La falta de materias primas y la competencia de EE UU amenazan la producci¨®n europea de bater¨ªas

Europa inici¨® hace unos a?os la carrera para autoabastecerse de bater¨ªas y facilitar por esa v¨ªa la reconversi¨®n de su industria del autom¨®vil hacia el veh¨ªculo el¨¦ctrico. Uno de los ejemplos m¨¢s claros es el de la gigafactor¨ªa que se pondr¨¢ en marcha en Sagunto (Valencia) en 2025. Los pasos que se han dado hasta ahora, sin embargo, no son del todo suficientes, seg¨²n el Tribunal de Cuentas Europeo...

Europa inici¨® hace unos a?os la carrera para autoabastecerse de bater¨ªas y facilitar por esa v¨ªa la reconversi¨®n de su industria del autom¨®vil hacia el veh¨ªculo el¨¦ctrico. Uno de los ejemplos m¨¢s claros es el de la gigafactor¨ªa que se pondr¨¢ en marcha en Sagunto (Valencia) en 2025. Los pasos que se han dado hasta ahora, sin embargo, no son del todo suficientes, seg¨²n el Tribunal de Cuentas Europeo, que en un informe publicado este lunes detecta dos riesgos evidentes: la competencia de EE UU para atraer a los fabricantes de celdas de bater¨ªas gracias a sus ayudas a las inversiones y a productos fabricados en ese pa¨ªs y la falta de seguridad en el suministro de materias primas para sostener la producci¨®n necesaria de la UE. ¡°Ser¨ªa bueno que la Comisi¨®n Europea repasara o elaborara una nueva estrategia para que quede claro si podemos hacer las bater¨ªas nosotros mismos o si dependeremos de las que procedan de fuera de Europa o si no cumpliremos los objetivos de cero emisiones¡±, ha afirmado Annemie Turtelboom, miembro del tribunal y una de las autoras del estudio, que ha sido muy contundente cuando ha se?alado: ¡°2035 es ma?ana y estamos preocupados¡±, respecto al margen temporal que queda hasta que se proh¨ªba la venta de coches de combusti¨®n en los Veintisiete.

Uno de los temores principales que apunta el trabajo es que el aumento del coste de producci¨®n, tanto por la energ¨ªa como por la escasez de la materia prima, puede hacer que las bater¨ªas encarezcan de tal modo los veh¨ªculos el¨¦ctricos que los hagan ¡°inasequibles¡± para los compradores, ¡°reduciendo as¨ª la demanda de veh¨ªculos el¨¦ctricos y la justificaci¨®n econ¨®mica de invertir en instalaciones de producci¨®n¡±, un aut¨¦ntico pez que se muerde la cola.

El punto de partida del informe son los objetivos marcados por el Pacto Verde Europeo. Esa estrategia contempla la puesta en circulaci¨®n de 13 millones de autom¨®viles de cero emisiones o de bajas emisiones en 2025 y un aumento hasta los 30 millones en 2030. Los Veintisiete ya han anunciado que, para cinco a?os despu¨¦s, la comercializaci¨®n de veh¨ªculos con motores de combusti¨®n quedar¨¢ prohibida en su territorio. Los autores del informe se?alan que el plan de acci¨®n que la Comisi¨®n Europea puso en marcha en 2018 es positivo en su conjunto, matizan que este ten¨ªa ¡°omisiones¡± que amenazan sus objetivos, al ser posible que no se consigan las bater¨ªas necesarias para los veh¨ªculos fabricados en el continente o que estas procedan de otras regiones, manteniendo la actual dependencia.

Uno de los elementos que est¨¢n en entredicho es que se pueda alcanzar la capacidad de producci¨®n de 1.200 gigavatios por hora en bater¨ªas en 2030 (en 2020 era de 44GWh) ¡°por factores geopol¨ªticos y econ¨®micos¡±, especialmente por la alta dependencia de suministros procedentes de importaciones. ¡°A partir de 2030, los fabricantes de la UE se enfrentan a una inminente escasez de materias primas para bater¨ªas¡±, se?ala el informe, que acusa de esa incertidumbre a la carrera mundial por hacerse con el cobalto, litio, manganeso, grafito y n¨ªquel necesarios para fabricar celdas de bater¨ªas, su encarecimiento y la ausencia de un plan minero para abastecerse de esos productos internamente en Europa.

El informe pone de manifiesto que, pese a las promesas de la Comisi¨®n Europea, la UE ¡°sigue careciendo de acuerdos de libre comercio¡± con los principales productores mundiales de materias primas para bater¨ªas. Destaca China, pero tambi¨¦n Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y Australia. Mientras tanto, ha denunciado Turtelboom, los procesos para explotar minas siguen siendo largos y complejos en Europa. Han de pasar entre 12 y 16 a?os para poner en marcha una explotaci¨®n y la otra v¨ªa de conseguir el mineral necesario, el reciclado, es muy accesorio porque de momento el n¨²mero de veh¨ªculos con bater¨ªas que circulan por las carreteras europeas es escaso, apenas un 1% de todo el parque. El Tribunal de Cuentas expone la gravedad del asunto: ¡°Dos proyectos europeos de fabricaci¨®n de bater¨ªas financiados con el presupuesto de la UE y examinados por nuestra auditor¨ªa cuentan con acuerdos contractuales que garantizan el suministro de materias primas para solo 2 o 3 a?os de producci¨®n futura¡±.

China era en 2021 el principal fabricante de bater¨ªas, con un 76% de la capacidad mundial. La Uni¨®n Europea y Estados Unidos le segu¨ªan con un 7% cada uno. Y aunque la fabricaci¨®n europea hab¨ªa tomado ventaja en la industria de los veh¨ªculos el¨¦ctricos, esta podr¨ªa quedar rezagada a causa de la fuerte pol¨ªtica inversora de Estados Unidos. Entre 2022 y 2031 prev¨¦ inyectar 6.000 millones de d¨®lares adem¨¢s de otros 15.900 millones en cr¨¦ditos fiscales para la producci¨®n de toda la cadena de valor de las bater¨ªas, incluida la explotaci¨®n de minerales. Y adem¨¢s prev¨¦ destinar otros 7.500 millones para subvencionar la adquisici¨®n de veh¨ªculos el¨¦ctricos fabricados en Estados unidos o en otros pa¨ªses con el que tengan firmado un tratado de libre comercio. El objetivo es subvencionar un mill¨®n de coches.

Las cifras que el informe aporta sobre ayudas europeos se refieren al periodo 2014 y 2021, muy inferiores, y no tienen en cuenta los fondos Next Generation. En todo caso, el Tribunal de Cuentas s¨ª que advierte de los problemas que se derivan de los flujos de ayudas comunitarios y los estatales, que acaba generando una ¡°situaci¨®n perjudicial¡± para el plan de desarrollo de bater¨ªas en su conjunto. ¡°Los fabricantes de bater¨ªas pueden revertir sus planes de desplegar la capacidad de producci¨®n de la UE en respuesta a las condiciones financieras m¨¢s atractivas ofrecidas por otras regiones del mundo¡±, concluye.

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