La tractorada colapsa Valladolid por las protestas de los agricultores: ¡°Un amigo te dice que vayas, y vas¡±
Cientos de agricultores convocados a trav¨¦s de redes sociales y Whatsapp saturan la ciudad. Los manifestantes abuchean a los representantes de PP y Vox
Hay un extra?o silencio en la ciudad. No rueda el tr¨¢fico y nada tiene que ver con el d¨ªa de la bici, sino con el d¨ªa del tractor. Cientos de ellos han colapsado los accesos y las principales avenidas de muchas ciudades espa?olas para expresar las reivindicaciones de los agricultores, indignados con los bajos precios de sus productos y los elevados costes que afrontan. Los coches se buscan la vida en v¨ªas alternativas. Valladolid, como otras capitales de provincia en Castilla y Le¨®n, comunidad con un importante peso del sector agrario, ha sufrido las concentraciones, con el tr¨¢fico paralizado, obligado a tomar v¨ªas alternativas o a asumir largos atascos. Los manifestantes coinciden en la falta de liderazgo de los encuentros, sin un sindicato, partido o cabecilla al mando, ali?ado con el hartazgo hacia las perjudiciales fluctuaciones de precios o las normativas europeas, consideradas injustas.
Una comitiva echa la ma?ana en la avenida de Salamanca, en Valladolid, que es la arteria de comunicaci¨®n norte-sur. Varios compa?eros suyos han saturado los pol¨ªgonos desde primera hora y uno ha sido detenido por agredir a un polic¨ªa en Mercaolid, principal mercado mayorista de la ciudad. Ellos permanecen tranquilos, acompa?ados de un op¨ªparo almuerzo: torreznos, tortilla de patatas, bocadillos de jam¨®n y empanadas. Lo acompa?an de cerveza ante la mirada de varios polic¨ªas municipales desplegados, encargados de regular el flujo de conductores furiosos. ¡°Intentan cortarlo todo para hacer el m¨¢ximo da?o posible al tr¨¢fico¡±, sintetiza un agente.
Tras ¨¦l, los labradores charlan y ofrecen su merienda. Entre ellos destacan tres chavales reci¨¦n matriculados en Ingenier¨ªa agr¨ªcola, empap¨¢ndose de las reivindicaciones de los mayores. Carlos, Miguel y Jose, sin dar apellidos, tienen entre 18 y 19 a?os y esta es la segunda vez que protestan en la calle: la primera fue hace unos meses contra la amnist¨ªa en Catalu?a. Dos de ellos no tienen relaci¨®n con el campo m¨¢s que acompa?ar a su amigo, de familia agraria en Villalba de los Alcores (Valladolid). ¡°Estoy estudiando esto y me gusta¡±, argumentan, y recitan la retah¨ªla de argumentos comunes estos d¨ªas: ¡°Hay gente que vive aislada del campo; vivimos una invasi¨®n de productos extranjeros que no cumplen las normativas¡±.
Los j¨®venes observan entre una mayor¨ªa masculina de todas las generaciones. Los agricultores, algunos con mesas y sillas de acampada, se apostan ante sus tractores en pleno asfalto, sin m¨¢s plan que moverse cuando el grupo de adelante lo haga. Miguel Fern¨¢ndez, de 54 a?os, ha acudido junto a varios compa?eros de gremio desde Castrodeza (Valladolid) y sigue una consigna b¨¢sica: ¡°Un amigo te dice que vayas, y vas¡±. Nadie los comanda oficialmente, esgrimen. Ni partidos, sindicatos ni grupos formalmente organizados. Ellos se mueven por WhatsApp, sin avisar a las autoridades, para tomar las ciudades donde se consumen esos productos que tan mal pagados consideran. ¡°El pan ha subido en la tienda, pero el trigo ha bajado, la cadena est¨¢ fallando, algunos intermediarios se est¨¢n llenando los bolsillos¡±, estima Fern¨¢ndez. El vallisoletano entiende que el enfado del sector bebe de las penurias econ¨®micas conjugadas con malas cosechas pagadas a bajo valor, mal combinaci¨®n para el campo. ¡°Esto est¨¢ convocado por amigos, no tenemos influencia de sindicatos o pol¨ªticos¡±, aprecia el manifestante, si bien teme que en el futuro se politice la causa: ¡°Como con la pandemia, que al principio estaban todos juntos y luego se atacaban con ello¡±.
La cita del martes se ha convertido en la primera manifestaci¨®n para Jos¨¦ San Jos¨¦, de 35 a?os, demasiado ocupado estos d¨ªas atendiendo a su ganado como para escaparse a la ciudad para protestar. ¡°La gente no quiere ayudas econ¨®micas, sino dignidad y vender su producto a un precio justo para vivir del trabajo¡±, reivindica San Jos¨¦, con una pregunta: ¡°?C¨®mo es posible que ¨¦l compre piensos m¨¢s caros para sus animales si los agricultores est¨¢n vendiendo cereal m¨¢s barato?¡±.
Abucheos a PP y Vox
Las concentraciones de estos d¨ªas tienen como objetivo los edificios institucionales donde reclaman ser atendidos. Un grupo ronda la consejer¨ªa de Agricultura, colapsada hace unos d¨ªas, pero de momento no tienen plan. ¡°Somos poco optimistas, seguro que al final nos dan una miseria para contentarnos¡±, sospecha uno de ellos, reacio a identificarse. ¡°Alguno estar¨¢ mencionando a nuestra madre¡±, admite otro, por los conflictos ocasionados, pues las l¨ªneas de autob¨²s rumbo al Hospital han sufrido retrasos y varias personas han lamentado haber perdido sus citas m¨¦dicas. Durante la tarde, en las cercanas Cortes de Castilla y Le¨®n, decenas de veh¨ªculos agrarios se concentran para pitar y exigir avances, aunque sin llegar a impedir el acceso de los pol¨ªticos, prevenidos. Este grupo sabe que las decisiones no se toman en instancias comunitarias. ¡°?Que nos defiendan en Europa y nos quiten la Agenda 2030, tanta bobada!¡±, exclama uno de ellos, antes de recordar el calendario inminente en Valladolid y una cita clave para el fin de semana: ¡°Si nos dejan, reventamos los Goya, un tractor puede con todo¡±.
Pese a coincidir en algunos puntos, los manifestantes han abucheado tambi¨¦n a Vox. Decenas de personas se han concentrado alrededor de las Cortes y cuando el vicepresidente auton¨®mico, Juan Garc¨ªa-Gallardo (Vox), ha salido para mostrarles apoyo, ha recibido una pitada y le han reclamado ¡°menos palabras y m¨¢s hechos, no hac¨¦is nada ninguno¡±. Los asistentes tambi¨¦n han criticado al PP cuando su portavoz parlamentario, Ra¨²l de la Hoz, ha salido a hablar con ellos. ¡°?Menos fotos! Esto no es un fotomat¨®n¡±, le han exclamado, entre gritos de ¡°Sois igual que Pedro S¨¢nchez, menos hablar y m¨¢s hacer¡±.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.