El fiscal del caso contra Google asegura que est¨¢ en juego ¡°el futuro de internet¡±
El Departamento de Justicia acusa a la compa?¨ªa de ocultar pruebas y documentos en la primera sesi¨®n del juicio por monopolio ilegal
En la sala del juzgado n¨²mero 10 de los tribunales federales de Washington hay un desasosegante reloj de pared sin manecillas. En ese recinto atestado de abogados, el fiscal que acusa a Google de abusar de su posici¨®n de monopolio como buscador, ha planteado un viaje en el tiempo. En su alegato inicial ha dicho que en el juicio que ha arrancado este martes est¨¢ en juego ¡°el futuro de internet¡±. Y para sentar las bases de ese futuro y si el buscador de Google se enfrentar¨¢ alguna vez a una competencia significativa, ha a?adido, hay que mirar al pasado y ver c¨®mo ¡°ha mantenido ilegalmente un monopolio durante m¨¢s de una d¨¦cada¡±.
Sin llegar al extremo del d¨ªa que en ese mismo complejo se presentaron los cargos contra Donald Trump por intentar anular los resultados de las elecciones de 2020, el ambiente de los juzgados era el de las grandes ocasiones. Hab¨ªa fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n apostados en las entradas y lentas colas para acceder. Los juzgados han habilitado dos salas para acoger a la gran cantidad de periodistas que han acudido al juicio por monopolio ilegal m¨¢s importante en dos d¨¦cadas, desde el caso Microsoft. En la sala del juicio, a la que ha podido acceder EL PA?S, cerca de la mitad del centenar largo de personas presentes eran abogados de una y otra parte. El juez Amit P. Mehta ha entrado puntual en la sala, a las 9.30 de la ma?ana, hora local, y ha bromeado al respecto. ¡°Incluso para ser Washington, creo que tenemos una mayor concentraci¨®n de trajes azules que en ning¨²n otro sitio hoy aqu¨ª¡±.
El fiscal del Departamento de Justicia Kenneth Dintzer, de 59 a?os, ha abierto los alegatos iniciales. Se ha ayudado de diapositivas, algunas algo b¨¢sicas, que se ve¨ªan en dos grandes pantallas a los lados de la sala y en los m¨²ltiples monitores de jueces, fiscales y abogados. En una de las primeras ha presentado el c¨ªrculo ¡ªvicioso o virtuoso, seg¨²n para qui¨¦n¡ª que ha usado Google para asentar su dominio de las b¨²squedas. Esa rueda de b¨²squedas, escala, ingresos y acuerdos exclusivos lleva m¨¢s de una d¨¦cada a?os girando, ha dicho, ¡°y lo hace siempre a favor de Google¡±.
Dintzer, que tartamudeaba en ocasiones, especialmente cuando el juez le interrump¨ªa con sus preguntas, no ha puesto fecha al momento en que Google alcanz¨® su posici¨®n dominante, pero ha asegurado que lleva desde 2010 manteni¨¦ndolo con pr¨¢cticas ilegales. Tener un monopolio es legal, lo que va contra la ley es abusar de ¨¦l. La acusaci¨®n se centra sobre todo en los acuerdos con fabricantes de m¨®viles y de navegadores como Apple, Samsung o Mozilla para que Google se convirtiese en el buscador por defecto, algo que la acusaci¨®n asegura que Google utiliz¨® como un ¡°arma¡±.
¡°Google paga m¨¢s de 10.000 millones de d¨®lares al a?o por estas posiciones privilegiadas¡±, ha afirmado Dintzer. ¡°Los contratos de Google garantizan que los rivales no puedan igualar la calidad de b¨²squeda de monetizaci¨®n de anuncios, especialmente en los tel¨¦fonos¡±. Adem¨¢s, ha mostrado en pantalla mensajes internos de Google que mostraban c¨®mo la compa?¨ªa presionaba con esos acuerdos, por ejemplo para que Apple no desviase b¨²squedas a Siri o Samsung a sus propias sugerencias. ¡°Se?or¨ªa, esto es un monopolio en acci¨®n¡±.
El fiscal tambi¨¦n ha acusado a la compa?¨ªa de esconder y borrar documentos y mensajes internos que podr¨ªan ser pruebas en su contra. Ha ense?ado alguno en esa direcci¨®n. ¡°Apagaron la historia, se?or¨ªa, para poder reescribirla aqu¨ª en este tribunal¡±, ha dicho Dintzer.
La r¨¦plica ha corrido de cargo de John Schmidtlein, socio de la firma de abogados Williams & Connolly de 57 a?os, que defiende a Google. El abogado ha asegurado que los usuarios tienen ahora m¨¢s opciones de b¨²squeda y m¨¢s v¨ªas para acceder a la informaci¨®n en internet que nunca en el pasado. En las b¨²squedas generales, su cuota es del 89% en Estados Unidos, seg¨²n el Departamento de Justicia.
La compa?¨ªa integrada ahora en Alphabet considera que el mercado a tener en cuenta debe ser m¨¢s amplio e incluir las b¨²squedas de productos en Amazon o las que se realizan en redes sociales como Instagram o TikTok, adem¨¢s de la inteligencia artificial. Firmas de viajes (TripAdvisor, Expedia, Booking.com o Hotels.com) o de comida a domicilio (como Doordash, UberEats y Yelp) tambi¨¦n son rivales, seg¨²n su defensa.
Schhmidtein ha insistido en que si los otros competidores no se han abierto paso no es porque Google haya abusado de su posici¨®n, sino porque su buscador es mejor. Tambi¨¦n ha subrayado que es f¨¢cil cambiar el buscador por defecto de los navegadores, aunque el fiscal ya hab¨ªa se?alado previamente que los usuarios no suelen hacerlo. El juez le ha preguntado al abogado cu¨¢nta gente lo hace y ¨¦l se ha excusado en que no hay datos disponibles. Para tratar de demostrar su falta de mala fe, ha indicado que hay tutoriales en YouTube (propiedad de Google) que ense?an c¨®mo cambiar a otro buscador.
¡°Las acusaciones de los demandantes pretenden distorsionar la competencia en las b¨²squedas obstaculizando a Google y su capacidad para competir, con la esperanza de que obligar a la gente a utilizar productos inferiores a corto plazo sea de alguna manera bueno para la competencia a largo plazo¡±, ha concluido su alegato.
Tras esas presentaciones iniciales, empezar¨¢ un desfile de testigos que durar¨¢ unas 10 semanas. Entre ellos se espera al consejero delegado de Alphabet, Sundar Pichai, y directivos de Apple.
Si el juez Amit P. Mehta, nombrado en 2014 por Barack Obama, concluye que la posici¨®n de Google es monopol¨ªstica, que ha abusado de ella y que eso ha perjudicado directa o indirectamente a los consumidores, tendr¨¢ un amplio margen para tomar decisiones paliativas. El Departamento de Justicia, en su demanda, se refer¨ªa a ellas de modo muy gen¨¦rico. La sentencia ser¨¢ recurrible en un tribunal de apelaciones y, potencialmente, ante el Tribunal Supremo.
El fiscal general, Merrick Garland, anunci¨® en enero pasado otra demanda contra Google, en este caso por supuesto abuso de posici¨®n dominante en el mercado de la publicidad digital. No se espera que ese caso vaya a juicio como m¨ªnimo hasta el a?o pr¨®ximo. En esa demanda, el Gobierno ped¨ªa expresamente que se divida su negocio en ese ¨¢mbito mediante desinversiones para fomentar la competencia.
La Uni¨®n Europea ha ido por delante en la ofensiva contra las pr¨¢cticas monopol¨ªsticas de Google. Mientras en Estados Unidos comienza ahora el juicio del primero de los dos casos pendientes (hay un tercero, sobre la tienda de aplicaciones, en el que la compa?¨ªa ha llegado a un principio de acuerdo extrajudicial), la Comisi¨®n Europea ha puesto a Google las tres multas m¨¢s altas de su historia. Los jueces respaldaron hace un a?o una multa r¨¦cord de 4.125 millones a la empresa por pr¨¢cticas anticompetitivas en los servicios de b¨²squeda (un caso similar al que ahora se va a juzgar en Washington, pero centrado en el sistema operativo Android). Tambi¨¦n ratificaron en noviembre de 2021 otra de 2.400 millones por privilegiar sus productos en las b¨²squedas (ese parte ha quedado fuera del actual litigio). Adem¨¢s, la Comisi¨®n tambi¨¦n impuso en marzo de 2019 otra multa de casi 1.500 millones por sus abusos en el mercado de la publicidad digital. M¨¢s de 8.000 millones en total.
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