La rebeli¨®n de las togas: abogados y procuradores dicen basta a las pensiones escasas
El colectivo dice basta a las pensiones escasas, las pocas coberturas sociales y el trabajo m¨¢s all¨¢ de la edad de jubilaci¨®n
¡°Esto no es f¨¢cil de contar¡±. Jos¨¦ Antonio Iglesias Jim¨¦nez traga saliva antes de relatar su historia. La de un abogado de Granada que ya tendr¨ªa que estar dedicado a la dolce vita del jubilado. Pero que sigue ejerciendo. Hace una semana cumpli¨® 75 a?os. Tras celebrarlo, el lunes le toc¨® que volver a atender a sus clientes. ¡°No puedo dejar de trabajar porque con la pensi¨®n no me llega¡±.
Iglesias lleva trabajando desde 1977. Su especialidad es el Derecho laboral, ¡°siempre del lado del trabajador¡±. Toda una vida dedicada al mundo legal y aportando religiosamente a la Mutualidad de la Abogac¨ªa. Esta aseguradora se ha encargado desde 1948 de procurar unas prestaciones sociales para este colectivo. Tanto una renta tras la jubilaci¨®n como algunas coberturas por incapacidad. En 1963, cuando se cre¨® la Seguridad Social, el sistema particular de los abogados se mantuvo. Hasta 1996 ni siquiera pod¨ªan elegir si quer¨ªan cotizar por el r¨¦gimen especial de aut¨®nomos (RETA) de la Seguridad Social para tener una pensi¨®n p¨²blica. Hoy en d¨ªa, de los 210.000 abogados mutualistas (algunos ya jubilados), 49.000 a¨²n cotizan por el r¨¦gimen alternativo. Su pensi¨®n depende de la Mutualidad.
Cuando Jos¨¦ Antonio Iglesias alcanz¨® la edad de jubilaci¨®n, en 2016, acudi¨® a la Mutualidad para ver cu¨¢nto le hab¨ªa quedado tras casi 40 a?os de aportaciones. Le dijeron que hab¨ªa ahorrado solo 80.000 euros y ¡°me dieron varias opciones para cobrarlos, todas malas¡±. Al final, opt¨® por percibir 600 euros al mes durante 13 a?os. ¡°?Ojo, que son 600 euros sin pagas extra y sin actualizaciones por el IPC!¡±, se queja. ¡°?Cuando se me acabe esta renta dentro de ocho a?os, qu¨¦ me queda? ?Morirme?¡±.
El abogado granadino tiene una situaci¨®n financiera dif¨ªcil. Se divorci¨® hace unos a?os, pero tiene que seguir compartiendo una vivienda de dos plantas con su ex mujer, a las afueras de Granada. ¡°Ella vive arriba y yo abajo, y tratamos de llevarnos lo mejor posible¡±, relata. Diversas complicaciones les llevaron a tener que ampliar la hipoteca, que a¨²n est¨¢n pagando. ¡°Sin el dinero extra que gano trabajando no podr¨ªa vivir¡±. Su caso no es ¨²nico.
En la actualidad, hay cerca de 4.500 abogados mayores de 70 a?os que contin¨²an atendiendo sus despachos y acudiendo a los tribunales. Son algo m¨¢s del 3% de los 149.000 letrados que ejercen en Espa?a. Se trata de la profesi¨®n liberal con trabajadores m¨¢s longevos. En algunos casos hay vocaci¨®n y af¨¢n por la actividad mental tras la jubilaci¨®n, pero el factor econ¨®mico est¨¢ muy presente.
Julio S¨¢nchez (68 a?os) se encamina a su despacho, cerca de la estaci¨®n de Chamart¨ªn, en Madrid. Cada ma?ana viaja en Cercan¨ªas desde su casa en Colmenarejo, a 40 kil¨®metros. ¡°El mundo de la abogac¨ªa no es como la gente se piensa¡±, explica por tel¨¦fono. ¡°La mayor¨ªa de los abogados somos currantes. No hacemos fortunas¡±. En su caso, cuando alcanz¨® los 65 a?os comprob¨® que la pensi¨®n iba a ser menos de lo que esperaba. Por eso ha decidido seguir trabajando y aportando a la Mutualidad ¡°dos o tres a?os m¨¢s¡±, aunque dice que no le quedar¨¢ mucho m¨¢s de 800 euros. En 12 pagas y sin actualizaci¨®n por inflaci¨®n. Seg¨²n cuenta, de haber sabido de antemano el resultado ¡°habr¨ªa cotizado por la Seguridad Social, pero confi¨¢bamos mucho en la Mutualidad, y tal vez pequ¨¦ de ingenuo¡±. El letrado explica que le ¡°entretiene¡± seguir trabajando, pero ¡°si con 65 a?os me hubieran dicho que tendr¨ªa una pensi¨®n de 1.100 euros me habr¨ªa jubilado¡±. En el sistema p¨²blico, la pensi¨®n media de un asalariado supera los 1.400 euros, y es de 953 euros para los trabajadores aut¨®nomos. En 14 pagas. Y con revalorizaci¨®n ligada al IPC. Algo que parece un sue?o inalcanzable para muchos togados.
La relaci¨®n entre abogados del r¨¦gimen alternativo y su mutualidad est¨¢ rota. El punto de no retorno lleg¨® en 2005, cuando el sistema cambi¨® de un modelo de reparto y solidario ¡ªtanto entra cada a?o, tanto se paga de pensiones¡ª, a un modelo de capitalizaci¨®n individual ¡ªtanto aportas, tanto te corresponde al jubilarte¡ª. Desde 1996 es opcional cotizar por la mutualidad, pero muchos siguieron por inercia.
Lo ocurrido con los abogados ha sido pr¨¢cticamente lo mismo que les ha sucedido a los procuradores, una profesi¨®n menos conocida pero tambi¨¦n fundamental en el funcionamiento de los tribunales en Espa?a. M¨¢s de 5.000 de estos profesionales del Derecho ahorran para la jubilaci¨®n a trav¨¦s de la Mutualidad de Procuradores. Su presidente, Luis S¨¢nchez, reconoce que hay mucho hartazgo en el colectivo, aunque defiende que ¡°siempre se dio total transparencia al cambio hacia un modelo individual¡±. La mutualidad que dirige gestiona unos 500 millones de euros, pero ¡°el declive de la profesi¨®n de procurador¡± ha hecho que la direcci¨®n anunciara el viernes una integraci¨®n con la Mutualidad de la Abogac¨ªa, que gestiona 10.200 millones de euros.
Abogados y procuradores llevan m¨¢s de un a?o en pie de guerra. Su gran batalla es conseguir que el Gobierno ponga en marcha una pasarela que permita convertir el dinero ahorrado en la mutualidad en a?os cotizados a la Seguridad Social. Cuentan con el apoyo de pr¨¢cticamente todas las fuerzas pol¨ªticas, y el Ministerio ya ha movido ficha: acepta incluir en esa pasarela a quienes estuvieran en las mutualidades en 2005 o antes. La propuesta tiene matices. Solo afectar¨ªa a los mutualistas ¡°en situaci¨®n de vulnerabilidad¡±, sin que se haya definido a¨²n en qu¨¦ consiste esta condici¨®n.
Adem¨¢s de la lucha por las pensiones dignas, que los ha llevado a juntar a m¨¢s de 10.000 personas en varias manifestaciones en Madrid, los letrados tambi¨¦n llevan tiempo moviliz¨¢ndose para exigir mejores condiciones en el turno de oficio (el sistema por el que el Estado se hace cargo de la defensa jur¨ªdica de las personas sin recursos). Para colmo, la huelga de los funcionarios de Justicia retras¨® el a?o pasado muchos procesos judiciales, lo que merm¨® los honorarios de abogados y procuradores.
Nuria Cachefeiro (55) es abogada en Vigo, especializada en Derecho civil, matrimonial y penal. A su juicio, ¡°la Mutualidad siempre ha sido muy opaca y no inform¨® bien de lo que supon¨ªa seguir aportando por esta v¨ªa, en lugar de hacerlo a trav¨¦s de la Seguridad Social¡±. La letrada, harta de la situaci¨®n, decidi¨® crear una asociaci¨®n para intentar canalizar el malestar del gremio. ¡°Desde los colegios de abogados, nos vendieron que aportar a trav¨¦s de la Mutualidad era la panacea, pero ha resultado un chasco. Yo conozco a compa?eros de 88 a?os que siguen ejerciendo¡±, explica la presidenta de Anama, la Asociaci¨®n Nacional de Afectados por la Mutualidad de la Abogac¨ªa.
Cuando un abogado o un procurador decide aportar solo a trav¨¦s de su mutualidad profesional, renuncia a los beneficios ligados a cotizar a trav¨¦s de la Seguridad Social. Lo m¨¢s evidente es que no tendr¨¢ una pensi¨®n p¨²blica, sino una renta (vitalicia o financiera). Pero en la cotizaci¨®n al sistema p¨²blico hay mucho m¨¢s. Tambi¨¦n cubre las bajas laborales, el permiso de maternidad¡ Cuando se aporta a trav¨¦s de mutualidades alternativas, las condiciones cambian.
La cobertura m¨¦dica
Esto lo sabe Daniel Gonz¨¢lvez Mas (38 a?os), abogado madrile?o. Hace dos a?os le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin, un tipo de c¨¢ncer del sistema linf¨¢tico. ¡°Cuando est¨¢s en la Mutualidad, te corresponden solo un n¨²mero de d¨ªas de baja a lo largo de tu vida laboral. Si es una baja psicol¨®gica son 60 d¨ªas, si es otra enfermedad, 365 d¨ªas¡±, relata. En su caso, la Mutualidad tard¨® meses en reconocer su incapacidad tras el diagn¨®stico, para empezar a pagarle. Al cabo de unos meses, el grifo se cerr¨®, pero ¨¦l segu¨ªa sin poder trabajar.
¡°Mi situaci¨®n econ¨®mica se deterior¨®. Ten¨ªa dos cr¨¦ditos que hab¨ªa suscrito para tratar de crecer profesionalmente y un ¡®renting¡¯ del coche. A comienzos de cada mes ya ten¨ªa m¨¢s gastos que ingresos, menos 300 euros, as¨ª que tuve que pedir ayuda a mis padres y acogerme a la Ley de Segundad Oportunidad para cancelar mis deudas¡±, relata.
Daniel Gonz¨¢lvez ya piensa en el siguiente paso, conseguir que le reconozcan una incapacidad permanente total, que le dar¨ªa derecho a una paga vitalicia, revisable, de 1.200 euros. Nuevamente, en 12 pagas y sin revisi¨®n por inflaci¨®n. ¡°Cuando vas viendo todas estas carencias te acabas arrepintiendo de haber optado, si quiera parcialmente, por la Mutualidad¡±.
Desde la Mutualidad de la Abogac¨ªa, que ahora opera bajo la marca comercial de Mutualidad, defienden el papel que han jugado en los ¨²ltimos a?os. Enrique Sanz Fern¨¢ndez-Lomana, su presidente, recuerda que cuando se pas¨® de un sistema solidario a uno de cuentas individuales ¡°se aprob¨® en todos los ¨®rganos de gobierno y se inform¨® a todos los mutualistas, adem¨¢s de hacer conferencias en los colegios de abogados de Espa?a para detallar las consecuencias¡±.
El directivo subraya que en los ¨²ltimos a?os se han dedicado a invertir con prudencia el dinero de los mutualistas y han logrado buenas rentabilidades. ¡°En la ¨²ltima d¨¦cada hemos conseguido un rendimiento medio anual del 4,17%, con un nivel de gastos muy bajo, algo que muy pocas entidades de previsi¨®n pueden decir¡±, defiende.
La situaci¨®n dentro de la Mutualidad est¨¢ que arde. El s¨¢bado 20 de abril se celebr¨® una asamblea general extraordinaria para aprobar nuevas coberturas para los mutualistas, pero el sector cr¨ªtico vot¨® masivamente contra la direcci¨®n. Para la plataforma de mutualistas J2, la m¨¢s activa en las protestas, las propuestas planteadas por la directiva ¡°son reformas ilusorias e insuficientes y cuya evidente pretensi¨®n era la de disimular la insuficiencia de prestaciones y lo fallido del sistema alternativo¡±.
Al margen de estas batallas internas, una legi¨®n de procuradoras y abogadas observan con preocupaci¨®n lo que est¨¢ pasando con sus pensiones. Pilar Sanz (65 a?os) atiende al tel¨¦fono justo antes de empezar a dar de comer a su madre, de 106 a?os. Es el d¨ªa a d¨ªa de miles de togadas. Hacen virguer¨ªas para tratar de compaginar los cuidados con una actividad profesional agotadora. ¡°Yo no me puedo plantear jubilarme cuando llegue a los 67 a?os. Me dicen que ve van a quedar algo m¨¢s de 600 euros al mes, y eso que he aportado m¨¢s del m¨ªnimo que se ped¨ªa a los aut¨®nomos en la Seguridad Social. Nos sentimos enga?ados¡±, se queja.
Nuria Cachefeiro, presidenta de la asociaci¨®n de afectados Anama, recuerda que, aunque la sociedad tenga la sensaci¨®n de que la abogac¨ªa es una profesi¨®n donde se gana mucho dinero, ¡°lo cierto es que la mayor¨ªa somos unos obreros del Derecho¡±. Lo que pasa es que la profesi¨®n ha cambiado mucho ¡°y hay a quien le da verg¨¹enza reconocer que est¨¢ pasando dificultades econ¨®micas¡±. Jos¨¦ Antonio Iglesias, el abogado de Granada que hoy cumple 75 a?os, resume el sentir de muchos compa?eros: ¡°Nos hemos pasado media vida batallando por los derechos de otros y hemos olvidado defender los nuestros¡±.
Es lunes 22 de abril y como cada ma?ana un flujo constante de letrados accede a los juzgados de Plaza de Castilla, el lugar con mayor concentraci¨®n de juicios de toda Espa?a. Por all¨ª pasan los socios de grandes despachos, con sueldos de seis cifras, los abogados de empresas¡ y tambi¨¦n una legi¨®n de trabajadores del Derecho que llevan separaciones, custodias de menores, demandas de cantidades y delitos de poca entidad. Algunos siguen debatiendo sobre los casos que llevan antes de subirse en una moto para ir a la siguiente reuni¨®n. Son el proletariado jur¨ªdico, que ahora ve c¨®mo su previsi¨®n social se tambalea.
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