Las empresas se vuelcan en proteger sus beneficios y alimentan la espiral inflacionista en la zona euro
Las compa?¨ªas elevan sus m¨¢rgenes gracias al aumento de los precios. Durante meses se temi¨® que fueran las subidas salariales las que aceleraran el incremento del IPC
¡°Pacto de rentas¡± es uno de los conceptos m¨¢s manidos en los ¨²ltimos tiempos. Cuando la inflaci¨®n empez¨® a apuntar maneras, el debate econ¨®mico se volvi¨® casi monotem¨¢tico: hab¨ªa que evitar una espiral precios-salarios-precios que pusiese las cosas a¨²n m¨¢s feas a largo plazo. M¨¢s de un a?o despu¨¦s, son los beneficios empresariales (y no los sueldos) los que est¨¢n espoleando la crecida inflacionaria en la eurozona. Una realidad especialmente visible ahora, cuando la energ¨ªa y las materias primas han dejado de ser el principal ingrediente del explosivo c¨®ctel que trae de cabeza a hogares y autoridades econ¨®micas.
Los datos del Banco Central Europeo (BCE) son elocuentes. En una reciente presentaci¨®n a analistas, el economista jefe de la instituci¨®n, Philip Lane, desliz¨® que a finales de 2022 los beneficios empresariales hab¨ªan crecido el doble que los costes laborales respecto al primer trimestre del a?o. Esa tendencia se produjo, sobre todo, en el sector agr¨ªcola ¡ªlos alimentos est¨¢n ahora en el ojo del hurac¨¢n¡ª, los servicios vinculados a hoteler¨ªa, restauraci¨®n y ocio ¡ªque tuvieron que cerrar durante la pandemia y que ahora est¨¢n haciendo su agosto¡ª, adem¨¢s de en la industria y la energ¨ªa.
Esa din¨¢mica, seg¨²n Lane, se ha acentuado a lo largo del ¨²ltimo a?o, dando la vuelta a lo que hab¨ªa ocurrido en los ejercicios anteriores. En paralelo, la preocupaci¨®n del Eurobanco no ha dejado de crecer: los datos fueron analizados en un c¨®nclave de banqueros centrales celebrado en Finlandia a finales de febrero. Seg¨²n public¨® Reuters, y explican fuentes conocedoras de ese encuentro, los economistas del BCE pasaron dos docenas de diapositivas que mostraban c¨®mo las empresas estaban aumentando sus m¨¢rgenes, y no al rev¨¦s, como cab¨ªa esperar ante las subidas de los costes. A partir de ese momento, la narrativa de la autoridad monetaria empez¨® a cambiar.
Hasta entonces, la presidenta del instituto emisor, Christine Lagarde, siempre hab¨ªa advertido en sus comparecencias sobre el peligro de que una eventual carrera por subir los salarios acabase alimentando la espiral inflacionista. Los costes laborales crecieron finalmente un 5,7% en la eurozona en el cuatro trimestre de 2022, seg¨²n Eurostat, con Espa?a en el furg¨®n de cola, mientras que la inflaci¨®n se situaba en el 9,2%. Es decir, no igualaron el alza de precios. Precisamente, el Banco de Espa?a publicaba este lunes un informe que indicaba que las empresas espa?olas casi duplicaron su beneficio en 2022, a la vez que mejoraban su rentabilidad.
Con esos nuevos datos en la mano, Lagarde introdujo la variable de los m¨¢rgenes en su discurso para posteriormente alentar una suerte de pacto de rentas. ¡°Muchas empresas pudieron aumentar sus m¨¢rgenes de beneficio en sectores que enfrentaban una oferta restringida y una demanda al alza¡±, afirm¨® la banquera central en la rueda de prensa posterior a la ¨²ltima reuni¨®n del Consejo de Gobierno del BCE. En el turno de preguntas, la francesa abog¨® por ¡°un reparto adecuado de la carga¡± de lo que calific¨® como un ¡°cuasi-impuesto¡±. ¡°Lo que nos preocupa es, cualquiera que sea el reparto de la carga, si eso se convierte en el efecto de segunda ronda que, francamente, no queremos ver¡±, afirm¨®.
Estamos, seg¨²n Isabella Weber, profesora de la Universidad de Massachusetts, ante un episodio de ¡°inflaci¨®n de vendedores: su principal motor est¨¢ siendo una espiral de precios-precios¡±, sentencia por correo electr¨®nico. ¡°Este episodio empez¨® con la ruptura de las cadenas de suministro, luego sigui¨® con la energ¨ªa y los alimentos¡ Pero esos choques se han ido absorbiendo, mayoritariamente¡±, rememora Xos¨¦ Carlos Arias, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Vigo. ¡°Ahora el principal elemento que queda es el de los m¨¢rgenes empresariales: se ha hablado mucho de los salarios, pero la cuerda se est¨¢ rompiendo por el otro lado. A estas alturas es dif¨ªcil tener una impresi¨®n diferente de esa¡±, apunta, sin atisbo de duda.
En la misma l¨ªnea, Jan Eeckhout, de la Barcelona School of Economics, constata un ¡°aumento sustancial¡± de los beneficios empresariales. ¡°En gran medida, porque han tenido un aumento nominal de ingresos y no han tenido que hacer frente a subidas salariales¡±. Esa escalada, dice, es un patr¨®n generalizado.
El mero hecho de que las empresas est¨¦n trasladando el grueso de su aumento de costes al precio de venta de sus productos y servicios ¡°ya es inflacionario, incluso si no aumentan sus m¨¢rgenes¡±, recuerda Raymond Torres. El director de coyuntura de Funcas observa, no obstante, una ¡°gran heterogeneidad entre sectores: en los que hay competencia, no se est¨¢ trasladando a precios el 100% del aumento de costes¡±. Una realidad, dice, que obliga a ¡°repensar¡± el entorno competitivo de industrias enteras: ¡°El problema de fondo es esa falta de competencia¡±.
La destrucci¨®n de competencia, por ejemplo, puede ser un factor que tambi¨¦n explique el aumento de los beneficios en la hosteler¨ªa. ¡°Durante la pandemia vimos c¨®mo algunas empresas desaparecieron. No sabemos a¨²n cu¨¢nta capacidad productiva se ha destruido y si los que han quedado han podido subir m¨¢rgenes a ra¨ªz de ello¡±, sostiene Rafael Dom¨¦nech, responsable de An¨¢lisis Econ¨®mico de BBVA Research. El economista, que advierte de que esos m¨¢rgenes pueden reflejar tambi¨¦n los est¨ªmulos fiscales gubernamentales, sostiene que el mercado acaba corrigiendo esas subidas con la irrupci¨®n de una mayor competencia. Pero eso implica tiempo.
La teor¨ªa cl¨¢sica dice que los episodios de inflaci¨®n tend¨ªan a enquistarse por una espiral precios-salarios. ¡°Esta vez, sin embargo, se puede afirmar taxativamente que la actual subida de precios no responde a los salarios que, m¨¢s bien, se est¨¢n quedando rezagados y que no est¨¢n teniendo ning¨²n impacto¡±, opina Arias, coautor de Laberintos de la prosperidad (Galaxia Gutenberg, 2021). ¡°Hay quien, desde el principio, vio la necesidad de un pacto de rentas solo por un lado: el del control de los salarios. Pero no es as¨ª: deb¨ªa afectar a todos los agentes de la econom¨ªa, tambi¨¦n a los empresarios. Si hay un problema de rentas sobre la inflaci¨®n, ese es el margen de muchas compa?¨ªas¡±.
Ojos del ayer para problemas del hoy
La ¨²ltima vez que Europa asisti¨® un episodio de inflaci¨®n fuerte fue en la d¨¦cada de los ochenta. Y las cicatrices siguen presentes hoy en la forma en la que analizamos el fen¨®meno, sus causas y sus consecuencias. ¡°En aquel momento, sin embargo, la realidad era otra¡±, recuerda Torres al otro lado del tel¨¦fono. ¡°El poder de negociaci¨®n de los trabajadores ha ca¨ªdo desde entonces, pero miramos a los efectos de segunda ronda con los ojos de hace 40 a?os y no con los de hoy. Es un error¡±, resuelve.
Andrew Glover, economista s¨¦nior de la Reserva Federal de Kansas City y autor de uno de los trabajos m¨¢s exhaustivos sobre c¨®mo las ganancias empresariales han alimentado la escalada de precios, cree, en cambio, que la inflaci¨®n inducida por los beneficios no es m¨¢s que el proleg¨®meno de un periodo en el que los salarios tomar¨¢n el relevo. ¡°Es dif¨ªcil diferenciar las espirales precios-salarios de las de precios-beneficios, porque las empresas no solo fijan sus precios de venta en funci¨®n de sus costes de producci¨®n actuales, sino tambi¨¦n de las expectativas¡±, explica por correo electr¨®nico. ¡°Y, si prev¨¦n un aumento r¨¢pido de los costes laborales el a?o que viene, suben precios y eso se traduce en mayores m¨¢rgenes y beneficios [a corto plazo]¡±.
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