Espa?a, entre los pa¨ªses que m¨¢s poder adquisitivo pierden respecto al precio de los alimentos
La cesta de la compra se revaloriz¨® casi 14 puntos porcentuales m¨¢s que los salarios entre 2019 y 2024, seg¨²n la OCDE. Es la tercera brecha m¨¢s grande entre los pa¨ªses del organismo
El encarecimiento de los alimentos ha sido un problema persistente en Espa?a en los ¨²ltimos cuatro a?os. Entre octubre de 2019 y junio de 2024, la cesta de la compra se revaloriz¨® casi 14 puntos porcentuales m¨¢s que los salarios, seg¨²n el ¨²ltimo informe de previsiones econ¨®micas presentado este mi¨¦rcoles por la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE). El desfase pone de relieve dos cosas: que las familias han perdido poder adquisitivo para hacer la compra pese a las revisiones al alza de los sueldos, y que el impacto del fuerte crecimiento econ¨®mico nacional (el propio organismo ha revisado al alza el PIB para este a?o hasta el 2,8%) en los hogares est¨¢ siendo limitado, en especial entre las rentas bajas. En ello coinciden Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide, y Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas.
Para Hidalgo, la lectura es que la econom¨ªa espa?ola atraviesa por un momento del ciclo econ¨®mico totalmente expansivo. Es decir, que tras la pandemia y la crisis inflacionaria, hay un potente crecimiento de la actividad que lleva a que el Producto Interior Bruto (PIB) se expanda. Esto explica a su vez la incorporaci¨®n de millones de personas al mercado laboral ¨Dlas previsiones apuntan a que el pa¨ªs supere este a?o por primera vez los 22 millones de ocupados¨D. ?Cu¨¢l es el problema? Que la entrada masiva de toda esa fuerza laboral no ha repercutido en mejoras sustanciales en el ingreso per c¨¢pita. ¡°El empleo ha crecido mucho, pero los salarios no est¨¢n reflejando esa expansi¨®n de manera proporcional. No estamos mejorando la capacidad econ¨®mica de las familias en t¨¦rminos reales, sino que estamos aumentando el n¨²mero de familias con capacidad de compra¡±, precisa el economista.
Torres suma a la ecuaci¨®n el propio efecto que tiene el incremento de la poblaci¨®n en la renta per c¨¢pita. ¡°En estos a?os ha engordado la poblaci¨®n y eso puede tirar hacia abajo el promedio de ingresos que toca a cada habitante¡±, aclara. Los datos del organismo no especifican la forma en que se extraen estos c¨¢lculos. Sin embargo, antes de la ¨²ltima revisi¨®n estad¨ªstica que hizo el INE, el PIB per c¨¢pita real entre 2019 y 2023 era negativo. Esto explicar¨ªa por qu¨¦ en Espa?a, al igual que ¡°en la mayor¨ªa de las principales econom¨ªas avanzadas, la confianza de los consumidores sigue siendo moderada pese al repunte en curso de los ingresos, lo que posiblemente refleje la percepci¨®n de un menor poder adquisitivo¡±, seg¨²n se lee en el documento de la organizaci¨®n. Y a?ade que los grandes aumentos de precios en los art¨ªculos de primera necesidad agudizan dicha percepci¨®n en los hogares de menos ingresos, puesto que el esfuerzo que hacen para comprar este tipo de art¨ªculos es mayor.
Bajo esta l¨®gica, y pese a que ha habido un incremento de las remuneraciones, los ingresos nominales se mantendr¨ªan por debajo de los niveles registrados a finales de 2019 teniendo en cuenta el efecto de la inflaci¨®n en los alimentos. La brecha entre ambos es de 14 puntos porcentuales. La tasa es mayor que la registrada por pa¨ªses vecinos como Italia y Francia, donde la diferencia es de 13 y 11 puntos, respectivamente. El problema parece enorme cuando se analizan otros pa¨ªses miembros del G-20, como Estados Unidos o Australia, donde a pesar de que los alimentos tambi¨¦n han superado el crecimiento de los salarios nominales desde el inicio de la pandemia, la diferencia no supera los cuatro puntos porcentuales. En cambio, hay dos pa¨ªses con una mayor disparidad que la espa?ola: Alemania y Sud¨¢frica.
Las cifras que da la OCDE arrojan matices sobre lo dicho esta semana por el presidente, Pedro S¨¢nchez, respecto a que Espa?a es el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea, solo por detr¨¢s de Francia, que m¨¢s poder adquisitivo ha recuperado. ¡°Los hogares espa?oles est¨¢n recuperando el poder adquisitivo da?ado durante las distintas crisis que hemos sufrido. Lo hacemos m¨¢s r¨¢pidamente que el conjunto de la de la zona euro, solo por detr¨¢s de Francia, y entre las cinco mayores econom¨ªas de los 27 Estados miembros que componen la Uni¨®n Europea¡±, asegur¨® S¨¢nchez, sin referirse espec¨ªficamente a la inflaci¨®n de los alimentos, sino a la general, durante su intervenci¨®n en el foro Latinoam¨¦rica, EEUU y Espa?a en la econom¨ªa global, organizado por EL PA?S y la C¨¢mara de Comercio Espa?a-Estados Unidos.
El impacto de la inflaci¨®n en el poder adquisitivo de las familias explica tambi¨¦n que, en el ¨²ltimo a?o, el dinamismo nacional se haya apoyado en las exportaciones y el gasto p¨²blico m¨¢s que en el consumo privado, tal como podr¨ªa esperarse en un contexto de recuperaci¨®n. Torres recuerda que incluso con la reciente revisi¨®n al alza del PIB hecha por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), el consumo privado creci¨® sobre los niveles precovid un escaso 0,5%, lo que es una mejora, pero no altera el relato sobre un comportamiento pobre respecto al gasto proveniente del bolsillo de los consumidores nacionales. En cambio, el gasto p¨²blico se expandi¨® un 13,5%.
El efecto de la sequ¨ªa y los fertilizantes
Tras la brecha entre alimentos y salarios hay factores coyunturales. Miguel Cardoso, economista jefe para Espa?a en BBVA Research, recuerda que la guerra en Ucrania ha sido crucial en la subida de los precios agrarios en Europa. ¡°La invasi¨®n rusa interrumpi¨® las exportaciones de productos agr¨ªcolas clave y elev¨® los precios de los fertilizantes y combustibles, lo que, a su vez, increment¨® el coste de los alimentos¡±. A eso a?ade el problema de la sequ¨ªa, que ¡°ha sido especialmente grave en Espa?a porque ha afectado a productos tan esenciales como el aceite de oliva¡±. Este tiene un gran peso en el componente de alimentos debido a la importancia que tiene en la dieta mediterr¨¢nea, por lo que su encarecimiento impact¨® de lleno en los bolsillos de todos los consumidores.
Las recientes lluvias traer¨¢n mejores cosechas, al menos eso creen los agricultores, y contribuir¨¢n a moderar los importes. A favor de este proceso de desinflaci¨®n tambi¨¦n juegan los combustibles, que se han abaratado en los ¨²ltimos meses (en septiembre el barril de petr¨®leo baj¨® de los 70 d¨®lares por primera vez en casi tres a?os), reduciendo muy posiblemente los costes de transporte y, de paso, la presi¨®n sobre los precios de productos alimenticios.
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