Una f¨¢brica de coches el¨¦ctricos y una promoci¨®n de casas vac¨ªas, las dos caras de la econom¨ªa china
Pek¨ªn pretende reactivar el crecimiento, lastrado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, apostando por la expansi¨®n del sector de manufacturas tecnol¨®gicas
El conductor pide a los pasajeros que se abrochen los cinturones. Avanza el coche unos metros por el circuito hasta colocarlo al inicio de la recta. Pregunta: ¡°Ready?¡±. Y exclama: ¡°Go!¡±. Pisa a fondo el acelerador, la velocidad clava los cuerpos en el asiento, el marcador digital alcanza los 97 kil¨®metros por hora en tres segundos, el coche vuela hasta que el piloto frena para tomar con suavidad la curva norte. Este paseo de prueba es el momento culminante de la visita a la f¨¢brica de veh¨ªculos el¨¦ctricos de Xiaomi. La compa?¨ªa china de m¨®viles ha comenzado a producir en esta planta ubicada en el sur de Pek¨ªn el modelo SU7, un coche el¨¦ctrico deportivo. Es su primera incursi¨®n en el sector; ha sido ejecutada a ritmo chino. La compa?¨ªa propuso la idea en 2021. Levantaron la f¨¢brica en 14 meses. Se han entregado m¨¢s de 20.000 unidades desde su lanzamiento a finales de marzo. Su intenci¨®n es vender 100.000 este a?o. Es uno de los mejores ejemplos de lo que el presidente chino, Xi Jinping, ha bautizado como las ¡°nuevas fuerzas productivas¡±, un lema con ecos marxistas, pero proyectado hacia un futuro hipertecnol¨®gico. La apuesta para reactivar la econom¨ªa.
Esa curva norte, donde el coche ha bajado el ritmo, es a la vez un buen punto de observaci¨®n de unas finanzas que no terminan de arrancar. Est¨¢ ubicada en un extremo de la f¨¢brica, que es ¡°del tama?o de la Ciudad Prohibida¡±, seg¨²n los empleados de relaciones p¨²blicas; las instalaciones exudan ¨²ltima tecnolog¨ªa por cada poro, es un lugar impoluto donde cerca de 400 robots industriales de aspecto tit¨¢nico ejecutan operaciones al mil¨ªmetro en la zona de ensamblaje, y otros 94 aut¨®matas de transporte se desplazan haciendo sonar una m¨²sica que recuerda al carrito de los helados; all¨ª solo trabajan unas 100 personas por turno; la proporci¨®n es de casi de 5 a 1; las m¨¢quinas apoyadas por los hombres lograr¨¢n producir un veh¨ªculo cada 76 segundos cuando est¨¦n a m¨¢xima capacidad.
Desde el coche, se ve la otra cara de la econom¨ªa china. Al otro lado de la valla, se yergue un cascar¨®n arquet¨ªpico del frenazo inmobiliario. Veinte bloques de color crema destinados a viviendas y oficinas de los que solo tres est¨¢n ocupados de momento. Terminados y a la espera. En este pedacito de terreno en Yizhuang, una zona de desarrollo econ¨®mico y tecnol¨®gico al sur de Pek¨ªn, solo una carretera reci¨¦n construida separa las ¡°nuevas fuerzas productivas¡± de las viejas e improductivas.
La econom¨ªa china, lastrada por el sector inmobiliario, no termina de remontar el vuelo. El PIB se ralentiz¨® hasta el 4,7% anualizado en el segundo trimestre, seg¨²n los datos publicados esta semana; el incremento ha sido del 0,7% con respecto a los tres primeros meses, el ritmo m¨¢s bajo desde la reapertura pand¨¦mica a principios del a?o pasado. El pinchazo del ladrillo, sector que lleg¨® a representar un cuarto del PIB, ha dejado un reguero de casas vac¨ªas o inacabadas y un agujero en las cuentas. Los precios de la vivienda nueva llevan 13 meses seguidos en negativo, seg¨²n EFE, y han ca¨ªdo en junio a su ritmo m¨¢s r¨¢pido en nueve a?os, seg¨²n c¨¢lculos de Reuters a partir de datos oficiales. Las ventas de propiedades y la inversi¨®n en el sector se han desplomado con una ca¨ªda del 25% y del 10,1%, respectivamente, en los primeros seis meses del a?o. El hundimiento, que arranc¨® en 2021, ha provocado la ca¨ªda de promotores ¡ªgigantes como Evergrande¡ª. La confianza en el sector, tradicionalmente favorecido por los hogares chinos como refugio seguro para sus ahorros, afecta a toda la econom¨ªa. El consumo sigue ¨¢tono; la deuda atenaza a los Gobiernos locales; una mir¨ªada de peque?as entidades financieras est¨¢n en apuros y las medidas paliativas aprobadas no parecen funcionar. Todo esto que suena a d¨¦j¨¤ vu en Espa?a en el gigante asi¨¢tico se vive con la intensidad de las primeras veces.
Los l¨ªderes comunistas, poco dados a exteriorizar debilidad, han dado muestras de preocupaci¨®n. Han pasado esta semana reunidos a puerta cerrada en un c¨®nclave destinado a alicatar las directrices pol¨ªticas y econ¨®micas de la pr¨®xima d¨¦cada. La importancia del llamado tercer plenario del Comit¨¦ Central, un ¨®rgano del Partido que junta a los cerca de 370 principales dirigentes del pa¨ªs, es m¨¢xima. Algunos analistas la equiparan a un plan quinquenal. Se ha celebrado con meses de retraso, un indicio de que el reto al que se enfrentan es peliagudo. Tras los cuatro d¨ªas de encierro, han hecho algo poco habitual: reconocer los ¡°riesgos¡± a los que se enfrenta la econom¨ªa. ¡°Aplicaremos diversas medidas para prevenir y desactivar los riesgos en el sector inmobiliario, la deuda de las administraciones locales, las peque?as y medianas instituciones financieras y otras ¨¢reas clave¡±, asevera el comunicado oficial. Los l¨ªderes tambi¨¦n prometen esforzarse para ¡°ampliar la demanda interna¡±, lo que equivale a reconocer los estragos del consumo.
Aunque el tercer plenario se suele centrar en objetivos a medio y largo plazo, el Comit¨¦ Central parece haber estado pendiente de los ¨²ltimos datos trimestrales. ¡°El pleno analiz¨® la situaci¨®n y las tareas actuales, e hizo hincapi¨¦ en que [debemos] realizar inquebrantablemente los objetivos anuales de desarrollo econ¨®mico y social¡±, a?ade el comunicado. El comentario trasluce el temor a que las ¨²ltimas cifras del PIB puedan comprometer la meta de crecimiento fijada por Pek¨ªn para el 2024, de ¡°en torno al 5%¡±. Las constantes llamadas a la ¡°estabilidad social¡± y el liderazgo inquebrantable del Partido son otra muestra de preocupaci¨®n.
Para los analistas de Trivium China todos estos factores muestran la ¡°ansiedad¡± que se ha extendido entre la jerarqu¨ªa comunista. ¡°Los dirigentes est¨¢n claramente preocupados por la econom¨ªa, que sigue atravesando dificultades¡±, cuentan en un reciente bolet¨ªn. ¡°Esto significa que podr¨ªamos ver intervenciones pol¨ªticas m¨¢s agresivas en la reuni¨®n del Politbur¨® a finales de mes¡±. Algunos economistas han sugerido la necesidad de impulsar el consumo mediante inyecciones de gasto p¨²blico a corto plazo, acompa?ado de un cambio estructural destinado a transferir mayor parte de la riqueza a los ciudadanos mediante una mejora del Estado del bienestar, algo a lo que Pek¨ªn se ha mostrado reticente.
Hasta la fecha, el Gobierno ha tomado medidas como la reducci¨®n de barreras para acceder a hipotecas o la creaci¨®n de un fondo de 300.000 millones de yuanes (cerca de 38.000 millones de euros) para que los gobiernos locales, muy endeudados, compren el exceso de viviendas no vendidas. El salvavidas no parece haber funcionado.
Mientras, Xi Jinping quiere encaminar el pa¨ªs hacia la tecnolog¨ªa para salir del hoyo. El c¨®nclave ha se?alado que un objetivo prioritario ha de ser lograr un ¡°desarrollo de alta calidad¡± ¨Dconcepto que maneja el Gobierno chino para hablar del cambio de un modelo de manufacturas baratas a otro guiado por la innovaci¨®n¡ª y pide tomar medidas para impulsar las citadas ¡°nuevas fuerzas productivas¡±. Las cifras de inversi¨®n privada muestran que hay una transformaci¨®n en marcha: aunque esta aument¨® apenas un 0,1% de enero a junio, en los sectores tecnol¨®gicos punteros creci¨® un 10,6%. El cambio no es actual. China ha apostado por el coche el¨¦ctrico como pol¨ªtica de Estado desde 2005, por ejemplo. El proceso se ha acelerado en los ¨²ltimos a?os. Este camino no va a ser f¨¢cil, ya que la gran apuesta de destinar los nuevos productos a la exportaci¨®n puede chocar con un mundo en fase de repliegue comercial: la Uni¨®n Europea y Estados Unidos ya han anunciado aranceles al coche el¨¦ctrico chino; tambi¨¦n lo han hecho otros como Turqu¨ªa y Brasil. Aunque de momento, las cosas parecen funcionar. China logr¨® en junio el mayor super¨¢vit comercial jam¨¢s registrado: 99.000 millones de d¨®lares.
Xiaomi a¨²n no se enfrenta a este problema: por ahora solo venden sus coches en el mercado nacional. Al cruzar la carretera desde su f¨¢brica se accede al mundo de los ensanches vac¨ªos. Caminar entre edificios sin vida produce la sensaci¨®n de pasearse por una pel¨ªcula apocal¨ªptica. Las puertas de los bajos est¨¢n candadas, su interior est¨¢ cubierto de polvo, las malas hierbas crecen por todas partes, los pelda?os est¨¢n resquebrajados. Se escucha de fondo el sonido de un saxof¨®n. Es el se?or Li, de 66 a?os, que viene a esta zona alejada del mundanal ruido a practicar. Sol¨ªa residir en Pek¨ªn, se mud¨® al nuevo barrio porque le apetec¨ªa tranquilidad. Dice que la econom¨ªa, para ¨¦l, va razonablemente bien. Cobra una pensi¨®n de unos 5.000 o 6.000 yuanes (entre 632 y 758 euros) y paga unos 1000 yuanes (126 euros) por un piso de unos 40 metros cuadrados que ha alquilado aqu¨ª por 20 a?os. Toca una canci¨®n melanc¨®lica titulada El silencio de la monta?a vac¨ªa.
La promoci¨®n estaba destinada a conjugar el vector empresarial y el residencial. ¡°Integrate creative campus¡±, es el nombre oficial. Otro de los inquilinos es Tang Jun, un estudiante de cine y televisi¨®n de 20 a?os, con media melena, un pendiente y una camiseta que dice ¡°optimistic¡±. Un familiar compr¨® uno de estos pisos y, como estaba vac¨ªo, se ha trasladado en verano. Trabaja como dependiente en una peque?a tienda de alimentaci¨®n en los bajos. Cobra 4.000 yuanes (505 euros) mensuales. Cuando acaba, pasa el rato jugando a videojuegos. Su padre, cuenta, trabajaba en una mina de oro en su provincia natal de Hunan. Dice que est¨¢ contento, pero preocupado por el futuro. Cuando se le pregunta si cree que a su generaci¨®n le va mejor o peor que a sus progenitores, responde que ¨¦l no va a tener que preocuparse por techo y comida. ¡°Pero no estoy seguro de lo que har¨¦ cuando me grad¨²e. Quiz¨¢ me quede en Pek¨ªn en busca de una oportunidad. Si no sale, siempre puedo volver a Hunan¡±.
En la oficina comercial de la promoci¨®n, la maqueta muestra el centro comercial que se hab¨ªa previsto para dar vida a la zona. Las obras se han detenido. En la oficina vac¨ªa una empleada de limpieza pasa la mopa mientras un dependiente explica que tres de los edificios, que pueden albergar unas 1.000 personas cada uno, est¨¢n casi completos. El resto, a?ade, se ir¨¢n llenando a medida que se vendan los anteriores. Son 20 bloques en total. Desconoce si los precios han estado bajando. Pero s¨ª cuenta que hay un acuerdo con Xiaomi para llenar varias torres con sus empleados: las nuevas fuerzas productivas al rescate de las viejas. Habr¨¢ que ver hasta qu¨¦ punto una industria ser¨¢ capaz de salvar a la otra. Esa es la apuesta Pek¨ªn. De momento, los edificios en cuesti¨®n est¨¢n cercados, y la verja herrumbrosa est¨¢ flanqueada por dos pilares azules donde se lee: ¡°La confianza viene de la calidad; la responsabilidad crea valor¡±.
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