Las b¨²squedas m¨¢s rentables, la relaci¨®n amor-odio con Apple y otras revelaciones del juicio a Google
Las comparecencias de testigos han terminado, pero las partes tienen hasta mayo para presentar sus conclusiones. El juez asegura que a¨²n no sabe qu¨¦ decidir¨¢
¡±iPhone¡° es una de las b¨²squedas que genera a Google m¨¢s ingresos por publicidad. Ese dato confidencial que la empresa intent¨® sin ¨¦xito mantener en secreto ilustra la relaci¨®n de amor-odio entre Apple y Google en torno a la que ha girado el juicio contra el buscador por presunto abuso de su posici¨®n dominante. Las 10 semanas de testimonios en el juzgado federal n¨²mero 10 de Washington han arrojado luz sobre lo que ha sido una relaci¨®n t¨®xica, no para Apple y Google, sino para el mercado y la competencia, seg¨²n el Departamento de Justicia.
M¨¢s de medio centenar de testigos han desfilado a lo largo de m¨¢s de dos meses por la sala del juzgado federal n¨²mero 10 de Washington. Entre ellos han estado Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, y Sundar Pichai, el jefe de Google, expertos, catedr¨¢ticos y directivos del buscador y de otras empresas tecnol¨®gicas. Las comparecencias se cerraron el jueves, pero la resoluci¨®n del caso de competencia m¨¢s importante en dos d¨¦cadas a¨²n tardar¨¢ meses. El juez Amit Mehta, nombrado en 2014 por Barack Obama, ha pedido a las partes que remitan sus informes de conclusiones en los pr¨®ximos meses y las ha emplazado a comparecer a principios del a?o pr¨®ximo para los alegatos finales.
¡°Puedo decirles hoy aqu¨ª sentado que no tengo ni idea de lo que voy a hacer¡±, dijo Mehta el jueves al cerrar la fase de testimonios. Si el juez concluye que Google ha abusado de su posici¨®n dominante en el mercado estadounidense de las b¨²squedas por internet, donde acapara una cuota de mercado del 90%, a¨²n deber¨ªan discutirse en un nuevo procedimiento los remedios m¨¢s apropiados a adoptar. La paradoja es que un fallo que impidiese a Google renovar sus acuerdos con Apple podr¨ªa perjudicar m¨¢s a esta ¨²ltima que al propio buscador.
La tesis de Google es que su ¨¦xito se debe a que su tecnolog¨ªa es superior, a que ha desarrollado nuevos servicios y herramientas, desde su navegador Chrome a su sistema operativo para m¨®viles Android, que han permitido aumentar la cantidad y calidad de las b¨²squedas. La tesis del Departamento de Justicia es que el buscador ha llegado a acuerdos desde su posici¨®n de dominio que han cerrado el paso a la competencia. Las dos tesis son hasta cierto punto compatibles.
Las transcripciones de las declaraciones de los testigos ocupan miles de folios. A eso se suman centenares de anexos y documentos que se han ido proyectando en la vista oral, incluidos informes internos y comunicaciones privadas entre directivos de la empresa acusada. Parte de ellos se han mantenido confidenciales, pero otros han desvelado secretos de Google.
Un documento fechado el 12 de octubre de 2018 ordena las 20 b¨²squedas m¨¢s rentables, las que generaron m¨¢s ingresos en Estados Unidos, la semana del 22 de septiembre de 2018. ¡°iphone 8¡å y ¡°iphone 8 plus¡± son las dos primeras; ¡°iphone¡± a secas tambi¨¦n aparece en el listado. El nuevo modelo del tel¨¦fono de Apple acababa de salir al mercado y los distribuidores pagaban por situarse en el buscador para vender los smartphones o accesorios. Seguros de coche, vuelos baratos y servicios de televisi¨®n de pago dominan el resto del listado.
Ese listado es m¨¢s bien anecd¨®tico. El foco de la demanda presentada por el Departamento de Justicia desde el principio estuvo puesto en los acuerdos por los que Google ha pagado decenas de miles de millones de d¨®lares para ser el buscador por defecto de navegadores y tel¨¦fonos m¨®viles. El Departamento de Justicia gan¨® la batalla para que esa cifra, aun sin desglosar, se hiciera p¨²blica. Solo en 2021, Google pag¨® 26.344 millones de d¨®lares (unos 24.100 millones de euros al tipo de cambio actual) para ser el buscador por defecto como costes de adquisici¨®n de tr¨¢fico. La cifra figura en una diapositiva interna de la compa?¨ªa cuyo secreto se levant¨® solo parcialmente. El principal beneficiario de esos pagos es Apple.
El Departamento de Justicia ha llevado a expertos y a rivales de Google para que argumentasen c¨®mo esos acuerdos perjudicaban a la competencia. Pero quiz¨¢ el momento clave del juicio se produjo al testificar el propio consejero delegado de Google, Sundar Pichai, citado por la defensa. En la primera parte de su declaraci¨®n, a preguntas del abogado de Google, cont¨® su historia personal de ¨¦xito hasta llegar a la cima de Google y defendi¨® de modo convincente las aportaciones tecnol¨®gicas de Google. Luego, lleg¨® la fiscal Meagan Bellshaw.
La letrada del Departamento de Justicia utiliz¨® los documentos de la propia empresa para acorralar a Pichai. Lo hizo con suavidad, pero con firmeza, conquistando terreno con preguntas sencillas, con las que consegu¨ªa que el jefe de Google fuese admitiendo, uno por uno, los puntos clave que apuntalaban su demanda. (Lea aqu¨ª la transcripci¨®n ¨ªntegra de la declaraci¨®n en ingl¨¦s).
¡°?Usted no autorizar¨ªa contratos para pagar miles de millones de d¨®lares cada a?o por ser el buscador por defecto si no fuera bueno para Google, verdad?¡±, preguntaba Bellshaw. ¡°Correcto¡±, respond¨ªa Pichai. Una vez que hubo sentado las premisas, atac¨® con una carta que Google envi¨® a Microsoft cuando la compa?¨ªa fundada por Bill Gates iba a usar por defecto en su nueva versi¨®n de Internet Explorer su propio buscador. Bellshaw fue subrayando fragmentos de esa carta que eran como dagas en la estrategia de defensa de Google. El buscador dec¨ªa a Microsoft que los usuarios no cambian la configuraci¨®n por defecto y que la decisi¨®n de Microsoft podr¨ªa da?ar a la competencia. Y la fiscal iba dejando que Pichai fuese ratificando todo.
¡°Y como los usuarios no cambian los valores predeterminados, ?a Google le preocupaba profundamente que las acciones de Microsoft pudieran da?ar el proceso competitivo?¡±, preguntaba. ¡°S¨ª, eso es lo que el se?or Drummond [responsable legal de Google] est¨¢ articulando aqu¨ª¡±, admit¨ªa Pichai. En alg¨²n momento, el jefe de Google dec¨ªa que depend¨ªa del contexto y de las condiciones, para admitir que ¡°hay situaciones en las que las configuraciones por defecto son muy valiosas¡±. Pero la fiscal no le dejaba tampoco esa escapatoria. ¡°Y las configuraciones por defecto son muy valiosas para la competencia en las b¨²squedas, ?verdad?¡±. ¡°S¨ª¡±, volv¨ªa admitir Pichai.
La letrada trataba de argumentar que Google quer¨ªa con sus acuerdos evitar que Apple se convirtiera en un competidor. Exhibi¨® un mensaje de Sundar Pichai en el que ped¨ªa que le informasen mensualmente de posibles empleados de los servicios de b¨²squeda que se pasasen a la competencia. Y a?ad¨ªa: ¡°Si alguien de b¨²squedas [se va] a Apple, por favor env¨ªeme un correo electr¨®nico directamente en cada caso individual¡±. ¡°?No recibe un aviso cuando cada uno de los 180.000 empleados deja Google, ?verdad?¡±, ironiz¨® la fiscal.
Se centr¨® en un informe sobre una reuni¨®n de directivos de Google y Apple en la que estaban Pichai y Tim Cook, en la que se hablaba precisamente de esos acuerdos para que Google fuera en exclusiva el buscador por defecto de los iPhone, iPad y Mac de Apple a trav¨¦s de su navegador Safari. ¡°?Qui¨¦n es Tim Cook, solo para que conste?¡±, pregunt¨® la fiscal. ¡°He o¨ªdo hablar de ¨¦l¡±, brome¨® Pichai. ¡°El se?or Tim Cook es el consejero delegado de Apple¡±.
En el resumen de aquella reuni¨®n, de diciembre de 2018, uno de los puntos era: ¡°Nuestra visi¨®n es que trabajemos como si fu¨¦ramos una sola empresa¡±. Bellshaw dispar¨®: ¡°?Se lo dijo usted al se?or Cook o se lo dijo el se?or Cook a usted?¡±. ¡°No recuerdo haber dicho esa frase¡±, contest¨® Pichai, argumentando que a lo que se refer¨ªa ese punto era a trabajar juntos para mejorar la experiencia de sus usuarios conjuntos en ese producto.
¡°?Y estaba usted de acuerdo con esta visi¨®n, la de que Apple y Google trabajan como si fueran una sola empresa?¡±, insisti¨®. ¡°No¡±, dijo Pichai. Pero Bellshaw no soltaba la presa: ¡°?Y no hay nada en las notas que refleje que usted o alguien m¨¢s en esa reuni¨®n estuviera en desacuerdo con esa visi¨®n de que Apple y Google trabajen como una sola empresa?¡±. Pichai vino a decir que con esa expresi¨®n se hab¨ªan venido un poco arriba (¡±exuberancia irracional¡±, lo llam¨®) al salir de la reuni¨®n porque llegaban a ella nerviosos y con desconfianza mutua. ¡°Competimos ferozmente en tantos productos que ha habido mucha tensi¨®n, momentos de desconfianza entre las dos empresas¡±, asegur¨®. ¡°Nosotros fabricamos Android, ellos fabrican iPhones. Competimos todos los d¨ªas en el mercado en eso y muchos, muchos otros productos¡±, a?adi¨®.
Ese es precisamente parte del argumento del Departamento de Justicia. Compiten en muchos mercados, pero no en las b¨²squedas. Ah¨ª prefieren mantener un acuerdo de compartici¨®n de ingresos con una exclusiva que impide a otros competidores abrirse paso.
El jueves termin¨® el trasiego de cajas de documentos y de decenas de abogados que ha venido acompa?ando a cada sesi¨®n del juicio. En la ¨²ltima jornada, Michael Whinston, profesor del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts, compar¨® el caso de Google y su poder de mercado con el de otros monopolios como el de AT&T en las llamadas a larga distancia o el de Microsoft (que en este caso se presenta como v¨ªctima) en los sistemas operativos para ordenadores personales. En la planta baja de los juzgados federales de Washington, una modesta exposici¨®n permanente recuerda esos dos casos entre otros emblem¨¢ticos celebrados all¨ª. Quiz¨¢ haya que ampliar la exposici¨®n dentro de poco.
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