La UE saca adelante la norma que veta la importaci¨®n de productos hechos con trabajo forzoso

La Uni¨®n Europea ha desplegado esta legislatura la legislaci¨®n con la que persigue cierta reciprocidad en sus relaciones comerciales y, al mismo tiempo, alinearla con sus valores y objetivos ambientales. El ¨²ltimo eslab¨®n en esta cadena ha sido la aprobaci¨®n este martes en el Parlamento Europeo de la norma que veta la entrada en el mercado ¨²nico productos fabricados con mano de obra forzada. El voto ha alcanzado una ampl¨ªsima mayor¨ªa de 555 votos a favor por solo seis en contra y 45 abstenciones. El texto aprobado permite a la Comisi¨®n Europea investigar los casos en los que se sospeche que hay trabajo forzoso fuera de la UE y se faculta a las autoridades competentes para retirar del mercado estos productos o su confiscaci¨®n en las fronteras.

Esta regulaci¨®n se suma a otras que buscan reequilibrar elementos de las relaciones comerciales de la UE, como el mecanismo de ajuste de carbono en frontera, que sali¨® adelante definitivamente hace un a?o y que a partir de 2026 aplicar¨¢ un arancel a los productos importados que se hayan fabricado con requisitos clim¨¢ticos menos exigentes que en la Uni¨®n. En la misma l¨ªnea est¨¢n otras normas como la que busca frenar la deforestaci¨®n, que exige que los productos que llegan de fuera de terceros pa¨ªses no procedan de ¨¢reas deforestadas despu¨¦s de 2020. Ambas, adem¨¢s, est¨¢n en consonancia con los valores medioambientales que ha impulsado Bruselas en esta ¨²ltima legislatura.

En el caso de la directiva contra el trabajo forzoso, las propias consideraciones iniciales del texto apuntan a que ¡°la erradicaci¨®n del trabajo forzoso, en todas sus formas, incluido el trabajo forzoso impuesto por el Estado, es una prioridad para la Uni¨®n¡±. Esa aclaraci¨®n que apunta al ¡°impuesto por el Estado¡± se?ala directamente a China, el pa¨ªs que tambi¨¦n puede recibir el impacto directo en sus exportaciones a la UE cuando empiecen a aplicarse plenamente estas normas. Seg¨²n los n¨²meros utilizados durante la tramitaci¨®n del reglamento, en el mundo hab¨ªa en 2021 cerca de 28 millones de personas obligadas a trabajar.

¡°Las autoridades de los Estados miembros y la Comisi¨®n Europea podr¨¢n investigar mercanc¨ªas, cadenas de suministro y fabricantes sospechosos. Si se considera que un producto ha sido fabricado utilizando trabajo forzado, ya no ser¨¢ posible venderlo en el mercado de la UE (incluido en l¨ªnea) y los env¨ªos ser¨¢n interceptados en las fronteras de la UE¡±, apunta el comunicado emitido por el Parlamento tras su votaci¨®n.

A la hora de iniciar una investigaci¨®n se espera contar con la informaci¨®n que puedan suministrar ¡°organizaciones internacionales, autoridades cooperantes y denunciantes¡±. ¡°Se tendr¨¢n en cuenta varios factores y criterios de riesgo, como la prevalencia del trabajo forzoso impuesto por el Estado en determinados sectores econ¨®micos y zonas geogr¨¢ficas¡±, se?ala el mismo texto.

¡°Europa no puede exportar valores e importar productos hechos con trabajo forzado. Tenemos que acabar con la esclavitud moderna. Hay 28 millones de personas explotadas en el mundo, 1,5 millones dentro de la UE. La norma obligar¨¢ a todas las empresas que utilizan trabajo forzado en alg¨²n de punto de su cadena de suministro a que sus productos sean retirados de la UE y confiscados¡±, record¨® la eurodiputada espa?ola Inmaculada Rodr¨ªguez-Pi?ero, del PSOE.

¡°Hemos adoptado una legislaci¨®n pionera para combatir el trabajo forzoso en todo el mundo. Este reglamento fomenta la cooperaci¨®n internacional y de la UE, traslada el poder de los explotadores a los consumidores y empleados, y ofrece posibilidades de recurso a las v¨ªctimas. Tambi¨¦n transforma las pol¨ªticas comerciales en un futuro m¨¢s ecol¨®gico y justo¡±, ha apuntado una de las ponentes del reglamento, la eurodiputada Samira Rafaela, perteneciente a los liberales de Renew.

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