El sur ense?a las garras al BCE ante la previsi¨®n de m¨¢s subidas de tipos
Italia y Portugal cargan contra la pol¨ªtica monetaria restrictiva del Eurobanco. Los pa¨ªses meridionales exhiben una mejor hoja de servicios que el norte en la batalla contra la inflaci¨®n
La abrupta subida de los tipos de inter¨¦s acometida por el Banco Central Europeo (BCE) empieza a reabrir viejas grietas que se empezaban a quedar olvidadas en las principales capitales europeas. Por primera vez en a?os, algunos pa¨ªses meridionales, esta vez alumnos aventajados de la clase en lo que a inflaci¨®n se refiere, est¨¢n empezando a ense?ar las garras al instituto emisor tras los ¨²ltimos endurecimientos de la pol¨ªtica monetaria. Y amenazan con enturbiar el ¡ªal menos en los ¨²ltimos tiempos¡ª pl¨¢cido clima en el que Christine Lagarde y el Consejo de Gobierno del Eurobanco toman sus decisiones, tras haber llevado la tasa al 4%, el nivel m¨¢s alto desde la creaci¨®n de la moneda ¨²nica. Si no hay sorpresas, el pr¨®ximo jueves el precio del dinero volver¨¢ a subir de nuevo.
La primera en abrir la veda ha sido la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que ha se?alado a Fr¨¢ncfort por estar aplicando una ¡°receta simplista¡± en su combate contra la inusitada escalada de los precios. ¡°Debemos tener en cuenta el riesgo de que las constantes subidas de tipos perjudiquen a nuestras econom¨ªas m¨¢s que la propia inflaci¨®n: que la medicina acabe haciendo m¨¢s da?o que la enfermedad¡±, desliz¨® la ultraderechista, haci¨¦ndose eco de un mensaje que ya llevaban d¨ªas aireando varios de sus ministros.
Solo un d¨ªa despu¨¦s, y aunque en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas de Meloni, fue el turno del primer ministro portugu¨¦s, Ant¨®nio Costa, que acus¨® al BCE de no entender la ¡°naturaleza espec¨ªfica¡± del ciclo inflacionista en el que est¨¢ inmersa la eurozona y de no haber tenido en cuenta ¡°debidamente¡± los sectores que lo han alimentado. ¡°Eso limita mucho la capacidad de enfrentarlo, porque si no acertamos bien en el diagn¨®stico, la terapia raramente acierta¡±, desliz¨® en la ¨²ltima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en la UE. A rebufo, el ministro luso de Finanzas, Fernando Medina, ha advertido esta semana de que tantas subidas de tipos en tan poco tiempo hacen peligrar la marcha econ¨®mica de la eurozona: ¡°Ahora, los riesgos sobre el crecimiento europeo son m¨¢s altos¡±.
Las cr¨ªticas vertidas desde dos de los principales exponentes del sur de la UE ¡ªen las que Espa?a, que ocupa la presidencia de turno del Consejo de la UE, apenas ha participado: Nadia Calvi?o se ha limitado a desear ¡°acierto¡± al BCE para frenar la inflaci¨®n ¡°sin causar una recesi¨®n en Europa¡±¡ª, responden a una realidad palpable: por primera vez en mucho tiempo, su hoja de servicios antiinflacionista es mejor que la de los pa¨ªses del centro y del norte. Particularmente ¡ªy esto es importante¡ª mejor que la de Alemania, el pa¨ªs m¨¢s grande de la eurozona, al que hist¨®ricamente m¨¢s atiende el BCE y donde la subida de precios m¨¢s se ha enquistado.
En junio, Espa?a lidera el proceso desinflacionario con una subida anual de solo el 1,9% en junio, codo con codo con B¨¦lgica y Luxemburgo y ya por debajo del objetivo del Eurobanco. Tanto Grecia y Chipre (2,7%), como Portugal (4,7%) y Francia (5,3%) tambi¨¦n se sit¨²an por debajo de la media de los pa¨ªses del euro. Solo Italia (6,7%) queda por encima.
¡°Estamos asistiendo a una anomal¨ªa hist¨®rica, una asimetr¨ªa muy grande entre las tasas de inflaci¨®n del norte y las del sur a favor del segundo. Es sorprendente¡±, esboza Xos¨¦ Carlos Arias, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Vigo. En este caldo de cultivo, dice, ¡°no es extra?a la reacci¨®n de quienes pueden verse afectados por una pol¨ªtica demasiado astringente¡±. Las cosas se complican para el BCE: ¡°En los ¨²ltimos a?os hab¨ªa logrado un cierto equilibrio, pero a partir de ahora no va a ser as¨ª; todo es una cuesti¨®n de proporciones y equilibrios, y podemos estar cerca del momento en el que la cuerda puede romperse de verdad si siguen subiendo tipos. Su ¨¦xito a la hora de evitar la fragmentaci¨®n financiera podr¨ªa empezar a estar en riesgo¡±. El gran peligro, zanja, es que el BCE ¡°atienda demasiado a lo que ocurre en Alemania y a los pa¨ªses del norte, y no tanto al resto. La situaci¨®n entre pa¨ªses no es ni mucho menos la misma, y eso tiene que tenerlo en cuenta¡±.
¡°La econom¨ªa est¨¢ siendo mucho m¨¢s resistente a la subida de tipos de lo que se pensaba, y eso es bueno¡±, apunta el economista ?ngel Ubide. ¡°Pero eso, a la vez, est¨¢ obligando al BCE a subir m¨¢s los tipos de lo que se pensaba en un principio¡±. Aunque considera que el BCE ¡°lo est¨¢ haciendo bien¡±, Ubide tambi¨¦n cree que ¡°pronto podr¨¢ permitirse una pausa, como la Reserva Federal, y tomarse un poco m¨¢s de tiempo¡±. ¡°A la vista de las declaraciones p¨²blicas, ese parece que es el debate en del Consejo de Gobierno, y en ese debate es en el que hay que enmarcar las declaraciones de Italia y de Portugal¡±, agrega. ¡°Hasta ahora lo ha tenido muy f¨¢cil, porque hab¨ªa que subir los tipos s¨ª o s¨ª, pero ahora es natural que empiece a haber divisi¨®n de opiniones¡±.
Alzas menos justificadas que en el norte
Con las cifras de inflaci¨®n en la mano, las subidas de tipos est¨¢n mucho menos justificadas en la Europa meridional que en la septentrional. Lagarde, sin embargo, sigue apostando por nuevas alzas, y eso escama a Roma y a Lisboa. Tambi¨¦n a Madrid, aunque haya optado por no verbalizarlo. ¡°A¨²n no hemos terminado el trabajo¡±, desliz¨® la jefa del BCE a finales de junio en Sintra, solo unas horas antes de que Meloni y Costa entrasen al trapo. ¡°Es improbable que podamos decir pronto que los tipos han tocado techo¡±. En poco m¨¢s de un a?o, el precio del dinero en la eurozona ha pasado del 0,5% al 4%, un umbral in¨¦dito en la era del euro. Es, tambi¨¦n, la subida m¨¢s r¨¢pida desde que hay registros.
¡°Es verdad que la inflaci¨®n general se ha moderado de forma muy significativa en el sur, sobre todo en Espa?a y Portugal, por el efecto base [la comparaci¨®n con el mismo mes del a?o pasado]¡±, reconoce Mar¨ªa Romero, socia directora de Econom¨ªa de Analistas Financieros Internacionales (AFI). ¡°Lo que pasa es que el BCE en lo que se fijan es en la inflaci¨®n subyacente [sin energ¨ªa y alimentos], que es la que m¨¢s cuesta hacer regresar al carril del 2%¡±. A su juicio, el diagn¨®stico del BCE es ¡°el correcto¡±: Romero ve ¡°justificadas¡± tanto las subidas ya adoptadas como el mensaje de Lagarde de que el precio del dinero seguir¨¢ al alza en los pr¨®ximos meses.
En la misma l¨ªnea, el economista Ignacio Ezquiaga subraya que la pol¨ªtica monetaria solo ha empezado a ser restrictiva de marzo para ac¨¢. Hasta ese mes, dice, sus decisiones ¡°apenas han tenido influencia¡± sobre la actividad econ¨®mica. ¡°Ahora es la hora de la verdad, y qu¨¦ mejor indicador para el BCE que algunos Gobiernos empiecen a protestar: que haya voces discordantes como, por otra parte, las ha habido toda la vida¡±. El trabajo de un banco central, dice al otro lado del tel¨¦fono, es frenar la inflaci¨®n, ¡°y de momento no lo ha conseguido: la subyacente no ha bajado pr¨¢cticamente nada¡±.
La deuda, clave
La segunda foto fija que permite entender el porqu¨¦ de esta oleada de avisos sure?os al BCE para que atempere la escalada de tipos es la de la deuda p¨²blica. A cierre del a?o pasado ¡ªlos ¨²ltimos datos que permiten hacer una comparaci¨®n homog¨¦nea entre pa¨ªses¡ª sit¨²an a Grecia (171%), Italia (144%), Portugal (114%), Espa?a (113%) y Francia (112%) en cabeza en pasivos sobre PIB. Aunque todos ellos han aprovechado los bajos rendimientos de los ¨²ltimos a?os para alargar sus vencimientos y abaratar su factura, el mayor servicio de la deuda hace que el encarecimiento del dinero tenga un impacto mayor para ellos que para la media de la eurozona (92% de deuda sobre PIB) o que para Alemania (66%) o Pa¨ªses Bajos (51%), hist¨®ricamente los dos m¨¢s beligerantes con este asunto y que empiezan a dar se?ales de querer regresar a la austeridad.
Pese al reciente movimiento de Alemania, que trae reminiscencias de otros tiempos ¡ªde infausto recuerdo para el sur¡ª, esta vez, como recordaba recientemente en el Financial Times el ex economista jefe del Banco de Inglaterra, Andy Haldane, la austeridad es monetaria. ¡°Los bancos centrales deber¨ªan seguir el principio de prudencia para evitar una sobredosis en la econom¨ªa¡±, escrib¨ªa. En plata: pasarse de frenada parece hoy un riesgo mayor que quedarse corto.
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