?Cu¨¢ndo tocar¨¢ techo la demanda de petr¨®leo? Guerra de cifras entre la AIE y la OPEP

Choque de trenes entre los dos mayores clubes energ¨¦ticos del panorama internacional. En juego, la velocidad del cambio clim¨¢tico y el horizonte financiero de los pa¨ªses (y las empresas) que durante a?os han exprimido la mayor gallina de los huevos de oro de la que hay constancia: la del crudo.

La Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) se descolg¨® la semana pasada con un informe demoledor sobre lo que est¨¢ por venir en los pr¨®ximos a?os en el mercado petrolero: un brutal desequilibrio entre la oferta y la demanda, a lomos de la electrificaci¨®n, con la promesa de precios bajos a largo plazo. Y un consumo mundial que har¨¢ cumbre antes de finales de la d¨¦cada, all¨¢ por 2029, y que Europa alcanzar¨¢ con bastante anticipaci¨®n.

No era la primera vez que el brazo energ¨¦tico de la OCDE sal¨ªa as¨ª a la palestra. En esta ocasi¨®n, sin embargo, le pone letra a la m¨²sica: el exceso, proyecta, rondar¨¢ los ocho millones de barriles diarios por el empuje de los coches impulsados por bater¨ªas, el aumento de la eficiencia en todo el transporte y el final de uso como combustible para generar electricidad en Oriente Pr¨®ximo. Una cifra solo equiparable a la del confinamiento, que el propio ente parisino califica de ¡°asombrosa¡± y que amenaza, y de qu¨¦ manera, a quienes durante d¨¦cadas han practicado el monocultivo f¨®sil: el tiempo se les agota; la m¨¢quina de los petrod¨®lares pronto dejar¨¢ de ser lo que fue.

En la presentaci¨®n del informe a la prensa, el jefe de la AIE, Fatih Birol, se esforz¨® en tratar de evitar cualquier pol¨¦mica con la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP), con la que lleva a?os difiriendo en sus pron¨®sticos. Una brecha que, en los ¨²ltimos tiempos, se ha convertido en abismo y que no se comprende sin mirar la composici¨®n de ambas organizaciones: aunque en su seno tambi¨¦n hay grandes productores (Estados Unidos, Canad¨¢, M¨¦xico o Noruega, entre otros), la Agencia representa, sobre todo, el sentir de los consumidores occidentales. La OPEP, en cambio, es el hist¨®rico coto privado de los pa¨ªses petroleros de Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina bajo la batuta del mayor exportador mundial: Arabia Saud¨ª.

Pese a ese intento de apaciguamiento ex ante, el cartel ha tardado poco en entrar al trapo: no hab¨ªan pasado ni 48 horas cuando su secretario general, Haitham Al Ghais, se despachaba con un art¨ªculo de titular n¨ªtido ¡ªEl pico de demanda de crudo no est¨¢ en el horizonte¡ª y convenientemente publicitado en las redes sociales del organismo con sede en Viena.

¡°Algunos llevan tiempo impulsando escenarios te¨®ricos que deciden, antes de analizar datos, que el petr¨®leo no deber¨ªa ser parte de un futuro energ¨¦tico sostenible¡±, escrib¨ªa el jefe del lobby petrolero antes de cargar, con nombre y apellidos, contra su n¨¦mesis: ¡°La narrativa de la AIE sobre el crudo es peligrosa, sobre todo para los consumidores, y podr¨ªa llevar a una volatilidad sin precedentes¡±. Su hip¨®tesis, aunque discutible, es sencilla: la inversi¨®n en exploraci¨®n y producci¨®n est¨¢ en riesgo, y, sin ella, los precios subir¨¢n.

La OPEP no se quedaba ah¨ª: la supuesta cercan¨ªa del pico de demanda, dec¨ªa, viene de atr¨¢s. ¡°La AIE ya suger¨ªa en 2019 que el consumo de gasolina tocar¨ªa techo en 2019, pero en 2023 ha batido niveles r¨¦cord y, de hecho, sigue creciendo este a?o. Y dijo que el carb¨®n alcanzar¨ªa su m¨¢ximo en 2014, pero hoy sigue creciendo¡±, insist¨ªa el funcionario kuwait¨ª. ¡°Los hidrocarburos representan m¨¢s del 80% del mix energ¨¦tico mundial hoy. En lugar de a?adir nuevas fuentes de energ¨ªa a la combinaci¨®n, en contra de lo que dice la historia, se centra en sustituirlas¡±.

Mientras la Agencia contempla una demanda creciente ¡ªaunque a un ritmo infinitamente menor que en las d¨¦cadas precedentes¡ª hasta 2029, cuando empezar¨¢ a caer, el cartel petrolero proyecta una aceleraci¨®n sostenida a corto y medio plazo. ¡°El escenario que plantea la AIE es irreal y una continuaci¨®n de su narrativa antipetrolera. Bas¨¢ndonos en las tendencias reales, no vemos un pico de demanda de petr¨®leo para finales de la d¨¦cada¡±, criticaba Al Ghais en su texto.

Las previsiones de Viktor Katona, jefe de an¨¢lisis del mercado petrolero de la consultora Kpler, est¨¢n m¨¢s cerca de las de la AIE que de las de la OPEP. Con alg¨²n pero: ¡°A¨²n quedan muchos focos de crecimiento en todo el mundo, incluso si la cuenca atl¨¢ntica sigue lastrando el consumo¡±, afirma en conversaci¨®n con EL PA?S. 2024, dice, est¨¢ siendo el ejercicio en el que los ¡°sesgos estructurales, tanto los de la OPEP como los de la AIE¡± se han hecho ¡°demasiado evidentes como para ser ignorados. ¡°La primera dice exactamente lo mismo que un productor de crudo dir¨ªa para mantener los precios altos y la segunda promueve la agenda de los importadores¡±, sostiene.

El cartel: ¡°Es un escenario irreal¡±

Esta guerra abierta entre la AIE y la OPEP tiene una raz¨®n de ser. Para los pa¨ªses consumidores, un escenario de una dr¨¢stica reducci¨®n en el consumo de combustibles f¨®siles es muy tentador. Por dos razones: es la mejor forma de asegurar un futuro clim¨¢tico en el que el mundo huya del achicharramiento al que quedar¨¢ expuesto de no producirse un cambio radical de tendencia y, adem¨¢s, reducir¨ªa dr¨¢sticamente las importaciones de productos energ¨¦ticos, mejorando instant¨¢neamente las balanzas comerciales de Europa y buena parte de Am¨¦rica Latina y Asia.

Para el cartel petrolero, por el contrario, est¨¢ en juego su propia supervivencia. Tras a?os en los que, lejos de diversificar ¡ªcomo s¨ª ha hecho Noruega, por ejemplo¡ª, la mayor¨ªa de sus miembros han redoblado su apuesta por la extracci¨®n de crudo y de gas natural. Un riesgo m¨¢ximo: llegue o no el pico de demanda antes de 2030, como atisba la Agencia, el futuro de lo f¨®sil est¨¢ escrito. Por el bien de todos.

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