El Banco de Espa?a calcula que las medidas del Gobierno en 2022 bajaron la inflaci¨®n en 2,3 puntos y subieron el PIB en 1,1
El supervisor alerta del impacto de la crisis energ¨¦tica en la competitividad de la industria y calcula que 1,6 millones de hogares en los que la energ¨ªa supone una proporci¨®n muy alta de sus gastos quedaron fuera de la ayuda de los 200 euros
El Banco de Espa?a ha actualizado sus c¨¢lculos sobre el impacto que han tenido las medidas del Gobierno a la hora de bajar la inflaci¨®n e impulsar la econom¨ªa. Estima que en 2022 el conjunto de iniciativas aprobadas redujo el IPC en 2,3 puntos y mejor¨® el PIB en 1,1 puntos. Entre estas se encontraban el mecanismo ib¨¦rico que pone un tope al precio del gas, las bajadas de impuestos en el recibo de la luz o las ya finalizadas subvenciones de 20 c¨¦ntimos al litro de combustible.
La invasi¨®n rusa de Ucrania ha puesto en evidencia las vulnerabilidades del modelo energ¨¦tico europeo. Los ajustes y las medidas expr¨¦s, ayudadas por la inestimable colaboraci¨®n de un invierno mucho m¨¢s suave de lo habitual, han tenido ¨¦xito a corto plazo y han logrado evitar el temido corte de suministro. Pero los desaf¨ªos estructurales siguen siendo muy importantes. El Banco de Espa?a advierte este mi¨¦rcoles de que a¨²n no ha llegado el momento de cantar victoria y dar por finalizada la crisis energ¨¦tica: aunque se ha superado el primer a?o de tensi¨®n, la dependencia no ha ca¨ªdo de forma estructural y no se puede descartar que en alg¨²n momento se puedan revertir las actuales din¨¢micas positivas observadas en los precios de la energ¨ªa. De hecho, los contratos de futuros indican un cierto repunte, seg¨²n alerta en un cap¨ªtulo sobre energ¨ªa incluido en su informe anual.
La UE ha sufrido unos incrementos de precios mayores que en otras ¨¢reas del mundo y, de mantenerse unos elevados costes de la energ¨ªa, la industria europea terminar¨ªa perdiendo competitividad y reduciendo su tama?o. Seg¨²n los datos que maneja el supervisor, la merma en la producci¨®n de la industria europea ha sido compensada con mayores importaciones de fuera de la UE. Es m¨¢s: en sus gr¨¢ficos se aprecia c¨®mo las distintas ramas industriales sufren retrocesos proporcionales a lo que aumentan las importaciones en esas mismas categor¨ªas de productos. A juicio del supervisor, esto revela el da?o que podr¨ªa producirse en el supuesto de que se enquisten unos precios altos de la energ¨ªa. Todav¨ªa queda recorrido para que el made in Europe vuelva a ser competitivo, destaca. Seg¨²n otros expertos, las mayores importaciones, sobre todo de bienes intermedios, tambi¨¦n son una forma de proteger los procesos industriales con mayor valor a?adido, trayendo de fuera los insumos m¨¢s intensivos en energ¨ªa.
En estas circunstancias, se antoja todav¨ªa m¨¢s necesario profundizar en el despliegue de las energ¨ªas verdes. Sobre todo en pa¨ªses como Espa?a, que tiene las mejores condiciones de Europa para la solar fotovoltaica y las segundas mejores ¡ªsolo tras Francia¡ª para la e¨®lica terrestre. Los costes de producir electricidad con sol y viento han descendido de forma considerable en la ¨²ltima d¨¦cada hasta quedarse incluso por debajo de los combustibles f¨®siles: nada es m¨¢s barato que la e¨®lica terrestre y la energ¨ªa fotovoltaica.
El organismo recuerda, no obstante, que la transici¨®n energ¨¦tica conlleva costes sustanciales al tener que penalizar con impuestos los f¨®siles. M¨¢xime cuando la dependencia de estos es algo superior en el caso espa?ol, en parte porque en el caso del transporte es menos eficiente debido a que la carretera se usa mucho m¨¢s que el tren para el trasiego de mercanc¨ªas; en parte porque el parque de camiones es m¨¢s antiguo y est¨¢ menos electrificado. La intensidad energ¨¦tica del transporte es un 20% mayor en Espa?a, seg¨²n se desprende de los datos del Banco de Espa?a.
La transici¨®n crea, adem¨¢s, nuevas dependencias que poco o nada tienen que ver con las de la era f¨®sil. Los materiales necesarios como el litio o el cobalto proceden en gran parte de pa¨ªses como China. Tambi¨¦n la producci¨®n de placas solares, que supone un 35% del coste total de la inversi¨®n en una planta fotovoltaica. Otro reto de calado, a?ade, son los mayores desarrollos tecnol¨®gicos que hacen falta para conseguir los objetivos de descarbonizaci¨®n en materias como las bater¨ªas, el hidr¨®geno verde o los sistemas de captura y almacenamiento de carbono. Incluso se recuerda que har¨ªan falta pol¨ªticas compensatorias para los territorios que acogen las plantas renovables. Y se apunta que podr¨ªa implicar la creaci¨®n de nuevos cuellos de botella en los suministros y el incremento de los costes laborales por la demanda de trabajadores con perfiles muy especializados.
La UE ha demostrado una capacidad elevada para reducir sus importaciones energ¨¦ticas de Rusia y adaptar su demanda de energ¨ªa en el corto plazo. No obstante, en este cap¨ªtulo Espa?a figura tras Eslovaquia como el pa¨ªs que menos ha reducido su consumo de gas natural, si bien estaba menos expuesto y ha exportado mucha electricidad producida con gas debido al par¨®n nuclear franc¨¦s. Tambi¨¦n puede haber contribuido la sequ¨ªa de la hidroel¨¦ctrica y el funcionamiento del mecanismo ib¨¦rico que limita el precio del gas, que se valora como positivo a la hora de reducir los precios y mejorar la actividad pero que ha aumentado las exportaciones energ¨¦ticas.
El paraguas de los 200 euros
La incidencia de la crisis energ¨¦tica en hogares y empresas est¨¢ siendo muy variada. En principio sufren m¨¢s las familias vulnerables, las empresas intensivas en energ¨ªa y las peque?as. Seg¨²n los c¨¢lculos del supervisor, un 15% de los hogares espa?oles presenta un gasto energ¨¦tico desproporcionadamente alto. Esto es: aquellos en los que su gasto en suministros energ¨¦ticos, en relaci¨®n con sus ingresos, supera el doble de la mediana nacional. Se trata de un porcentaje menor que en otros pa¨ªses europeos gracias a las condiciones clim¨¢ticas. Pero se concentra sobre todo en las rentas bajas.
Las estimaciones del banco concluyen que la ayuda de los 200 euros podr¨ªa alcanzar a unos 3,6 millones de hogares, de los cuales solo la mitad tiene ese energ¨¦tico desproporcionado. En cambio, de acuerdo con sus c¨¢lculos, habr¨ªa m¨¢s de mill¨®n y medio de familias con un desembolso desmesurado en la factura energ¨¦tica que se quedar¨ªa fuera del per¨ªmetro de estas subvenciones. Su recomendaci¨®n, por tanto, es que tambi¨¦n hay que mirar el gasto, y no solo la renta, a la hora de afinar los criterios de la ayuda. ¡°En cualquier caso, se estima que, por deciles de renta, podr¨ªan acceder a esta ayuda en torno a la mitad de los hogares situados en el 40% inferior de la distribuci¨®n de la renta¡±, concluye. Es decir, esta iniciativa, a diferencia de muchas otras aprobadas por la crisis energ¨¦tica, s¨ª que ha sido m¨¢s focalizada como ven¨ªa reclamando el organismo.
El supervisor observa que existen diferencias muy significativas entre pa¨ªses en la manera en que se trasladan los precios mayoristas de la electricidad a los minoristas. De hecho, ahora el Gobierno ya ha dise?ado una reforma para tratar de quitar volatilidad a los precios que entrar¨¢ en vigor a principios de 2024. En las facturas de gas y electricidad de los hogares espa?oles, el peso de los impuestos y los costes regulados es mayor que en la media de la UE. En cambio, el recibo de las empresas soporta en menor medida esos costes y tributos. En la gasolina y el gas¨®leo, la tributaci¨®n es m¨¢s baja que en el promedio comunitario.
Por otra parte, el Banco de Espa?a hace mucho hincapi¨¦ en la gran importancia que tendr¨¢ la financiaci¨®n en el camino hacia el nuevo modelo energ¨¦tico: hace falta un fondo com¨²n europeo que garantice que de la transici¨®n no salgan ganando aquellos pa¨ªses que tienen una mayor capacidad fiscal, sostiene.
Otro elemento esencial es avanzar en la integraci¨®n del mercado energ¨¦tico europeo. En este sentido, Espa?a aparece muy aislada junto a Portugal, con una capacidad de interconexi¨®n el¨¦ctrica y gasista muy por debajo de la del resto de grandes socios del bloque y, tambi¨¦n, de los objetivos fijados por Bruselas: los Pirineos siguen siendo una barrera demasiado grande. Ni siquiera la entrada en vigor del nuevo cable del golfo de Vizcaya ser¨¢ suficiente para equilibrar la partida. Esta desconexi¨®n es la misma que ha permitido la aprobaci¨®n de la excepci¨®n ib¨¦rica por parte de la Comisi¨®n Europea, que acaba de ser renovada hasta final de a?o, pero a¨²n queda mucho por hacer: la ¨²nica forma de garantizar el equilibrio en el precio entre Estados es haciendo posible los intercambios.
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