡± de reserva¡ª se duplicar¨¢, pasando de los 0,6 puntos actuales a 1,2 en el pr¨®ximo lustro. Adem¨¢s, se destopar¨¢ la cotizaci¨®n de las bases m¨¢ximas, de forma que las empresas coticen m¨¢s por los salarios que superen los 4.500 euros mensuales (en este momento todos los salarios por encima de ese umbral cotizan igual, sea cual sea su valor). Se establecer¨¢ asimismo una cuota de solidaridad (que crecer¨¢ hasta el 6% en 2045), para reforzar la cotizaci¨®n de los ingresos m¨¢s altos. Espa?a tiene margen para adoptar estas medidas: hoy nuestra base m¨¢xima de cotizaci¨®n se sit¨²a un 25% por debajo de la media de nuestros socios europeos.
Esta mejora de los ingresos presentes y futuros no solo permitir¨¢ que el sistema p¨²blico de pensiones afronte con m¨¢s garant¨ªas la jubilaci¨®n de los baby boomers. Tambi¨¦n servir¨¢ para asegurar la capacidad adquisitiva de las pensiones y para reforzar nuevos derechos: un compromiso de que las pensiones m¨ªnimas alcancen en el corto plazo el 60% de la renta mediana, y una mayor facilidad para que las mujeres completen las lagunas existentes en sus cotizaciones ¡ªhasta un total de siete a?os¡ª, con el objetivo de reducir la brecha de g¨¦nero del sistema.
La reforma recientemente acordada entre los socios de coalici¨®n, y suscrita por las organizaciones sindicales, permitir¨¢ adem¨¢s la convivencia durante dos d¨¦cadas de un r¨¦gimen dual en el periodo de c¨®mputo utilizado para el c¨¢lculo de la pensi¨®n, evitando as¨ª hacer un fetiche de esta cuesti¨®n. A millones de trabajadores les beneficia el modelo de c¨®mputo actual (que tiene en cuenta los ¨²ltimos 25 a?os), mientras que a otros muchos ¡ªaquellos m¨¢s j¨®venes, que han tenido y tendr¨¢n vidas laborales m¨¢s err¨¢ticas¡ª les favorecer¨¢ m¨¢s el nuevo modelo alternativo (de 29 a?os, descartando los 2 peores). La posibilidad de elegir entre ambos sistemas reforzar¨¢ los derechos para la mayor¨ªa de los trabajadores.
Esta reforma de pensiones supondr¨¢, en definitiva, una importante redistribuci¨®n de ingresos desde las rentas del capital hacia las rentas del trabajo, en la medida en que las empresas aportar¨¢n m¨¢s al sistema de pensiones, especialmente por los salarios m¨¢s altos. No se debe olvidar que las cotizaciones sociales pagadas por las empresas son una suerte de ¡°salario diferido¡±, que genera tanto derechos futuros de pensi¨®n como una mejor financiaci¨®n presente del sistema.
El Gobierno de coalici¨®n ha decidido reorientar la hoja de ruta que durante a?os ha seguido la pol¨ªtica econ¨®mica en nuestro pa¨ªs. Lo ha hecho en materia presupuestaria, en pol¨ªtica laboral y ahora tambi¨¦n en el ¨¢mbito de las pensiones. Es un golpe de tim¨®n que nos deber¨ªa permitir llegar a un nuevo puerto, con m¨¢s equidad y m¨¢s derechos sociales.
Nacho ?lvarez es secretario de Estado de Derechos Sociales del Gobierno de Espa?a y secretario de Econom¨ªa de Podemos.
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