El petr¨®leo y el d¨®lar alivian a los conductores en su vuelta a casa

Hoteles y apartamentos m¨¢s caros, vuelos m¨¢s caros, y bares y restaurantes tambi¨¦n m¨¢s caros. Las vacaciones que estos d¨ªas tocan a su fin para millones de espa?oles han dado un mordisco algo mayor al bolsillo que las de a?os anteriores. Una partida de gasto contrasta, en cambio, con ese patr¨®n general al alza: los carburantes de automoci¨®n. El precio medio de la gasolina y del di¨¦sel cay¨® en la ¨²ltima semana de agosto ¡ªen los albores de la operaci¨®n retorno¡ª a su menor nivel en meses: 1,56 euros por litro en el primer caso (m¨ªnimos desde febrero) y 1,44 en el segundo (m¨ªnimos de m¨¢s de un a?o), seg¨²n los datos publicados este jueves en el Bolet¨ªn Petrolero de la Uni¨®n Europea. En ambos casos, su precio ya est¨¢ por debajo del que luc¨ªan justo antes de la invasi¨®n rusa de Ucrania, en febrero de 2022.

Aunque el gas¨®leo acumula ya un a?o y medio m¨¢s barato que su par, en la ¨²ltima semana la bajada es pr¨¢cticamente id¨¦ntica: del 1,1%. La gasolina ya ronda el 4% de ca¨ªda en poco m¨¢s de un mes y el di¨¦sel encadena, por su parte, seis descensos semanales consecutivos. Al precio promedio actual, llenar un dep¨®sito de 55 litros de gasolina 95 cuesta 86 euros, 8,6 menos que hace justo un a?o. Si el coche es di¨¦sel, el desembolso ronda los 79 euros, 9,6 menos. Un alivio notable para los casi 4,8 millones de desplazamientos que la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) prev¨¦ entre las tres de la tarde del viernes y la medianoche del domingo.

Dos son los principales factores detr¨¢s de esta tendencia a la baja en los surtidores: el precio del petr¨®leo, que en abril lleg¨® a superar los 90 d¨®lares por barril y que hoy ronda los 77, a un paso de sus m¨ªnimos anuales; y el tipo de cambio entre el euro y el d¨®lar, que en los ¨²ltimos d¨ªas ha llegado a superar la barrera de los 1,11, acerc¨¢ndose as¨ª a los niveles inmediatamente anteriores a la invasi¨®n rusa de Ucrania.

Este segundo elemento, menos conocido para el gran p¨²blico, tiene en cambio una importante influencia en el precio final de los derivados del petr¨®leo. La raz¨®n es que el crudo cotiza en billetes verdes y los compradores de la eurozona tienen que hacer una operaci¨®n de cambio de moneda cada vez que van al mercado. De ah¨ª que un abaratamiento del d¨®lar frente a la divisa com¨²n europea se acabe trasladando, al final de la cadena, en forma de un precio m¨¢s bajo en el surtidor.

Coste de refino

Hay un tercer factor, aunque menos importante ¡ªno tanto porque tenga un menor peso, sino porque su incidencia ya se deja sentir desde hace varios trimestres¡ª: la relajaci¨®n en los m¨¢rgenes de refino. Esta variable, que indica la capacidad de las petroleras de hacer dinero en sus plantas de producci¨®n de hidrocarburos, se dispar¨® con la prohibici¨®n total de importar carburantes (y, sobre todo, gas¨®leo) desde Rusia, una medida que puso mucha m¨¢s presi¨®n sobre el mercado local y cre¨® una mina de oro en las petroleras. Las cosas, sin embargo, han cambiado bastante desde entonces: esa l¨ªnea de negocio ha ido aflojando en la cuenta de resultados de los gigantes f¨®siles europeos.

Pese a la buena tendencia reciente, el mercado espa?ol de carburantes sigue repitiendo un patr¨®n conocido: el llamado efecto cohete y pluma, cuya existencia fue documentada hace a?os por las propias autoridades de Competencia. En s¨ªntesis, que cuando el precio del crudo sube y el euro se debilita, el precio que abonan los conductores al rellenar el dep¨®sito de su coche crece a gran velocidad, mientras que cuando cae, la pendiente de bajada es mucho menos tendida.

Menos inflaci¨®n

Los carburantes est¨¢n siendo fundamentales para el control de la inflaci¨®n en Europa. El IPC espa?ol se apoy¨® en gran medida en lo energ¨¦tico para limitar su subida en agosto hasta el 2,2%, su menor tasa en un a?o, inferior incluso a lo previsto por los observadores m¨¢s optimistas y ya muy cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE).

Ese es el impacto directo, pero hay m¨¢s. La bajada en el precio del gas¨®leo se traslada, de forma tan sibilina como relevante, a un amplio abanico de productos b¨¢sicos en el d¨ªa a d¨ªa de los hogares: los alimentos o el textil, por citar solo dos ejemplos, llevan incorporado en su precio un coste de transporte que fluct¨²a en gran medida al son del carburante rey en camiones y furgonetas. Cualquier abaratamiento de este impacta, por tanto, en el resto de la cadena. En las ¨²ltimas semanas, de forma muy positiva para el inter¨¦s general.

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